Gabriel del Casal, recibiendo todos los aplausos, le queda corto su heteronimito, pero tiene un clarinete en codo con un piano.

Cuándo competía en actuación con Flora Martinez. Sucia, fea y cochina. No Flora.

Hay que saber lo que no se puede saber, es con f’’ormula, la Uno, cuál

 de los dos, el neumólogo o el neurocientífico, con pocas neuronas?
You don't know what you don't  know.

Por Gabriel del Casal (heteronimito favorito de Las Diago, más no de las Chamorros).

Para comenzar compré naranjas del Líbano, y no protesté, para qué, solo en esas naranjas que quería Franz K.. Hodges y Webster, recreacionistas de lujo. Magister Dixit. Hacía lo sagrado el libro mágico. El hombre con atributos (¿? Solo Alá). Okey, y no han regresado los pajaritos, ¿cómo pretender saber su misterio, su miedo? De caldera hasta los cojones.

Almacenando poco, Spinosa, hay que hacerlo cortito, cómo lo hizo la Pulga Hampona. Ahora vive en Tamalameque, en dónde tembló 5.1 y por poco se hunde en el río Magdalena, La pulga tiene vacas, cuadro perfecto de un Rimbaud por Abicinia.

Diálogo Uno

Montemos Macbeth, no es bueno morir así? Cómo? Actuando. Mira ves esas, nada, esas ardillas, no cardenales  impuros, muertos de la risa, las águilas blancas los respetan. Eso no lo tengo muy claro, ve tu, si eras mi enemigo por contienda. Un genio todo un genio. Se murió el de la cuadra, y nunca más se sabrá de Epicuro y de Demócrito de Abdera.

Fin de partida.

Qué es qué es, el atributo del Dios helénico, si dilo, cómo con Perlongher y Echavarren. P allá iba la Pulga hampona. No señor, no es traqueto culturalmente hablando, enseña a Spinosa. Es más la ingeniería abarcada, que los planes de desarrollo. Rimbaud en escena: me he ganado 100 reses de ganado conversadito. Este me vió el c.u.l.o.t.e.

Solo quedaron los hombres que venden leña, que leen un libro por décadas, Las uvas de la ira, The Grapes of Wrath, y así respetan al vecino. ¿Por favor qué lleva el río? La colina de los lagartos sapos y amedrentados cuadrúpedos de dunas solitarias.

Diálogo dos

Fin del guión, baile de máscaras, Dioniso se achica, la peste humana ha vuelto a poner sus dedos en la mortalidad degenerada de seres cómo si nunca pasaron al otro lado de la muralla. Aquí queda el orden establecido.  Lo clásico es un concepto ignorante, no incluye al jazz entre la locura. El dios se quita las garrapatas.

Ahí sí, sube el violín en el Triple concierto de Beethoven, Escapad gente tierna que esta tierra está enferma, con esa dosis serrática, comenzamos, caminando por el espacio.

Serenate, (por dios que no es Mingus).

Alcanzamos a ver las naves, casi nunca cuando se van. No por eso dejamos la primera vez para el olvido. En Mitología no cabe. La mordedura del tiempo, el suicidio de Trufaut, se desplomó del telón de 1984.

El festejo de los gestos: Carlos, Elmer, and mi, tu su.

La muerte crea sus diferentes formas de martirio, los amantes del amor, lo dije para mi, con ese sofistis de Trufaut. Los distintos enlaces, y uno llega directamente al campus magnético, doble acción, y partir, no importa que luego caigas a un abismo con agua bendita. La dama del perrito está libre de la pandemia. El perrito de Lezama para mirar por las ventanas.

La montaña mágica está plagada de ingenieros llamados Hans Castor. Llevan dos flores en cada bolsillo del ancho pantalón. Siempre las chicas son agradables para el escritor, ¿no hay una coja cómo la señora Smith? Ah, pero después vino Muerte en Venecia. 

Thomas Mann si pudo ver a Dioniso cuando lo trasportaba, y era toda una dicha, verlo e imaginárselo.

La diosa era la sola, la reina, sabía ejercitarse, para cuando la pandemia pidiera sus frutos individualizados, los sacrificios infrahumanos. El laberinto inviolado. Mientras cae la tarde el cerebro es mayor que la conciencia. No mueras.

Para mis enemigos

caseros, es lo pior.

Hay que saber lo que no se puede saber. You don't know what you don't  know.