miércoles, 24 de enero de 2018

Salvador Novo, el poeta mejicano que se lleva todos los laureles; vaya lea usted y verá. Una estela y unos poemas.



Salvador Novo, como Lezama, que dicen se conocieron en un barco; es de la nueva estirpe de maricones sacrificados por el arte, por Dioniso, San Sebastian, o Apolo, Cristo...

Por Gabriel del Casal



Salvador Novo (1904- 1974),  a quien conocíamos desde Poesía en Movimiento, Antología de la poesía mexicana, por Octavio Paz, ah, y estos dos no se aguantaban, cómo Quevedo y Góngora, comandando el pelotón puntero (cuál de los dos sería la maricona). S.N. Irrumpió a sus 20 años en el teatro, Ulises, al lado del otro sensualista, Xavier Virraurrutia, con sus primeros tres libros de poesía, XXPoemas, 1925, Nuevo amor, 1933, y Espejo, sentó las bases de la nueva poesía mejicana, ni Torri, ni Pellicer, ni Owen, lo superaban. Paz era surrealista francés. 18 sonetos, una pequeña obrita maestra, que molestó a los pesos pesados de la época, y sus Epigramas, sin igual, que se le va hacer.

La revista de Los contemporánes, desde 1928, reunió a poetas destacados, embajadores del país, que estuvieron sedientos durante la mal llamada revolución mejicana, e invitan a escribir desde las trincheras los nuevos sonetos. Novo era abiertamente exhibicionista de una cultura que estuvo camuflada durante siglos con sus medias veladas. Allí Gorostiza, y Jorge Cuesta. Toda esta animación era para Alfonso Reyes (el poeta, el ensayista, y el filosofo), una fiesta dionisíaca.

Pero porqué Paz decía, qué Novo escribía su poesía con caca. Paz era un chimbero (adorado por todas las mujeres), con su pinta de actor hindú, y el otro una travestiada, que se pintaba los ojos y depilaba las cejas, porque tenía un rostro grande y expresivo, hasta convertirse en el cronista de la ciudad de México en los años sesentas, gracias al apoyo del presidente Díaz Ordaz.

S.N. se distinguió por escribir las biografías de los presidentes de Mexico desde Lázaro Cardenas, a Luis Echeverría que le robaba cuando joven la marihuana al poeta Porfirio Barba Jacob, en el Palacio de la nunciatura (en aquel edificio abandonado y barroco).
Los amigos son para el deshuzo, la correa para la horca, las medias para limpiarse el culo, y borrón y cuenta nueva.

Entre sus crónicas famosas aparecidas en libro están A ocho columnas y La culta dama, La estatua de sal, 1945 (La estatua de sal sale del closet, de José de la Colina en Letras libres).

En los años cincuenta coge auge su apoyo al teatro como director, y monta por primera vez en México, Esperando a Godot de Beckett, en su sede de la ciudad de Coyoacán. Su corta decadencia vino cuando compartió con la poetisa o declamadora, Pita Amor, obras semibeckettianas para la televisión.

La revista Realidad Aparte, para su Segunda Vida, 1995, contó con un homenaje al poeta mexicano, S.N. con algunos de sus sonetos. Por ser como era él, no significaba que la revista cambiaría su orientación independiente por la de la homosexualidad. Hubo que pararse en el sofá para protestar.

otro soneto (de Salvador Novo)

Antes de que el documento se nos pierda
en las indoctas sombras del mañana,
has de saber, Ermilo, que sor Juana,
cual todas las demás, cagaba mierda.

Esta opinión, como verás, concuerda
con la que dio Miss Sheen allá en La Habana,
halló que se pelaba la banana
y que a cada reloj le daban cuerda.

Otro dato importante de la vida
de esa monja que estudias con empeño,
es que tenía su entrada y su salida.

Y que a fin de engendrar Primero sueño,
a falta de una verga a su medida,
entre las piernas deslizóse un leño.








