sábado, 24 de octubre de 2015

Roberto Rico, un poeta mexicano de Chiapas, de los poetas Barrosos de la primera década del 2000.


PICASSO

Del poeta Roberto Rico, supe por el poeta Jesús Blas Comas, bastante desconocido el chiapense, ha publicado tres libros en la década del noventa en México: Reloy de Malvarena, La escenográfica virtud del sepia, y Nutrimento de Lázaro. Considerado Neobarroso en el 2000. Ya Nestor Perlongher, el poeta argentino lo había creado en los 80s,\. Encantado de tenerlo entre sus invitados, cualquier día en el Hades de twittero. Publicado en los bloguer de poesía que son poco leídos: Eco Negro, y Crítica.
Salió en la antología de veintitres poetas latinoamericanos de Eduardo Milán (Pulir Huesos, 2007).
Por Gabriel Jaime Caro (Gajaka).

Algunos poemas, los que parecen completos y los otros instalados, escuchando el cuento de Paracelso.

Roberto Rico, Cintalapa, Chiapas, Mexico, 1960

Hipocampo de Troya
Con un cor­cel marino entre sus páginas
a modo de lec­tura señalada,
el corazón deviene frente a la coz del escocés con soda
que merced a girante,
loco­movi­ble mez­clador de bebidas (emblema
pub­lic­i­tario de la fonda)
agita, esmero y égida, la zurda.
En ocio la con­traria mano
pone en ser­vi­cio al mondadientes,
mala cos­tum­bre sana hoy en desuso.

La tarde, mere­triz entrada en huesos,
arroja su siete de espadas
a la cará­tula romana de un col­iseo en bancarrota.

Sobre­viene la noche. En abandono
de su suerte, el esbelto percherón de vinil celeste
se rinde al trote de ácido der­rotero. Su estampa de hipocampo
galopa nudos incontables.
Calei­doscópi­cas maque­tas de acalo­rado iglú se resquebrajan.

De allí que ostente enjun­dia el pura sangre
sofre­nado en hiali­nos bor­des. Con ello a su jinete
le fuera símil refro­tar el seno caído de amazona
que apoy­ada en escuadra de su codo por­fi­ara grá­fico helenismo
desde el extremo opuesto de la barra.

Ver­te­bran luces diurnas
la ciu­dad poseída, aliterada
troy­ana som­bra que al hundir espuelas
con el agua hasta el cuello cam­bia de yegua a la mitad del río.

 La pensión de Filoctetes

Huéspedes del virtuoso Filoctetes
en nada nos aflige sabernos forasteros.

Opaca nuestras penas el múrice encendido.
El guante bruno y las rosáceas yemas,
la penumbra y el alba, se acumulan
sobre el herido pie.
La cicatriz del sueño, los odios en urdimbre,
nos inspiran confianza para pulsar el arco.

Bajo cobijo de una gruta
aguardamos dictamen del Egeo:
los dioses en asueto,
meridionales liras;
una forma visible, un domicilio y un nombre;

domesticar el canto en las aljabas del eco.



(de Reloj de Malvarena)


NIÑO QUE PIERDE AL ÁNGEL DE SU GUARDA

Rehén de un titubeo
limítrofe al valor,
el infante se esfuma entre la nube
trepidatoria del arado vértigo.

Con él, desaparece
la monarquía del ángel centinela.



[selección de textos]

Episodio al vapor de unos cabellos

Contra el boquete donde aún valdría
llamar espejo al agua dulce varada sobre el óxido,
planta la faz; con ella, su media filiación de hurí
desdeñosa, diríase lejana. Desde los estribos
de la conformidad, el dorso vuelto configura
su vis de potra, erguidos bajo el ventilador los pechos.
Secar la cabellera:
fatiga sólo pensarlo.
Cubriéndose el escote
manos al hombro, deposita
sobre la frente del dormido
barruntos de una fresa macerada.
Termina de vestirse. Salen
sus cabellos mojados a disuadir el orden de las nubes.

El acostado se despeja. Actúa
según la circunstancia de haraganear en torno suyo el estro
semiárido del Camel de reserva.
Rememora,
recibe a flor de labios
la pionera rondana de un pezón:
discernido, coránico trasmundo
del que resiente aún su sedimento
cuando sale del cuarto
y el contrito esmeril de la llovizna
modifica los planes de abandonar ileso el escenario
de lunas embebidas por Khayyam,
acto seguido recicladas
ante la intromisión afable del camarero que consulta
si el señor apetece un entremés
o desde ayer querrá un aperitivo.

21 comentarios:

  1. Excelente pomada tópica para Tirios y Troyanos.

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  2. La cantidad hechizada que nunca pasa de moda. The cops rouges, Chiapas, gol olímpico. No por nada tiene a Chiapas.

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  3. Que bueno que México tenga grandes poetas, aunque no lo sepamos, gracias Hilario.

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  4. A un poeta maldito

    las alabastras, balaustradas y mollejas sudadas
    comida para grullas, o simplemente coyotes.

