El juego de los abalorios de Herman Hesse, me reprime me lleva al teatro del absurdo en la ficción, superior al cine, entre otras, a la filosofía alemana que repunta en la belleza.
Por Gabriel del Casal
Cuando no se puede, yo, ella; algo que va implícito en estas mentalidades sociales, que llegan a la politica por el oportunismo. Se instalan y empiezan a desmoronar todo lo que hicieron en campaña. Y el oportunismo no es democracia, pienso con Lukács, evadirlo del canon politico. Si ese espejo retumba y se sumerge, y crees salir ileso, querido, ya basta, oportunismo.
Vuelta al Juego de los abalorios, si tanto te ofende uno como el otro, y caes en peligro del cosmos arregladito por un dios padre. Claro, no era eso, y ojo con la conciencia que no cambia, o talvez ni existe hasta la hora de su muerte.
Cervantes y su fuego de Oca, así con este chance sobrevivió al desprecio de Felipe II, siendo rey de Portugal, y que lo tenía como un simple espía. Los abalorios a la jura vida madre puta y amén. Vemos La castalia como una facultad del orden metafisico mental y de la imaginación otra verdad y muy resentida.
Si todavía existe, estamos aferrados, un pensamiento de ficción novelada erguida como un arte de dimensiones desconocidas, un respiradero artificial ahora ocupa la cuestion, I.A. Los budistas entran por la puesta de atrás y por allá salen.
Quienes son los hombres libres, los que pasan por quirófano detestado de bacterias, y regresan al rio a pescar, lo que le da la vida, y esa energía de mantenr silencio en esta dicha. Pobre alma gemela sino es mía.
II
Poema Capital, cuidando a un actor de cine para que no se mate.
En uno que otro insomnio vuelo con un par de ideas, hasta que Hare Krisna me borra del planeta.
Peino esta gracia, una y otra vez, y cuando la hermana se mata para resucitar después, yo construyo una casa para su regreso, más tarde que lo esperado, acomodándose a circunstancias adversas se vuelven absurdas y liberadoras.
Pobre alma sin manos sin correos para el reparo, o es la lectura de la mente en la cuerda floja y morir de desazón.
Transcurrieron las mujeres, llenaron la plaza de Mayo, la selva de cuncubina, la edad secreta de esta grandeza esta dado en juego y azar divino.
Antes de que me embalsamen esos descarados extraterrestres, confio en ti doctrina espiritual del Buda.
Al asombro desertico todo el chocolate negro podría revertir una nueva evolución sin martillo. Perdón, revolución, que es lo mismo que máquina de vapor decía Gide en chiste zen.
Siempre se incendia, y todo por culpa
de los libros. Yo quemé uno y quede horrorizado.
Al Comístico que me dio una clave.
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III
Postfacio a Montañas de José Manuel Arango.
Llegar a mirar A detenerse
Mientras todos los animales fabulosos
pasan de mi memoria a los sueños
de la realidad - parece poco probable -
Luego la risa de los que son
de este mismo centro en cualquier lugar
de estas alturas en las que me encuentro.
Ellas y ellos con diferencias notables
en la humanidad. Lo se, porque ahora
parto solo.
Gajaka, 2007 (rechazado para ser leído en un homenaje a J.M. Arango, con el pretexto de que estaba haciendo carrera literaria a costa del poeta de Montañas. Recuerdo al poeta con mucho amor, y no con el desamor sin amor desde el nacimiento, de ciertos amigos).
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