Selección de poemas

GRACIAS, SEÑOR

Gracias, Señor, porque me diste un año
en que abrir a tu luz mis ojos ciegos;
gracias porque la fragua de tus fuegos
templó en acero el corazón de estaño.

Gracias por la ventura y por el daño
por la espina y la flor; porque tus ruegos
redujeron mis pasos andariegos
a la dulce quietud de tu rebaño.

Porque en mí floreció tu primavera;
porque tu otoño maduró mi espiga
que el invierno guarece y atempera.

Y porque, entre tus dones, me bendiga
-compendio de tu amor- la duradera
felicidad de una sonrisa amiga.


FLORIDO LAUDE

Lo menos que yo puedo
para darte las gracias porque existes
es conocer tu nombre y repetirlo.

Si brotas de la tierra,
hostil de espinas, ávida de cielo,
en vigoroso impulso
y ofreces un capullo a la caricia
leve del viento y cálida del día,
sé que abrirás a la mañana bruja
tu perfección efímera en la Rosa.

Conozco tu perfume y tu destino,
piel de doncella, hostia múltiple;
tu breve día, tu don. Miro el momento
en que brindas tu lecho nupcial a las abejas;
o el colibrí se pinta en tus colores
y desmayas tus pétalos de seda,
conchas del mar del aire en que naufraga
tu vida breve y tu perfume rosa.

Yo repito tu nombre cuando veo,
ave suntuosa y vegetal, tu nido
anclado en aquel árbol que te nutre.
Las plumas de tus pétalos, Orquídea;
el silencio en que cantan tus colores.

Y te busco en la sombra;
bajo el ala del árbol que te oculta,
en los ramos redondos
en que entonas a coro tus azules, Hotensia.

Pero también te admiro y te saludo
y repito tu nombre proletario
cuando tiendes, Mastuerzo,
tus frágiles somvrillas, tus trémulas sombrillas
disciplinadas y redondas,
en que tiembla el rocío,
y atreves la sencilla
ofrenda de tus conos amrillos
a la mano del niño que te inmola.

Y a ti, Cortina humilde
que abres el sol y cierras a la noche
tus sueños de trocarte en Bugambilia;
y a ti, que en el violento
grito de tu amarillo
ostentas en colores, Mercadela,
el perfume negado a tu pobreza.

Y contemplo tu rostro, Margarita,
tu cuello almidonado e impecable,
tu uniforme escolar para la fiesta,
tu faz redonda, ingenua.

Saludo a tus hermanas mayores en las Cinnias
que aprendieron ya el arte de maquillarse;
que copiaron su labio pintado a la Petunia
mientras tiende su beso
y asoma su coqueta esbeltez entre las turbas
del Cielo raso que la rapta.

Miro cómo el Acanto
lanza la espiga erecta de tus torres
y cómo los Delfinios
yerguen, música azul, sus campanarios.
¿Qué licor impalpable
brindan, alto Alcatraz, tus copas blancas?
¿Qué cielo multiplicas, Agapanto,
cuando rindes la nuez de tu universo
desde el brazo tendido de tu tallo?

Te miro, Platanillo,
cresta airosa de un gallo de alas verdes;
tan lleno de familia
que no has podido ser una Gladiola,
y te resignas a tu sino
del pariente más pobre de esa rica
dueña de tiendas, celofán y rasos.

Cerca está la Retama;
sus largos alfileres
capturan mariposas menudas y amarillas.
El polen de sus alas prisioneras
cuelfan en uvas minpusculas la Mimosa vecina.

Lo menos que yo puedo
para darte las gracias porque existes
oh, flor, milagro múltiple
es conocer tu nombre y repetirlo.

Danza el Geranio inmóvil sus enaguas gitanas
en tiesto humilde.
Cuando llegue el invierno;
cuando duerman las Dalias su gestación de piedra;
cuando nieven los Lirios su cándido capullo;
cuando la Nochebuena despliegue sus estrellas,
vestirán las azaleas trajes de bailarina
faldas de leves tules y lánguidos pistilos.
Serán tu aristocracia, Geranio, las Azaleas.