    París sin aguaceros, mejor que poema a la calle Fortrel.

    medias lunas, la boca de la cueva con 100 mil murciálagos.
    no tardes, piedras de gran tamano, se ve que está lejos,
    que tan lejos la lejanía después.

    parches, donde todo se ilumina, megatones, conflicto
    armado por la resaca de la nueva enciclopedia de la murte.


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    1. Neobarroso?

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    2. Neobarrosos erán todos los que hoy se llaman neobarrocos. Tenían en Nestor Perlongher un AS en la manga, cuando publicaón la antología MEDUSARIO, 1996.

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  5. C o rr e gi do

    A un poeta maldito

    las alabastras, balaustradas y mollejas sudadas
    comida para grullas, o simplemente coyotes.

    París sin aguaceros, mejor que poema a la calle Fortrel.

    medias lunas, la boca de la cueva con 100 mil murciálagos.
    no tardes, piedras de gran tamaño, se ve que está lejos,
    que tan lejos la lejanía después.

    parches, donde todo se ilumina, megatones, conflicto
    armado por la resaca de la nueva enciclopedia de la muerte.

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    Respuestas
    1. No, pues distintísimo al otro, muy muy bueno. Qué corrección, lo mejoró al cien. Eso si es gran arte: cag-arte.

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    2. Pero este si leyó, o nu sabe.

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    3. No (nu) sabe.
      Vaya usted a saber que escribe.
      Una buena dosis de opio, si, eso le hace falta.

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  6. Mollejas sudadas, u.u.

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  7. Soy neobarroso y neoberraco: cuántos caben en una jaula?

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  8. Había una Caperucita y un lobo feroz
    - de ahí no se ha salido -
    Y había una Penélope y un Ulises,
    y de esto casi nadie se acuerda.

    Pues apueste al rábano, al burro al revés
    de vez en cuando.

    Y no te digo Aquiles, para que no te digan maricón
    de mierda.

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  9. Alvaro Ojeda...Uruguay...Otro berraquito que parió la marrana...

    FINIS AFRICAE
    (para no leer a Eco)

    Se muere de fiebre de Lassa
    de fiebre del valle del Rift
    de fiebre amarilla
    de dengue
    de escarlatina
    de inconstancia gladiadora en las antenas
    de los márgenes de las ciudades
    de sus depósitos raleados de nubes
    de mares se muere como un enorme asunto
    descifrado ciertamente
    demasiado vulgar al raciocinio
    y se muere también de inconsecuencia


    Galerías de citas
    con entradas y salidas
    con rodillas y cuerpos que se estrellan
    en la soledad de los pasillos
    amarillos de yema de natural
    amarillo
    porquerizos de Dios en esta oscura
    rebelión del Sudán


    Miríadas de bucles recién cortados
    arrumados de grumos en donde cuentan
    las sonrisas que fueron
    a pararse detrás
    detrás del muro contando sus momentos finales
    hasta la marca antigua del vendedor
    de libros
    del paseante oscuro desaliñado
    de la mujer pequeña morena bruna
    caída de la falda de su propia madre.

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  10. Necesito leer más de Roberto Rico, mi tocayo de Chiapas.

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  11. Bossa nova fallido entre otras razones por echarse en falta el fonema nh

    Mi ditirambo brasileño
    es ditirambo que aprobaría tu
    marido

    Rubén Darío

    Turbamulta cubriéndose
    la cabeza con diarios: cuervos blancos
    entre la lluvia negra.
    "Vi llover, vi gente correr": más fácil.
    Sólo que no es la tarde
    donde tú y yo claudican,
    ambos otros y mismos
    el ingrediente trunco de la noche.
    Agua desestimándose hidroponia
    salpimentan vibráfono y membrana.
    Mal no recuerdo el guiso,
    pues harinándola te supo a samba,
    a confusión que desenjaula tigres,
    tal imperita en dulce
    fermentación de la saudade.
    A salobre, labial trasunto,
    silente caldo sobre el pavimento,
    con recetario el postre se isoglosa:
    fruto aurisecular, perolmo, azúcar
    mascabado, abejar acento
    inherente al ayer, al bossa
    nova de nuncia liebre que refrío
    mucho antes de cazarla.
    ¿Ves ya cómo no es fácil, Clodia,
    reforestar sobre cemento?

    ("Jasón es un acrónimo", libro inédito)

    ROBERTO RICO

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  12. New York, verano del 15

    Los dioses se me atravesaron, por aquí o por allá.
    Yo dije por allá.

    Ganas de reirme de "La puta borracha" de Alfred Jarry, otra vez.
    Ni mijo, ni magia, ni dionisiacas, ni beso virtual, nada no.
    Ustedes lo que son, agrios, sin teta, fascistas.

    Viene al caso, no se peine, no se toque en el tren.
    Si es cierto las luces no son de caramelos,
    pero medio travestiada, si.

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  13. Hay como una valla de choque entre el poeta Rico y yo, pobre.

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Gracias por los comentarios enviados con tu cuenta de Gmail, y por enviar textos para esta secta abierta de la pequeña Andrómeda con cebollas en el mundo celeste. Si no la tienes la puedes sacar inmediatamente. Textos pueden ser enviados a gajaka@hotmail.com. e hilario.aquiles@gmail.com