domingo, 19 de febrero de 2017

Sin Nombre Divino, un heteronimito que aprende a escribir desde el asueto en el paisaje restringido.


El borracho Bitter, por Adriaen Brouwer.

Contando estoy los pasos de la fiesta, que animalidad.

Por Sin Nombre Divino

Entre uno y otro, los otros que ocuparan su lugar, en un sueño y de otro, sin dar pie a la metafísica que no se ve venir, encerrada como una mujer en el espejo rojo.

Prendas de vestir se tiran hacia arriba, impidiendo ver la caída por un ruido enceguecedor.  Pasa la policía sin ley, acompaña a los purgatorios incompletos, la bebida demasiado azucarada, no convence, si el que se cree genio, no aprende a besar el trasero de sus recuerdos aparecidos en escena.

Si existieron tres siglos inútiles, cómo reparar los daños a la pintura con el Neo clasicismo de Carlos VI, Luis XVI?

El horripilante deseo del marqués puntiagudo, hoy entre las cadencias del ritmo sincopado y de gritos anárquicos pauperizados, y yo aquí aplazando el encogimiento por el tobogán de risas, mañana.

Y usted me habla de tiempo dormido, centros de atención con polvo de la arena movediza, rápido descreimiento, por entre las pesadillas prohibidas, permanezca sentado en la sala de esperas, de los cohetes de caramelos en el hoyo del alma.

Por si perdemos con el suicidio, ganamos con la multiplicación de verdugos de corta edad. La sola página favorita permanece engavetada para el voyerista de la muerte.

No hay espacio para acomodar la luna del crecido bermellón, apostando al hermético uso del noviazgo, al que no le cuadra, es porque rinde cuentas, y solo conserva de las crías, los pollitos enfermos de la demarcación. Huele a demostración excesiva del uso de haber nacido en una isla parecida a un pescuezo exhibido.

Córrase, de salida a los frenteros, y más que nada al susto de morirse por aspiración de los algodones de acero de la nevera de invento alemana, y no es que acuse, solo recuerdo que fueron exterminados todos, a los que corrían como perros detrás de un conejo de peluche.

Ay, sobrantes para partirse a la mitad delante del rey Salomón.



Afiche y collage para La Mecánica Enlagunada, play, de Gabriel Jaime Caro (Gajaka). 

9 comentarios:

  1. Francisco Loaiza P.19 de febrero de 2017, 18:44

    Me encanta, me conmueven tus hererónimos con muletas.

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  2. Poesía sucia, a punto de borrarse, de inimaginables encerados, pisando duro, qué más, terror de si mismo.

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  3. Si tuvieras pensión en Colombia, te sacarían el 7% para los reincertados por la paz, las Farc, y en dos años lo suben a 9%. Decirme tu lo qué opinas?

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  4. Si, la propuesta del senador Roy Barreras, el descarado ese que se cree poeta, con su secretario Fernando Denis, un poeta oportunista creado por William Ospina, y que goza de un sueldo millonario. Nada raro que los pensionados pobres se mueran de odio y desprecio por esta propuesta del partido de la U.

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  5. Me encanta el final, solo tuyo, y esa lírica de lo pedestre, pasos de animal de fantasma.

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  6. Tal parece que la inspiración es lírica, del constante hacedor. Ahora entiendo como se acaba, convirtiendo al poeta en mentiroso, de donde no hay por donde cogerle. No hay que robar, solo el misterio de los libros preferidos.

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  7. Me he quedado ailla, con un sol maricón, porque los hombres se desnudan, y no nos dellan a nosotras descansar la teta apretada.

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