Vaya seguro a su doctorado
Por Gajaka Extramitico unido al pie del ángel supremo.
Una vez adquirida la Doctora Patafísica, ves a los hijos de Blade Runner, ya tienen piernas humanas, de primera y segunda categorías. Juro por mi madre que aborté en Castellón de la Plana, condenados a las Azores, eso si recuerdo placentero.
Y cuando vengan esos poemas, Genitor por la imagen. Tu te cagas en tu madre, y yo en la mia.
Gajaka de Natalia Lange
Un concepto dos, despotricando, no te metas con el verbo. Así la Patafísica sea noticia en los globos aerostáticos, que es lo mismo que extraterrestre. Viajas hacia el sur sin visagra, ni sicopete embrión, a las ñatas experimentales, lo mismo que lista de futbool, y de vegetales. Los pacifistas enemigos de la iglesia, vulga y talmud, Bulgata Bulgaria.
Hermenejildo Segrera
Y si te mueres, después de dejar el jardín florido, te llevas tus propios testimonios al parecer testamentos, todos poéticos como los de Mandarin Carroll.
No faltará la imagen desnuda de la desazón, la de un río entero. El dos por tres de la diosa de Taliecin.
No olvides las actrices que hace un año amabas, por las otras en cartelera. Ah, yo soy así, me fascinan los dos reynaldos de la foto con Lezama.
La goma hernández es poco para tanta locura especulativa. No le pegue a la gorda, versión, va para todos en Pinar del Río, y La Habana vieja. Que sepan cocinar y ahí está.
Irma, la dientona alemana. (Nos sedujo a Deniz y a mi).
Tenía el misterio de las catedrales de Fulcanelli, se ha dicho un millón de veces. Celebremos tu oro de novio. La luz infame no absuelta, en la estructura. La pirámide del cuaternario, jiji me soplaron. Lo que veía al otro lado daba cuenta la muerte.
Mandarín Carroll
Un concepto dos, despotricando, no te metas con el verbo. Así la Patafísica sea noticia en los globos aerostáticos, que es lo mismo que extraterrestre. Viajas hacia el sur sin visagra, ni sicopete embrión, a las ñatas experimentales, lo mismo que lista de futbool, y de vegetales. Los pacifistas enemigos de la iglesia, vulga y talmud, Bulgata Bulgaria.
Hermenejildo Segrera
Y si te mueres, después de dejar el jardín florido, te llevas tus propios testimonios al parecer testamentos, todos poéticos como los de Mandarin Carroll.
No faltará la imagen desnuda de la desazón, la de un río entero. El dos por tres de la diosa de Taliecin.
No olvides las actrices que hace un año amabas, por las otras en cartelera. Ah, yo soy así, me fascinan los dos reynaldos de la foto con Lezama.
La goma hernández es poco para tanta locura especulativa. No le pegue a la gorda, versión, va para todos en Pinar del Río, y La Habana vieja. Que sepan cocinar y ahí está.
Irma, la dientona alemana. (Nos sedujo a Deniz y a mi).
Tenía el misterio de las catedrales de Fulcanelli, se ha dicho un millón de veces. Celebremos tu oro de novio. La luz infame no absuelta, en la estructura. La pirámide del cuaternario, jiji me soplaron. Lo que veía al otro lado daba cuenta la muerte.
Mandarín Carroll
Alfred Jarry, el
padre de la Patafísica, solito con las estrellas.*.
Pocas personas pueden arrogarse el hecho
de haber inventado una ciencia. Alfred Jarry es una de ellas, ya que el escritor
francés es el padre de la patafísica: la ciencia que estudia las “soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones”.
La
patafísica, en realidad, es una pseudociencia creada en el marco de la ironía y
el absurdo que manejaba este autor nacido el 8 de septiembre de 1873 en la localidad de Laval, a unos 300 kilómetros de París.
Jarry creció en Saint-Brieuc y en Rennes, donde cursó su educación secundaria.
Luego, en París, aprendió Literatura en La Sorbona, pero sin llegar a completar su
licenciatura. De todos modos, con sus primeros trabajos literarios pudo
alcanzar un gran reconocimiento.
