Gajaka en La torre de la libertad. Foto tomada por un juez de Paz.
)
Karma
Quiero una casa edificar
como el sentido de mi vida.
Quiero en piedra mi alma dejar
erigida.
Quiero labrar mi eremitorio
en medio de un huerto latino,
latín horaciano y grimorio
bizantino.
Quiero mi honesta varonía
transmitir al hijo y al nieto,
renovar en la vara mía
el respeto.
Mi casa como una pirámide
ha de ser templo funerario.
El rumor que mueve mi clámide
es de Terciario.
Quiero hacer mi casa aldeana
con una solana al oriente,
y meditar en la solana
devotamente.
Quiero hacer una casa estoica
murada en piedra de Barbanza,
la casa de Séneca, heroica
de templanza.
Y sea labrada de piedra;
mi casa Karma de mi clan,
y un día decore la hiedra
SOBRE EL DOLMEN DE VALLE-INCLÁN.
Quiero una casa edificar
como el sentido de mi vida.
Quiero en piedra mi alma dejar
erigida.
Quiero labrar mi eremitorio
en medio de un huerto latino,
latín horaciano y grimorio
bizantino.
Quiero mi honesta varonía
transmitir al hijo y al nieto,
renovar en la vara mía
el respeto.
Mi casa como una pirámide
ha de ser templo funerario.
El rumor que mueve mi clámide
es de Terciario.
Quiero hacer mi casa aldeana
con una solana al oriente,
y meditar en la solana
devotamente.
Quiero hacer una casa estoica
murada en piedra de Barbanza,
la casa de Séneca, heroica
de templanza.
Y sea labrada de piedra;
mi casa Karma de mi clan,
y un día decore la hiedra
SOBRE EL DOLMEN DE VALLE-INCLÁN.
)
Poemas triunfalistas, por Hilario Luna (Aquiles)*.
Poemas triunfalistas, por Hilario Luna (Aquiles)*.
La semilla de mar
A mi lado el
altar de los acrílicos, enguevado, la luz apenas posesionada, una leve sonrisa
de triunfo, cuando todo se ha hecho, yo con mi máquina de hacer versos.
Tengo ideas
que transformarán el mundo, al menos el mio; cómo para darle un pitoborrazo. Vivencias
al fin encerradas en pantalla, lejos del bosque más cercano.
El café para
los grandes ayunadores, fíjese la norma pelirroja del mediodía, nuestras almas
por el mismo laberinto, imaginado vuelo de ave extraterena, fea su larga vida,
aves de rapiña amaestradas.
Las he
visto. Conciencia infinita solo se lee a si misma.
Mal final
del anterior verso, por donde asoman las prioridades según cada cosa, cada ser.
Dejemos el infinito para la primavera.
La nave, oh Pizarnik, convertida en
pájaro qué avisa que llegó.
En estos días
de parranda, escrutados los sueños, vea usted señora de Ministro, ábrase al
abismo de ese otro ritmo, por ejemplo de Columbia a Guaguancó.
El
autorretrato de Rembrandt que me ha marcado para siempre, él y sus retratos de
hueco mortesino, las aulas cerradas compuertas asiladas, paredes de
fusilamiento.
Meditaciones
que no son meditabundas, aunque suenen abundosas, reclaman la observación valorada
por todo un instante que va a hacer grande.
Rembrandt, autorretrato.
Otro cosmos, para curar la verborrea;
es cariciosa, la palabra.
Aprende a no
corregir nunca, mientras tengas a todo tu destino encima. La niña de tus ojos
corriendo, el libro que parece una biblia, enarbolado espíritu, resistencia
interior y plagado blasfemando; has visto ese parecido en la pasta.
Esos silencios
que preceden la armonía, suena cursi, pero desbarajado, esas tu, ahí que es
toda la totalidad, todavía sueña con Ángelus
Novus. De las águilas norteñas.
Me imagino
el porvenir, tantas horas robadas al sueño, tu favorito, y desmoronando, nada
sigue. Y otra vez te haces, y otra vez te haces, cómo dice la balada.
Has invitado
al juego, con ese miedo de ponerse feos los hombres de supuestas razas arias
(la ridiculez en pasta), y sobre todo mestizas. Plegables. Putas maneras.
Postizo el trombón de maderas.
El delirio de Tresor vuelvo hacer.
Y aquí aparece al que le dicen Las ruinas
circulares, y se cree Bauman. Poca cosa para un filósofo soñador.
*
No ha cambiado nada.
ResponderEliminarEso no quiere decir que era malo.
Me cague en los calzones.
ResponderEliminarKarma
ResponderEliminarQuiero una casa edificar
como el sentido de mi vida.
Quiero en piedra mi alma dejar
erigida.
Quiero labrar mi eremitorio
en medio de un huerto latino,
latín horaciano y grimorio
bizantino.
Quiero mi honesta varonía
transmitir al hijo y al nieto,
renovar en la vara mía
el respeto.
Mi casa como una pirámide
ha de ser templo funerario.
El rumor que mueve mi clámide
es de Terciario.
Quiero hacer mi casa aldeana
con una solana al oriente,
y meditar en la solana
devotamente.
Quiero hacer una casa estoica
murada en piedra de Barbanza,
la casa de Séneca, heroica
de templanza.
Y sea labrada de piedra;
mi casa Karma de mi clan,
y un día decore la hiedra
SOBRE EL DOLMEN DE VALLE-INCLÁN.
Este poema se lo ayudó a corregir en La Habana, Porfirio Barba Jacob.
EliminarHermoso Hilario.
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