 MI VIDA ES COMO UN LAGO


Mi vida es como un lago taciturno.
Si una nube lejana me saluda,
si hay un ave que canta, si una muda
y recóndita brisa
inmola el desaliento de las rosas,
si hay un rubor de sangre en la imprecisa
hora crepuscular,
yo me conturbo y tiendo mi sonrisa.
¡Mi vida es como un lago taciturno!
Yo he sabido formar, gota por gota,
mi fondo azul de ver el Universo.
Cada nuevo rumor me dio su nota,
cada matiz diverso
me dio su ritmo y me enseñó su verso.
Mi vida es como un lago taciturno....


Rufino Tamayo


LA RENOVADA MUERTE DE LA NOCHE 

La renovada muerte de la noche
en la que ya no nos queda
sino la breve luz de la conciencia
y tendernos al lado de los libros
de donde las palabras escaparon sin fuga,
crucificadas en mi mano, y en esta cripta de familia
en la que existe en cada espejo
y en cada sitio la evidencia del crimen
y en cuyos roperos dejamos
la crisálida de los adioses irremediables
con que hemos de embalsamar el futuro,
y en los ahorcados que penden de cada lámpara,
y en el veneno de cada vaso que apuramos,
y en esa silla eléctrica
en que hemos abandonado nuestros disfraces
para ocultarnos bajo los solitarios sudarios,
mi corazón ya no sabe sino marcar el paso
y dar vueltas como un tigre de circo
inmediato a una libertad inasible.
Todos hemos ido llegando a nuestras tumbas
a buena hora, a la hora debida,
en ambulancias de cómodo precio
o bien de suicidio natural y premeditado.
Y yo no puedo seguir trazando un escenario perfecto
en que la luna habría de jugar un papel importante,
porque en estos momentos
hay trenes por encima de toda la tierra
que lanzan unos dolorosos suspiros
y que parten,
y la luna no tiene nada que ver
con las breves luciérnagas que nos vigilan
desde un azul cercano y desconocido
lleno de estrellas políglotas e innumerables.


 HOY NO LUCIÓ LA ESTRELLA DE TUS OJOS

Hoy no lució la estrella de tus ojos.
Náufrago de mí mismo,
húmedo del brazo de las ondas,
llego a la arena de tu cuerpo
en que mi propia voz nombra mi nombre,
en que todo es dorado y azul como un día nuevo
y como las espigas herméticas, perfectas y calladas.
En ti mi soledad se reconcilia para pensar en ti.

Toda ha mudado
el sereno calor de tus miradas
en fervorosa madurez mi vida.
Alga y espumas frágiles, mis besos
cifran el universo en tus pestañas,
-playa de desnudez, tierra alcanzada
que devuelve en miradas tus estrellas.

¿A qué la flor perdida
que marchitó tu espera,
que dispersó el Destino?
Mi ofrenda es toda tuya en la simiente
que secaron los rayos de tus soles.
Al poema confío la pena de perderte.
He de lavar mis ojos de los azules tuyos,
faros que prolongaron mi naufragio.

He de coger mi vida deshecha entre tus manos,
leve jirón de niebla
que el viento entre sus alas efímeras dispersa.
Vuelva la noche a mí, muda y eterna,
del diálogo privada de soñarte,
indiferente a un día
que ha de hallarnos ajenos y distantes.



AL POEMA CONFÍO

Al poema confío la pena de perderte.
He de lavar mis ojos de los azules tuyos,
faros que prolongaron mi naufragio.
He de coger mi vida desecha entre tus manos,
leve jirón de niebla
que el viento entre sus alas efímeras dispersa.
Vuelva la noche a mí, muda y eterna,
del diálogo privada de soñarte,
indiferente a un día
que ha de hallarnos ajenos y distantes.


EL AMIGO IDO

Me escribe Napoleón:
"El Colegio es muy grande,
nos levantamos muy temprano,
hablamos únicamente en inglés,
te mando un retrato del edificio..."

Ya no robaremos juntos dulces
de las alacenas, ni escaparemos
hacia el río para ahogarnos a medias
y pescar sandías sangrientas.

