Gajaka extra (s) mitico lee el Pabellón del vacío de José Lezama Lima en su show poético de Marilyn Monroe. El Guanabano, Medellín, 2008). Me duermo en el Tokonoma. Foto de C.E.O.
Poemas con retroexcabadora O prisión perpetua.
Por Mandarin Carroll (heteronimito siglótico)
I
La simple (ella la simple) nada que nada significa, la voz del abismo, sin tache ético, ético peludo.
Faltando algunas millas para la exaltación de mi espíritu parejo.
Como el profesor de geografía (un inútil en física): 5 ríos de Santander? Nadie en la clase sabe. Inútil. Ah si, pues un dictador procederá a vendérselos a una multinacional.
Hasta aquí no hay métafora superdicha, el espíritu siempre se exalta, y en la venta vendrían las metáforas dolorosas.
Yo miro aquella voz de soñador, que cuenta hasta cuatro hijos, que no sabe o no le interesa la voz unánime de ese dictador que vive cómo un rey.
Enderezo espalda y los miro insatisfecho, pletórico de una reciente lectura, contrastado según las épocas; en el barroco sería un esclavo. Cervantes y la esclavitud perpetua.
II
Nadie nos quiere, ni el verso más bello, escribió Gabriel del Casal, y estaba por primera vez influenciado por los amigos temerarios en la edad temprana de Rimbaud y del Conde de Lautréamont.
Un abismo insondable te lleva cercano a la muerte, a la postre el amigo enamorado, sin esos reveses que te conducen a la desfachatez de espíritu. A despreciar la mitología griega.
No nos queda sino recoger los honores del otro, cuidar el manto de ese entrecejado entre los demonios perseguidores. La súplica de Oquendo de Amat, no me dejen morir.
III
Si todo va unido, qué se hace lo que se rompe? Cuelgan las apariencias, el amor es exactamente lo que dice la balada, apretujados un arándano por Ariadna, y más (el canto) las ballenas del barco de Lautréamont con escafandra. Again again and again?
Me solidarizo al miedo de quedar nuevamente esclavizado, el alucinógeno en la mano, y no lo suelta para la hermandad criminal hacia la muerte estrecha de esos comederos de odio (Así los vi en Salamanca (Amenábar).
Te salva el espíritu convexo decía Proust, pues no ves el mundo con las milenarias especies aplastadas. Ya voy siendo.
IV
Queda claro que el Buda no es Buda y el Rey no es el Rey, para re modelar esta Calzada de Jesús del Monte, del gran Eliseo Diego.
Parece que fue ayer, y el místico moría callado (que gran metáfora).
Yo ahora tomo agua con gas, al menos quedo bien ante la audiencia armada de la fiesta. Al menos no te mata el guasón tenebroso de la pantalla. Y sueñas con la torre inclinada del desfiladero cromático.
Bajas tus raciones personales, y ves la reina que no es la reina, el rey que es un pichón de lagarto, y tu, envalentonado la metes olímpicamente en el refrigerador perfumado. Aquí hay más de Uno.
La audiencia para la fiesta, nunca más serán iguales, con el cine te enamoraste de Mara, la deidad de otra manera. Los activistas del desorden la tienen cínica, para cuando estalle la guerra más cercana.
La araña de Louise. Museo Guggemheim de Bilbao. Foto de Loli Cienfuegos.
V
La arqueología siempre será crítica, pues quiere ver las escenificaciones con aceptación clásica, y disfrutarla de nuevo, al ver la tortura, siglos después. Agamben contra Bataille. Y es que crees no verla.
Que oblongo, hablo del Castillo de Kafka, casi cuadrado, así no altera el marco del laberinto sin la energía del minotauro. Lo que se vaya entendiendo forma base del liceo.
Mi amigo Aristóteles (alias muñeco) dice que hacen falta vaginas para no claudicar hasta el último beso de la seducción.
Y el otro Lezama se hizo amarrar del mástil del bergantin improvisado de la (s) tormenta, para evitar las sirenas, a las que le faltan Las nanas de las cebollas.
Lezama y Martí por Caridad Asencio.
Así no más lo quería. Estamos conectados.
ResponderEliminarMartí mua!
ResponderEliminarPido un cincel
ResponderEliminarquién labra abracadabra.
El Mandarin de los 70s.
ResponderEliminarQue comienzo verbal tan alucinante. Fíjate que había olvidado a Lautreamont, solo para surrealistas guevarianos.
Muy pulcro, muy hermoso, la armonía deviene con el oficio desmedido de la levedad.
ResponderEliminarJa.
Nanas de las cebollas, me muero.
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