lunes, 4 de noviembre de 2019

Gajaka II, recuerda el cine y la literatura. Kafka que nos devora.


Jarry y los patafísicos.

Lo mejor es ser un animal sagrado:

Gajaka II

El hecho de que los monjes leen de pie caminando, y los de sotana, aprovechan para masturbarse (verbo irregular en pasado todo el tiempo), nos dará derecho a la simple razón de semejanza en el proceso.

El Proceso de Franz Kafka, hasta donde hemos llegado, a la perfección del absurdo y del crimen de la locura.

Que escalofrío da el proceso de uno mismo contra los otros, todos incomunicables, Piazzola y ese animal sagrado.

You Honor, somos payasos ante ud, aparezcase unos 5 minutos. Ea le leo la frase del día, mientras escuchamos Nonino la muerte:

Ah La felicidad busca la luz, 
por eso juzgamos que el mundo es alegre; pero el dolor se esconde en la soledad, por eso juzgamos que el dolor no existe. Después vienen los dibujos, y nos tocamos, con todo el (in)debido respeto.

El señor K, apuñalado, muerto del experimento humano, la sujeción de los valores dementes, la cabeza con la poltrona pegada, las escenas para el escenario, mientras Peter Brook desconecta a las cabezas pensantes del lugar (espacio).



Escalofriante, hasta en los claros oscuros de El Proceso según Orson Welles. Bastaría re conectarse hacia ese análisis, que revolucionó la literatura en el cine, el absurdo en el cine.

Anthony Perkins, que se expuso hasta hacernos borrar su belleza. Y Orson Welles, jugando con la literatura y el teatro en el cine, Pasolini, Bergman, Kubrick. El cine Noir, Cine negro, filosofia del crimen perfecto. Esa idea que pulula hoy.

Cada idea un filme, que recuerden a un poeta los hace grandes; y hay vienen esos dos, mis verdugos, los que esconden y mueven cuchillos.





Hoy estuve en Irlanda, 108 con Amsterdam Ave, y entendí por fin el día de 24 horas de Ulises, de Joyce.

Un burro desfasado de nalga, los eternos pastores, y el pueblo protestante. La bella no tenía pelo, pero era bella, entre ellos y mi alegría al leer aquello que no era teatro absurdo como en El Proceso.

Kafka, ese judío beckketiano, juntos pegados de la mano hacía ese animal sagrado, que roba nuestra alma. Sus sueños de América y el mismo encierro y tortura, restallándose el señorito K. podía volar como un insecto de verano.

Pero es el individuo en un tablero de ajedrez, un juez que no existe, y más. si estudiaste leyes, puedes decir Te contradices. Soberbia de enigmática manera.











4 comentarios:

  1. me moria
    me mori me mori
    memo ria

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  2. Anónimo con memoria5 de noviembre de 2019, 5:15

    A estabas en Socarras, y no invitaste, izquierdizta.

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  3. Que final.
    Siempre sale victoriosa la poesia.
    Mira, mira aquí, ...

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