Ya voy a presentar sexto año;
después, según las probabilidades,
aprenderé todo lo que se deba,
seré médico,
tendré ambiciones, barba, pantalón largo...

Pero si tengo un hijo
haré que nadie nunca le enseñe nada.
Quiero que sea tan perezoso y feliz
como a mí no me dejaron mis padres
ni a mis padres mis abuelos
ni a mis abuelos Dios.

Breton, Rivera y Trostky/ 1937.

EPIFANIA

Un domingo
Epifania no volvió más a la casa.

Yo sorprendí conversaciones
en que contaban que un hombre se la había robado
y luego, interrogando a las criadas,
averigüé que se la había llevado a un cuarto.
No supe nunca dónde estaba ese cuarto
pero lo imaginé, frío, sin muebles,
con el piso de tierra húmeda
y una sola puerta a la calle.
Cuando yo pensaba en ese cuarto
no veía a nadie en él.
Epifania volvió una tarde
y yo la perseguí por el jardín
rogándole que me dijera qué le había hecho el hombre
porque mi cuarto estaba vacío
como una caja sin sorpresas.
Epifania reía y corría
y al fin abrió la puerta
y dejó que la calle entrara en el jardín.



1955

Al poema confío la pena de perderte.
He de lavar mis ojos de los azules tuyos,
faros que prolongaron mi naufragio.
He de coger mi vida desecha entre tus manos,
leve jirón de niebla
que el viento entre sus alas efímeras dispersa.
Vuelva la noche a mí, muda y eterna,
del diálogo privada de soñarte,
indiferente a un día
que ha de hallarnos ajenos y distantes.



1961

Gracias, Señor, porque me diste un año
en que abrí a tu luz mis ojos ciegos;
gracias porque la fragua de tus fuegos
templó en acero el corazón de estaño.



Gracias por la ventura y por el daño
por la espina y la flor; porque tus ruegos
redujeron mis pasos andariegos
a la dulce quietud de tu rebaño.

Porque en mí floreció tu primavera;
porque tu otoño maduró mi espiga
que el invierno guarece y atempera.

Y porque, entre tus dones, me bendiga
-compendio de tu amor- la duradera
felicidad de una sonrisa amiga.


EL RETORNO

Vieja alameda triste en que el árbol medita,
en que la nube azul contagia su quebranto
y en que el rosal se inclina al viento que dormita:
te traigo mi dolor y te ofrezco mi llanto.

He vuelto. Soy el mismo. La misma sed que me aqueja
y embelesa mi oído idéntica canción,
y soy aquel que ama el minuto que deja
un poco más de llanto dentro del corazón.

He vuelto. A tu silencio otoñal, he buscado
vanamente mis huellas entre todas las huellas,
y mi ilusión es una hoja muerta de aquellas
que estremecía el viento y que el sol ha dorado.

Y mientras quiero acaso recomenzar la senda
y un mal irremediable consume los destellos
del sol, vieja alameda, y te guardo mi ofrenda,
tú contemplas mis ojos y miras mis cabellos.


UN AÑO MÁS

Un año más sus pasos apresura;
un año más nos une y nos separa;
un año más su término declara
y un año más sus límites augura.

Un año más diluye su amargura;
un año más sus dones nos depara;
un año más, que con justicia avara
meció una cuna, abrió una sepultura.

¡Oh! dulce amigo, cuya mano clara
en cifra de cariño y de ternura
la mía tantas veces estrechara!

Un año más el vínculo asegura
de su noble amistad, alta y preclara.
¡Dios se lo otorgue lleno de ventura!


BREVE ROMANCE DE LA AUSENCIA

Único amor, ya tan mío
que va sazonando el Tiempo:
¡qué bien nos sabe la ausencia
cuando nos estorba el cuerpo!

Mis manos te han olvidado
pero mis ojos te vieron
y cuando es amargo el mundo
para mirarte los cierro.

No quiero encontrarte nunca,
que estás conmigo y no quiero
que despedace tu vida
lo que fabrica mi sueño.