El éxito de sus
libros y la herencia que le dejó su padre al morir permitieron a Jarry llevar, en un principio, una vida sin
preocupaciones materiales. En su juventud colaboró con diversos medios,
co-dirigió una revista de arte y hasta fundó su propia publicación, aunque
apenas duró un par de números.
En 1894, en la vivienda de un matrimonio amigo, Jarry presentó por primera vez “Ubú rey”.
Gracias a esta obra teatral, el autor suele ser señalado como pionero del
dadaísmo y del surrealismo.
Cuentan los historiadores que, a partir de entonces, Jarrycomenzó a comportarse como el personaje principal de su obra, adoptando comportamientos extravagantes y privilegiando el placer y los excesos por sobre todas las cosas.
Antes de cumplir 30 años, Jarry se quedó sin herencia por sus gastos
desmedidos. Así terminó instalándose en un pequeño departamento parisino y
viviendo en casas de sus amigos.
El 1 de
noviembre de 1907,
una tuberculosis que se agravó por su abuso del alcohol y
las drogas, lo llevó a la muerte. Tenía apenas 34 años y era admirado por Pablo
Picasso, Guillaume Apollinaire y Max Jacob,
entre otras personalidades.
En 1911, cuatro años después de la muerte de Alfred
Jarry, una novela
póstuma incrementó aún más su popularidad: “Gestas y opiniones del doctor
Faustroll, patafísico”,
donde sentó las bases de la mencionada pseudociencia.
,*:Tomado de Poemas del alma.
Poema de Alfred Jarry, de El amor
en visitas.
Trois grenouilles passèrent le
gué,
Ma mie Olaine,
Avec des aiguilles et un dé,
Du fil de laine.
C'est pour la robe du roi,
Ma mie Olaine,
Qu'elles feront avec le doigt
Et de la laine.
Voici qu'arrive le bourreau,
Ma mie Olaine,
Apportant un grand sarrau
De grosse laine.
— Coupez, cousez l'habit
d'elbeuf,
Ma mie Olaine.
C'est plein de sang, mais c'est
tout neuf
Et c'est en laine !
— Nous ne toucherons point au
sang,
Ma mie Olaine,
Aimerions mieux pourrir dedans
Avec la laine !
Le roi n'est plus, le roi est
mort,
Ma mie Olaine,
Et nous partagerons son sort :
Cassez
la laine
“”
Tres
ranas pasaron el vado,
Mi querida Oliana,
Con agujas y un dado,
Con hilo de lana.
Es para la túnica del rey,
Mi querida Oliana,
Que ellas harán con el dedo
Y con la lana.
Aquí llega el verdugo,
Mi querida Oliana,
Trayendo un gran blusón
De gruesa lana.
—Corten, cosan la tela de Elbeuf,
Mi querida Oliana.
¡Está llena de sangre, pero es flamante
Y está hecha de lana!
—¡No tocaremos la sangre,
Mi querida Oliana,
Más querríamos pudrirnos por dentro
Como la lana!
Ya no hay más rey, el rey ha muerto,
Mi querida Oliana,
Y nosotros compartiremos su suerte:
¡Corten la lana!
((()))
Ubú Rey, o los monstruos de cada
día.
Por Belgoña Barrena, El País.
El estreno oficial de Ubu Roi en el
parisino Théâtre de L’Oeuvre en 1896 fue todo un escándalo ya desde la primera
palabra del texto, “Merdre” -enfatizada así, con una “r” intercalada-, por su
atrevido lenguaje, el comportamiento transgresor e irreverente de sus
protagonistas, Père Ubu y Mère Ubu -remedos satíricos de los shakesperianos
Macbeth y su esposa- y los medios con que estos consiguen hacerse con la corona
de Polonia. La pieza del joven e irreverente Alfred Jarry convirtió a Ubú en
símbolo de la violencia y del abuso de poder, y supuso un antes y un después
para una tradición teatral que a partir de ese momento viraría hacia el
surrealismo y el absurdo. Los postulados más convencionales del teatro burgués,
dominado por el simbolismo, se fueron a la ídem con su alucinada predicción de
la devastación que el nuevo siglo XX iba a acarrear y que tan bien condensaba
esa expresión soez del principio. La resonancia de esa “r” intercalada ha hecho
que su onda expansiva llegue hasta nuestros días gracias a lo bien (¡) que los
políticos han ido cumpliendo a lo largo de los años con esa visión de lo que
iba a ser el nuestro mundo.
