jueves, 28 de mayo de 2015

José Morales Saravia (Poeta peruano), que ha esta hora se estará preguntando: soy un poeta neobarroco?



Viendo esas listas de poetas para el mercado, asunto varios, me arriesgaría no tanto por los de Europa, Pessoa, Celan, Mediterránea Pindaro, Asía, Basho, sino por los de América, sin Whitman enigmático, lo mismo Frost y Eliot, entre México y el Cono Sur:  los 5 mejores, Borges, Lezama, Paz, Vallejo y Deniz.
¿Dejando a Dominguez, Silva y, Martí!?



Hilario Aquiles Luna
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Orquídeas


I


Tersa de fragilidad en sus pétalos,

que sus alas parvas para horizonte,

escamas cuyas en desnudas ramas,
la orquídea, aún niéguela su frío.

Piara futil un quiebre de corola,
sus fungidos colores superpuestos,
obstada begonia virgen del polvo
pues su firmeza desnúbil campea:

ignara de empeño, menester, medro
por negar abigeato del dicho,
que compartidas edades supinas:

soles y lunas soñados en ella,
mareas, nubes, playas, pues albora:
transcurre muda en día de días.


4

Otra vez enrumba el silencio por veredas
a traer lo no asido es su pena y quiebre.
Es la orquídea que practica sus pecas
en la hojosa altura de temblantes ramas:
voluntad de moras buscando apretura.
Lago en bostezo y bostezo en su corola:
garra prisa que no logra las raíces.
Las lluvias, no el granizo, talante suyo;
no los prados, sotos, ni cimacios, copos.
Anhelos suyos hierven, desean plumas,
vuelo, los lúcumos fluires en escamas;
pero quiebre puro en soledad sus cálices,
genealogía descombrada sin pepas
y helado toque en su anhelante hervor.


9

¡Eclosionada orquídea en los trances previos!
Enfatizan las noches tu albura cultivada
en grecas y rosetas, rosetón de ningunos.
Edificas tus peldaños en copas, cimacio.
¿Qué trizará los dedos para el cese del viento!

¡Milimetrada orquídea cuya pecosa albura!
Tu pureza tiene apenas palpitar de sangre,
afecciones arriadas a las hojas y ramas,
obstado empuje de los límites del horizonte
en un vuelo que quisieras nave entre tus pétalos.

¿A dónde tu corola cuando quiera corales?
¿De dónde traerán lluvias labor seminal
para tu pronta y feliz renovación en lo albo?
Viento: añoranza y posible trote peligroso:
sépalas gaviotas espantadas por espumas.


Lima, 2007.
Salomón Valderrama Cruz






La Quimera.


k

domingo, 10 de mayo de 2015

Fernando Pessoa, los comienzos de un Poeta fingidor.


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Viendo esas listas de poetas para el mercado, asunto varios, me arriesgaría no tanto por los de Europa, Pessoa, Celan, Mediterránea Pindaro, Asía, Basho, sino por los de América, sin Whitman enigmático, lo mismo Frost y Eliot, entre México y el Cono Sur:  los 5 mejores, Borges, Lezama, Paz, Vallejo y Deniz.
¿Dejando a Dominguez, Silva y Martí

Hilario Aquiles Luna
V

Fernando Pessoa, la reencarnación del Rey Sebastian de Portugal en 1888.

“… Sin la locura ¿qué es el hombre
más que la saludable bestia
cadáver aplazado que procrea?”

FP

“El monstruo”

El monstruo que está en el confín del mar
en la noche de brea echó a volar;
en trono a la nave voló, empezó a graznar,
y dijo: «¿Quién ha osado entrar
en mis cavernas que ando ocultando,
en mis techos negros del confín del mundo?».
Y el hombre del timón dijo, temblando:
«¡El Rey Don Juan Segundo!»
«¿De quién son las velas donde me rozo?
¿De quién las quillas que veo y oigo?»,
dijo el monstruo, y rodó tres veces,
inmundo, enorme, tres veces rodó.
«¿Quién va a poder lo que sólo puedo yo,
que donde nunca me vio nadie vivo
y destilo el miedo de este mar profundo?»
Y el hombre del timón tembló y dijo:
«¡El rey Don Juan Segundo”».
Tres veces en las manos del timón alzó,
tres veces al timón las devolvió,
y dijo después de temblar tres veces:
«Aquí, al timón, soy más que yo:
¡soy un Pueblo que quiere el mar que es tuyo;
y más que el monstruo que a mi alma aterra
y rueda en las tinieblas del confín del mundo,
manda la voluntad, que a este timón me aferra,
del Rey Don Juan Segundo!»
Fernando Pessoa
De: “Mensaje” – 1934
Traducción de Ángel Campos Pámpano
Recogido en la Antología Poética 1913-1935 – “Un corazón de nadie”
Ed. Galaxia Gutemberg – 2013©
ISBN: 978-84-8109-620-0
Poema original en portugués:
“O mostrengo”
O mostrengo que está no fim do mar
Na noite de breu ergueu-se a voar;
A roda da nau voou três vezes,
Voou três vezes a chiar,
E disse: «Quem é que ousou entrar
Nas minhas cavernas que não desvendo,
Meus tectos negros do fim do mundo?»
E o homem do leme disse, tremendo:
«El-Rei D. João Segundo!»
«De quem são as velas onde me roço?
De quem as quilhas que vejo e ouço?»
Disse o mostrengo, e rodou três vezes,
Três vezes rodou imundo e grosso.
«Quem vem poder o que só eu posso,
Que moro onde nunca ninguém me visse
E escorro os medos do mar sem fundo?»
E o homem do leme tremeu, e disse:
«El-Rei D. João Segundo!»
Três vezes do leme as mãos ergueu,
Três vezes ao leme as reprendeu,
E disse no fim de tremer três vezes:
«Aqui ao leme sou mais do que eu:
Sou um povo que quer o mar que é teu;
E mais que o mostrengo, que me a alma teme
E roda nas trevas do fim do mundo,
Manda a vontade, que me ata ao leme,
De El-Rei D. João Segundo!»
Fernando Pessoa
De: “Mensagem”
Fernando Antonio Nogueira Pessoa nació en Lisboa el 13 de Junio de 1888.
Publico bajo diversos heterónimos, los más importantes: Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Alvaro de Campos y Bernardo Soares, llegó a publicar criticas contra su propia obra, firmadas por sus heterónimos.
Murió en Lisboa, el 30 de noviembre de 1935.