Como un día me la diste
viva tu imagen poseo,
que a diario lavan mis ojos
con lágrimas tu recuerdo.

Otro se fue, que no tú,
amor que clama el silencio
si mis brazos y tu boca
con las palabras partieron.

Otro es éste, que no yo,
mudo, conforme y eterno
como este amor, ya tan mío
que irá conmigo muriendo.



TEMA DE AMOR

Dentro de estos cuatro muros
pretendí ocultar mi dicha:
Pero el fruto, pero el aire
¿cómo me los guardaría?

Hora mejor que pospuse,
voces que eran para mí,
camino que no elegí
destino que no dispuse;
¡cómo os volvisteis oscuros!
¡qué amargo vuestro sabor
cuando nos encerró mi amor
dentro de estos cuatro muros!

Entre tu aurora y mi ocaso
el Tiempo desaparecía
y era nuestra y era mía
sangre, labio, vino y vaso.

En perdurar se encapricha
mi sombra junto a tu luz
y bajo negro capuz
pretendí ocultar mi dicha.
Pero el fruto, pero el aire,

pero el Tiempo que no fluya,
pero la presencia tuya
fuerte, joven, dulce, grande;
sangre tuya en vena mía,
lazos a instantes maduros,
dentro de estos cuatro muros
cómo me los guardaría? 


***
aef Xavier Villaurrutia Carlos Pellicer TTV Federico García Lorca homosexualidad Sexto Piso Salvador Novo Luis Felipe Fabre ARTICULO0 Comentarios A+A-
Salvador Novo
Salvador Novo no escribió con sangre, sino con caca. Esta lapidaria frase de Octavio Paz inspiró a Luis Felipe Fabre para escribir el ensayo en el que aborda la obra menos difundida del poeta. Publicado recientemente, Escribir con caca (Sexto Piso, 2017) tiene como hilo conductor la poesía homosexual del autor de Estatua de sal.

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El pintor Diego Rivera llamó a Novo y a su grupo cercano, en el que figuraban Xavier Villaurrutia y Carlos Pellicer, “los anales”, en alusión despectiva a su sexualidad. “Algunos verán en él una amenaza a la virilidad nacional: un profeta obsceno que viene a anunciar en verso la instauración en México del reino de las locas”, escribe Fabre en su ensayo sobre quien fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

Los poetas abiertamente homosexuales que pertenecieron a la generación de Los Contemporáneos eran, dice Fabre, provocadores. Novo en especial. En él, afirma el autor, lo alto y lo bajo, el poema y mierda, son indiscernibles. Por eso su persona y su obra resultan amenazantes.

“Como bien explica (Carlos) Monsiváis, le gustaba el perreo -antes del reguetón, bromea-; tenía una lengua viperina, afiladísima. Los sonetos que dedica a la gente de su época son brutales”.

Como los que dedicó a Ermilo Abreu Gómez, “una verdadera cúspide del insulto y las posibilidades escatológicas del idioma”. Estos aparecen en el libro de Fabre:

Aqueste sorjuanete grafococo,
desmedrado, calvillo, yucateco,
cuyo padrote, eyaculado en seco,
le diera el semi-ser en semi-moco;
este de ciencia no, pero sí foco
de liter-reportérico embeleco,
me viene a la memoria si defeco,
y en mis huevos lo espulgo si los toco.


Algunos de esos versos se publicaron en 1955 bajo el título de Poemas secretos en una edición de sólo 15 ejemplares. “Sólo sé de ella por el testimonio ofrecido por José de la Colina, quien colaboró en la edición”, cuenta Fabre.

