Mandarin Carroll, sacudIÉNDOSE su cabecita epiléptica, ha logrado nuevos lectores. Volúmen II, la alegría insatisfecha, y la cachetada.

León Felipe Larrea y Gajaka Extra(s) mi(x) tico. Calle once con la sexta. Misterios eleusinos.

El Teresterion*, su cielo, y Alarico, el Godo. 

Tu puedes empezar un poema a la naturaleza muerta así, y si quieres me llamas para continuarlo. Te cedería mis derechos.

(Memorias, Segunda Parte)

Por Mandarín Carroll, más subido que el palo de naranjas en el patio.

Para empezar la Exactitud de Kafka visto por su gran amigo Max Brood, antes que el cubano italiano Italo Calvino razonara sobre este tema en sus conferencias de finales del milenio pasado.

Quién dijo, que caminar con un kafkiano, agota el tema en 5 minutos? Con esa exactitud de K. para llegar tranquilos a la situación partiendo de cero, y con tres o cuatro miraditas de fondo.

ay que si fueras onírico, cáscara de mandarina seca, y ya está. Sirve para despistar al enemigo de sus pretextos. Si la metes al fuego ganas el combate. Cuándo alguién se cree superior, no sor Calcuta, hace de su vida un show, fusilando a cuanto aparece por ahí. Casí el franquismo. La espectacular salvia del Jardín de las delicias.

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La fragmentación y el poema ya son hermanos en la cópula, vaste demostrar la calidad de fragmentos, los intespectivos, o despectivos, es lo mismo, ah, Fragmentos a su imán, el último poemario que nos regaló Lezama a los neobarrocos. J.L.L. no abandonó a sus hijos, a pesar de la interpuesta censura. Hijos de hilo, de piedra, de estuco.

Mejoramos con la patética muestra, representación engañosa, del stalinismo, que ahora vuelve a enfrentar al nazismo ukraniano, disfrazado de Lobo estepario, mientras los reyes ranapanui se mont Rapaniu, se montan a la nave de hielo hecha un gin.

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Rauschenberg

Mientras escucho al gran Ligeti, su concierto romanesco, la hungara hechizada todavía en el siglo XX, manoseada por los zares, blancos sin tatuajes, vaya barbaridad, supe de uno que se entregó a las tropas enemigas, lleno de tatuajes en todo su cuerpo.

era nearl o zeland, moros decapitados por el imperio romanosky, los que sean que morían en sus caballos de fiebres horribles, y se los comían los leones.

claro, el Violín furioso, allá en tu Africa descalza.

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frenaron Los caballos verdes de Pink Floyd y el Free jazz, No, los bajos de la noche sublime. Vaya c.a.guese en el día!!!! no pueden alcanzar a Ligeti. 

Claro lo entendía, la noche de los tártaros, del cervantino andaluz, de la especimén medio extraterrestres pero mixticos, ciertos perfiles incas, y del mexico olvidado, los otros medidos con la misma medida (la vara), medidos a su medida, es nada medidos, metidos en la grande con un corno inglés, el no medido medita la medida del otro.

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Era de José Assunción Silva, pidiendo pista, mientras el aire está huracanado ahora, talvez Silva tenía el español pispo o bonito como Cervantes puro de lenguajes moldaraces. Que cósmos sin anfiteatros, pero si con Alfileres de colores.

Uno no se puede imaginar, la aplastante derrota del poeta Silva en Bogotá. de solo pensarlo todos los días se suicidó la poeta María Mercedes Carranza, que se sentaba en su mismo lugar de la sala de su casa, por años, oficiando de directora.

Yo la ví y la quería rescatar del lugar, pero se hizo la de cuatro ojos.

Venecia. Foto de Alonso Mejía.

6

No como al pan pan y al vino vino. Gen y poesía. palabra inventada hoy: folofeo, y decanta perfecto.

El Modernismo desnudo, con ese acoso del Románticismo y la cruel belleza del Simbolismo. Solo Horacio partía en dos las peleterías de moda.

Muertos*

En los húmedos bosques, en otoño,
al llegar de los fríos, cuando rojas,
vuelan sobre los musgos y las ramas
en torbellinos, las marchitas hojas,
la niebla al extenderse en el vacío
le da al paisaje mustio un tono incierto
y el follaje do huyó la savia ardiente
tiene un adiós para el verano muerto
y un color opaco y triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.

En los antiguos cuartos hay armarios
que en el rincón más íntimo y discreto,
de pasadas locuras y pasiones
guardan, con un aroma de secreto,
viejas cartas de amor, ya desteñidas
que obligan a evocar tiempos mejores,
y ramilletes negros y marchitos,
que son como cadáveres de flores
y tienen un olor triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe.

Y en las almas amantes cuando piensan
en perdidos afectos y ternuras
que de la soledad de ignotos días
no vendrán a endulzar horas futuras,
hay el hondo cansancio que en la lucha,
acaba de matar a los heridos,
vago como el color del bosque mustio
como el olor de los perfumes idos,
¡y el cansancio aquél es triste
como el recuerdo borroso
de lo que fue y ya no existe!

* de Cenizas, José Asunción Silva.

[END]

* Teresterion, edificio donde se reunian en Eleusis, el último fue destruido por los Godos por orden de Alarico. Año 396. Por eso no amamos tanto a la naturaleza y sus secretos eleusinos.

R     O     T     H     K     O.

A los que ya no existen, estando vivos.