viernes, 3 de abril de 2009

Poema Neo barroco del poeta argentino Arturo Carrera.



¿Padre o pared?

Padre maldita parte y padre bonapartista.

Artista, sí. Payaso. Fuiste el dios; te quise como fuiste y ahora lloro: abro un tokonoma en el muro, un pequeño agujero en la pared; celebro y disimulo tu ausencia y tu vacío; sabiduría de la muerte.

Padre muro o rumor de madre feliz al encender lo oscuro. Apicultor en el más puro azul de una noche de danzas: el botín de atronadoras flores sobre la panza de la pequeña muerta: ¿Y estaba yo?

Padre que asiste a la recolección de la miel y asiste al parto: haber nacer.

Hermosa es la aparición del padre en la luz.

Hermosos los niños de bocazas abiertas en un llanto de apiario experimental con zumbantes recolectoras de pólenes milenarios partiendo de la matriz; el hombre al aparecer con sus colores: dedito húmedo: manita que se abre sobre el arroz azul y las abejas dormidas, ebrias, sobre la pintada nariz. Panal del cuerpo feliz.

Hermoso es el hombre que no acaba de nacer.

Padre emparedado.

Padre que muere de risa en la sala de partos.

Algo escuchó en la delicadeza del sueño demerólico, la secreta mujer.

Una cabecita; el champú sebáceo de la mascarita de proa; el pequeño cuerpo de jabón que fácilmente se desliza por la borrachera o el etílico pavor: ¿se acuerda, doctor, que casi se le escapó un niño entre los confitados dátiles de aquella Navidad?

Las candilejas quirófanas; las carcajadas de las estirpe.

El carillón de los muertos latiendo en los cráneos niponizados. El esqueleto y los cuerpos de bultos sonoros, transistorizados: cartilaginosos, siempre,

(blando: las sombras de esos

niños en el vano del

libro,

blandos).


Padre el alba tomando un mate amargo y pelante. Y padre que firma, vagando por oscuros indicios: mis hijos no están a mi lado rosigando las nueces de oro y ardilleando: silencioso es el destino de los padres:

la madre envuelta en el oro de su apariencia, o parto.

Parto, padre.

Padre, no se puede nombrar tu entretenimiento: tu juego: tu caricia sangrienta cifrada en helicoides. Pared de la muerte y único hijo de Pan en el alero deseante. Envoltura y padre de la madre. Único erial y única pureza de lo real. La mano; el pie; brazos.


Arturo Carrera

6 comentarios:

  1. Gran poema. No cabe la menor duda, ya que en Colombia no hay nadie que escriba asi, suguiendo los pasos de Lezama Lima, Fragmentos a su iman, por ejemplo.

    Si, estoy de acuerdo con gajaka, que el neobarroco es la mejor poesía que se está escribiendo ahora en America (la latina), y la que nos da la fuerza para entre comillas competir con las lenguas anglosajonas y asiáticas.

    Rocio Pineda

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  2. Felicitaciones a Hilario por publicar textos que sí vale la pena leer.

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  3. Gajaka es Hilario, tremendo aullido.

    Manhattan II

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  4. Quisiera saber, quienes en Colombia escriben poesia neobarroca, pues tengo una editorial llamada Pandora, y alli podriamos publicar sus libros.
    Una amiga me dijo que por aqui publicaban a diario poesia de diferentes paises. Este poema del señor Carrera me gusta mucho.Lo mismo los otros poemas.

    SIEMPRE A SU SERVICIO
    Armando Silva
    3137453757

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  5. La Dama Escarlata4 de abril de 2009, 11:13

    en colombia se escribe es "poesía neo-mediocra".

    entelequia de entelequias.

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  6. churrunguis tunguis o el sodomita semi-letrado

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