Los poemas finalmente aparecieron en Sátira, el libro cabrón una recopilación publicada en 1970 bajo el sello Diana. No los incluye en su Poesía reunida, pero según Fabre, estos versos conforman uno de los proyectos más radicales de la poesía hispanoamericana del siglo XX. “Pero bajo la apariencia de una obra menor”, observa.
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El autor pone como ejemplo un poema que Novo pudo dedicar a la poesía misma, más que a un amante:


¿Qué hago en tu ausencia? Tu retrato miro; él me consuela lo mejor que puedo;
si me caliento, me introduzco un dedo
en efigie del plátano al que aspiro.
Ya sé bien que divago y que deliro,
y sé que recordándote me enredo
al grado de tomar un simple pedo
por un hondo y nostálgico suspiro.
Pero en esta distancia que te aleja,
dueño de mi pasión, paso mi rato,
o por mejor decir, me hago pendeja,
ora con suspirar, ora con pedo,
premiando la ilusión de tu retrato
y los nuevos oficios de mi dedo.

* Texto enviado por Jesús Blas Comas

19 comentarios:

  1. Elkín Dario Dávila24 de enero de 2018, 16:40

    Vaya que sorpresa Gabrieles, Andrés ya me había hablado de él, cuando hizo sus estudios de teatro en México.

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  2. Pero si Lezama no salió de Cuba, en que barco?

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    Respuestas
    1. Gabriel del Casal25 de enero de 2018, 4:46

      La fuente informativa, me dijo que un barco en La Habana, en 1939.

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    2. Lezama estuvo con su familia en la Florida (USA) durante la niñez.Luego
      visitó México en 1949 y Jamaica en 1950 y lo hizo en barco no en tren...

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    3. os años después de aquel número mexicano de Orígenes , en octubre de 1949, Lezama viajó por primera y única vez a México. Es muy poco lo que sabemos de ese viaje, pero la mayoría de los testimonios reitera que se trató de un viaje privado o turístico, sufragado por su amigo, el poeta Gastón Baquero, por entonces Jefe de Redacción del más importante periódico de la Isla, el Diario de la Marina. En todo caso, Lezama, en 1949, no era ya aquel joven poeta, desconocido y marginal, que sólo había escrito Muerte de Narciso y que se dirigía con timidez a Alfonso Reyes. Para entonces Lezama había publicado tres cuadernos más – Enemigo rumor (1941), Aventuras sigilosas (1945) y La fijeza (1949)–, llevaba cuatro años editando Orígenes y publicaba una columna en el propio Diario de la Marina. Prueba del reconocimiento alcanzado por Lezama, en La Habana de los años cuarenta y cincuenta, fue la polémica que sostuvo, el mismo año del viaje a México, con Jorge Mañach, el intelectual público por antonomasia del período republicano.


      Con su madre, 1953
      No hay indicios de que Lezama haya visto a alguno de sus muchos amigos mexicanos, en octubre del '49, durante su viaje a México. Pero sí hay señales del impacto que le produjo aquella visita, sin la cual es difícil comprender algunos pasajes de su ensayo La expresión americana (1957) y de su novela Paradiso (1966). Lezama vino a México en barco, llegó a la capital por la ruta de Cortés –Veracruz, Córdoba, Puebla– y desde aquí viajó por carretera a Cuernavaca y a Taxco. De la visita a esa ciudad minera, queda una célebre carta a su madre, Rosa Lima, en la que confiesa su fascinación: “delicia sobre delicia y nieve verde. Estoy de sorpresa en sorpresa, del mucho agrado al otro agrado en que todo se nos presenta como una revelada maravilla”. Lo que más le impresiona de México son sus restaurantes y sus iglesias: “Descubro por la mañana la calidad insigne de un restaurante y por la tarde –en éxtasis de maravillas, otro que lo supera.” En Santa Prisca, dice sentir la “emoción adecuada” del “católico americano”: “Fui a Taxco, la ciudad de la plata y de la piedra rosada, y por primera vez sentí la emoción adecuada que debe tener un católico americano para mostrar su fe en una forma alta y condigna.” En otro pasaje de la misma carta asoma, ya, el eje argumental de La expresión americana: “Aquí se han construido las únicas iglesias donde el hombre americano le ha dicho al europeo que él puede construir los motivos y símbolos de su fe.”