En cuanto toma el trono, Ubú sube los impuestos, despoja y mata a
nobles y magistrados, castiga a los comerciantes y hace de todo con el
propósito de enriquecerse; al final, huye buscando otras oportunidades de
dinero y poder. Muchos han visto, tras la cosa grotesca y el esperpento, un
parecido más que casual con la realidad política de cada momento. En 2002, el
premio Nobel Dario Fo y Franca Rame adaptaron la pieza de Jarry en un monólogo
cuyo protagonista estaba inspirado en Silvio Berlusconi y sus escándalos; el
título, Ubu bas, hacía referencia a la altura física y política
del entonces presidente del consejo de ministros italiano. Ese mismo año, Àlex
Rigola trasladaba la brutalidad, la crítica sobre el poder y la provocación que
encierra la obra en un montaje deliberadamente salvaje por procaz que pudo
verse en el Teatro de La Abadía de Madrid; buscó un equivalente actualizado al merdre original, añadió algún fragmento de
Macbeth, tomó elementos de dictadores como Hitler o Franco e incluyó en su
dramaturgia a Bush, Aznar y al Papa de Roma. Sin embargo, en nuestro país,
quienes más veces han puesto el dedo en la llaga han sido Els Joglars de Albert
Boadella, siempre a favor de la función higiénica de las parodias y las sátiras
basadas en el poder real. Tanto Operación Ubú,
montaje estrenado en el Teatre Lliure en 1981, como Ubú President, versión ampliada de 1995, tenían
como gran protagonista al ex presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi
Pujol. Según el programa de mano de la segunda, la primera “fue recibida como un fenómeno
excepcional dentro del moderado panorama teatral de aquellos
tiempos. Los ingredientes de sátira política directa, así como el sarcasmo
impecable sobre las megalomanías de nuestros dirigentes, encendieron las
opiniones adversas de quienes creían que la joven democracia y el floreciente
nacionalismo no debían ser materia de farsa".
Con estos antecedentes, el Ubu roi de los
Cheek by Jowl, la compañía de Declan Donnellan y el escenógrafo Nick Ormerod,
puede parecernos un picnic. O mejor dicho, una cena con amigos, pues este es el
punto de partida del montaje que llega hoy (y hasta el
domingo) al María Guerrero dentro del ciclo Una mirada al mundo del
Centro Dramático Nacional tras estrenarse en La Haya en enero y
pasar, entre otras plazas europeas, por el veneciano Teatro della Fenice en
agosto, programado precisamente por Àlex Rigola, director de la Bienal de
Teatro.
Donnellan parece desafiar la tendencia provocativa situando la trama de
Jarry en un elegante salón de un piso parisino burgués y actual, recreado por
Ormerod en color blanco, revistiéndola con la sobria sofisticación propia del
contexto y decantándose por el anonimato de los monstruos protagonistas. Sin
señalar a nadie, su Ubú se
convierte en una delirante lucha generacional. Un matrimonio recibe en casa a
unos amigos mientras el hijo adolescente de aquel se dedica a grabar la velada
con una cámara de video, siguiendo los movimientos de sus padres ya desde los
preparativos. Y será en su mente donde este grupo de burgueses perderá su
discreto encanto para luchar por la corona del rey Wenceslao. La cena y la obra
de Jarry se van intercalando con absoluta fluidez gracias al trabajo de los
intérpretes, actores franceses con los que Donnellan ya había trabajado. ¿Dónde
queda, a todo esto, su crítica? Pues más cerca de lo que parece, justo bajo las
buenas maneras y modales. El Padre Ubú es el padre anfitrión que prepara los
cocteles del aperitivo y saluda cordialmente a sus invitados al llegar. Es un
amigo que comenta sus planes a aquellos en los que confía, induciéndoles al
complot. Y será la tensión que genera la mirada del hijo, un poco al estilo de
Haneke en Funny Games, la que nos pondrá
sobre aviso y la que no permitirá que los monstruos salgan impunes.