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  3. décimas de la mala pulga

    Novo que son novedades
    en esta américa Neruda
    que exhibe las boba uva
    de Parra y sus vanidades
    en atacamas y ciudades
    cebando así a los Zuritas
    que son las caperucitas
    de las izquierdas posturas
    escondiendo en las cinturas
    su carnet de mariquitas

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  4. onetos de Novo


    Dura visión aflige a los longevos
    —cáscara inútil en desierto nido—:
    ver que se apaga en ellos la libido
    —urgencia y potestad dc los mancebos.

    Ambos endocrinaran como nuevos
    —fabricantes del jugo apetecido—
    si el derecho no hubiera desistido
    (hablo —¡triste experiencia!— de mis huevos).

    Dura ley: pero ley que nos caduca,
    todo —decreta— por servir se extingue:
    ayer si penetró, sólo hoy machuca.

    Puesto que ya no hay potro que respingue,
    al consuelo falaz de una peluca
    mi juventud se atenga —y yo me chingue.



    En las catorce redes del soneto
    año tras año, penas y alegrías
    urdí, con hilo tenue de los días,
    a su apagado sístole sujeto.

    A gotas decantado su secreto,
    en arcas encerráronse vacías
    esperanzas, anhelos, cobardías
    —signo precario—, mínimo amuleto.

    Clama el Invierno con sus voces frías
    a las puertas del mundo en que vegeto
    palabras erigidas en vigías.

    Haga mi corazón mutis discreto
    y vuelva al mar tristezas y porfías
    en las catorce redes del soneto.
    otro soneto

    Antes de que el documento se nos pierda
    en las indoctas sombras del mañana,
    has de saber, Ermilo, que sor Juana,
    cual todas las demás, cagaba mierda.

    Esta opinión, como verás, concuerda
    con la que dio Miss Sheen allá en La Habana,
    halló que se pelaba la banana
    y que a cada reloj le daban cuerda.

    Otro dato importante de la vida
    de esa monja que estudias con empeño,
    es que tenía su entrada y su salida.

    Y que a fin de engendrar Primero sueño,
    a falta de una verga a su medida,
    entre las piernas deslizóse un leño.

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  5. En Veracruz, 1949. Pero no se inmutó mucho

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  6. Estos textos neoberracos, son la berraquera
    Conozca en 5 minutos a un grande de la poesía.

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  7. Los sonetos de Novo, son battellianos, ósea más allá del surrealismo.

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  8. Yo con esa portada de XX poemas, solo para regalárselo a Lorca. Lezamón hubiera dicho, uff cuchiflus.

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  9. Yo creo que la maricona era Góngora, pero como todas las monjas se llamaban así, a Góngora le decía Quevedo, bujarrona, hasta burrita.

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  10. Los sábados, cocido
    Anthony Warner, bioquímico experto en nutrición, se levanta contra las dietas absurdas y las tonterías que proliferan sobre la alimentación
    OtrosConéctateConéctateImprimir
    ANTONIO CALVO ROY
    29 ENE 2018 - 05:54 EST
    Los sábados, cocido
    No, oler limón no cura el cáncer, el aceite de coco tampoco lo previene, la sabiduría ancestral no tiene nada que ver con los — inexistentes— superalimentos y, en definitiva, las dietas milagro no existen y quien quiera convencerle de lo contrario probablemente trate de engañarle o de hacer negocio, o, casi seguro, las dos cosas. Anthony Warner, bioquímico experto en nutrición y cocinero verdaderamente enfadado, se levanta contra tanta tontuna sobre alimentación y bienestar porque “a veces parece que quedan pocas voces moderadas en un mundo que ha enloquecido”.


    Warner atiza sin piedad, pero con argumentos basados en la evidencia, a las dietas détox que “no sirven para nada. Ninguno de estos alimentos limpia el hígado o los riñones, digan lo que digan”. Igual critica sin piedad a las dietas sin gluten, las alcalinas, la dieta paleo y las sabidurías ancestrales que “no nos pueden enseñar nada de nutrición, aunque sí de relaciones públicas”. Por eso, enfadado, Warner ha escrito este libro, que no es “una lista de normas para una vida sana y feliz”. Lejos de esos libros de autoayuda disfrazados de nutrición, o viceversa, Warner propone sentido común, productos variados, cantidades moderadas, equilibrio y, desde luego, no sentirse culpable ni culpabilizar a nadie por lo que come. “Cuanto más leía, mayor era mi incredulidad ante la grosera malinterpretación de la ciencia y la estupidez absoluta de algunas tendencias”, porque la discusión sobre la alimentación y la salud se ha convertido en un “mundo de pseudociencias desconcertante, de rechazo arbitrario de la modernidad y de estupidez peligrosa. Un mundo donde cada día se miente más sobre la alimentación”. El término técnico que usa Anthony Warner, en la rigurosa traducción de Cristina Macía, es nutripolleces.

    Tras el preciso repaso a todas las dietas caras pero inútiles, Warner, siempre con humor y sin pelos en la lengua, propone desconfiar de cualquier cosa que recomiende un famoso, más evidencia científica y menos mística de la col rizada para evitar que “las ratas de las pseudociencias campen por sus respetos y, en un mundo de información fragmentada, puedan causar daños graves”. Verdaderamente, es un chef muy muy cabreado.

    El chef cabreado. Anthony Warner Traducción de Cristina Macía Ariel, 2018. 356 páginas. 18,90 euros.

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    Respuestas
    1. El puma extinguido.29 de enero de 2018, 17:11

      La mariguana es lo mejor para matar el cáncer, siempre y cuando consuma todas esas hiervas fresquecitas, y sabiendo que va con quien.

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  11. Lezamon, no hablaba como loca, tampoco Barba Jacob. Novo en sus comienzos, asalto su voz con solfeo de Coyoacán.
    Hoy si no hablas como loca, estáis quemados. Gajaka a veces muy loca, otras, le da por ser petrista, va por alguien por ahí.la máxima es Briggite Baptista Luis Guillermo. La propongo como forma vicepresidencia de Petro

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  12. El 23 de agosto Novo le cuenta a su madre:

    Mamá:

    Mañana tengo que comer con Orson Welles, y ultimar con él un asunto que es de la mayor importancia; una película que haremos entre los dos, y en la que trabajará él con Dolores. Ellos dos y yo tenemos el pacto de no contar una palabra del argumento a nadie, pues es tan magnífico que nos lo madrugaría cualquier estudio.

    […] Del argumento no puedo decirle más que es grandioso, y que Orson escribiría la parte Americana y yo la Mexicana, pues se trata de un conflicto entre los dos temperamentos. De aquí a diciembre, él concluirá la película que está dirigiendo [El ciudadano Kane]

    […] el martes hay una cena con Chaplin y me han invitado; y como en una fiesta sale la invitación para la siguiente, es una cadena interminable. Mientras no vivamos acá no es posible. Quién sabe si algún día lo hagamos.2

    Para nuestra buena fortuna, Novo no tardó mucho en volver a México. Para mala fortuna de la cinematografía, quizás, la película nunca llegó a realizarse. En 1945, movido por una visita de Welles a México, Novo habría de recordar así aquel proyecto:

    Trato de reconstruir, mentalmente, el interés de Orson por México. Fue sin duda Dolores quien lo nutrió. Por 1940 ambos acariciaban la idea de hacer una Conquista de México en que Orson sería el Cortés y Dolores la Malinche. A mí me pareció que esa historia fundamental podría actualizarse en la medida y en el sentido en que los nuevos conquistadores de México serían también rubios y, con respecto a Cortés, conservarían o restaurarían la contribución de un adelanto, esta vez mecánico, que una Malinche igualmente previsora que doña Marina avizoraría en aparente detrimento de su raza. A Orson le entusiasmó este giro de la historia, y un poco a causa de ese entusiasmo, y de su efímera decisión de empezar en el acto la película, volví a México a prepararla.3

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  13. Amén por tu altar.

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  14. Ay Cornelia, eres una muchacha. Las piernas de La mujer fantástica, en filo está hilera.

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