miércoles, 19 de enero de 2022

Roger Santiváñez, nuestro poeta peruano, con su nuevo libro Argolis; por una prueba más de su misticismo vallejiano, bañado y besado por la mamá. Y ya bien crecidito el poeta.

 

Roger Santiváñez, foto extraída de Círculo de Poesía.

Dios

de César Vallejo

Siento a Dios que camina
tan en mí, con la tarde y con el mar.
Con él nos vamos juntos. Anochece.
Con él anochecemos, orfandad...

Pero yo siento a Dios. Y hasta parece
que él me dicta no sé qué buen color.
Como un hospitalario, es bueno y triste;
mustia un dulce desdén de enamorado:
debe dolerle mucho el corazón.

Oh, Dios mío, recién a ti me llego
hoy que amo tanto en esta tarde; hoy
que en la falsa balanza de unos senos,
mido y lloro una frágil creación.

Y tú, cuál llorarás..., Tú, enamorado
de tanto enorme seno girador...
Yo te consagro Dios, porque amas tanto;
porque jamás sonríes; porque siempre.
Debe dolerte mucho el corazón.

Por Gabriel Jaime Caro (Gajaka).

Es solo un abrebocas del pinchadisimo (orgulloso) César Vallejo, un gen de soberbia y de amor a Dios, de una alegría sana, así se siente, en la vertiente imaginaria y divina del poema Dios... Para acceder a Argolis de Roger Santivañez, Colección Poesía Mayor, Leviatán, Arg. 2021

... Que nos hace revivir esa divina creación del poeta César Vallejo, del que participamos todos, ahí si en el poema construido, y Roger, otro peruano como él,  dando candela con mechón al tiempo y al encuentro entre dos cuerpos:
Veo el obstáculo del ósculo/ cimbreante cercándonos aunque/
está parada & excitada su/ cintura se enerva siempre/ que me espera, en su hornacina/ fina de la brisa plácida/ toqueteando su cabello virginal. páginas 29 y 30. (Argolis).

En esta finitud anda Roger y la poesía . Siempre ha habido una poesía mística en Occidente, muy particular, capillas de pensamiento y desorden. El misticismo Sufí.

R.S. desciende de ese César Vallejo de DIOS, LOS PASOS LEJANOS, REDOBLE FÚNEBRE, hasta sus hijos creciditos, la Generación de los sesentas, Luis Hernández, Rodolfo Hinostroza, Antonio Cisneros, Juan Ojeda, José Watanabe; se queda Blanca Varela, Vladimir Herrera, Luis La Hoz, y ahora, Mariela Dreyfus, Mario Montalvetti, Pedro Granados, Reynaldo Jiménez, M.A.Zapata, J.A. Mazzotti, Ángel García, Paul Guillén. 

Los otros poetas cercanos son neobarrocos en su carta Astral, Carlos Germán Belli, Emilio Adolfo Westfallen. Cercanos a la crítica con el humor de ese sistema de paralelas inconsecuentes. De, usted qué hace en París, 1940? -Soy peruano.
Cómo hoy, soy cubano.
El libro comienza con Hieros Gamos, con su lectura comencé a tratar a algunos personajes en la mirada. Un comienzo de discurso a lo Pico de la Mirándola, y el poema se desborda, Mojados del deseo sonido soleado.

La foto famosa del Movimiento Kloaca de poesía de 1982. Se pueden ver algunos nombres en desorden, Edián Novoa, Mary Soto, Roger Santiváñez, Mariela Dreyfus, Guillermo Gutierrez, luego se unirían Domingo de Ramos, y Dalmacia Ruíz Rosas.


Y es donde sale la pithia, ah, no, eso viene más tarde en el libro. Brinda a solas el terso marear. Y he puesto dos puntos donde no los hay, observando el coqueteo del poemario, con ciertas intenciones de gozo.

Tiene un final que ni pa que: Su deseo pertinaz o sea un haz/ De luz en mi oscura cura de/ Sueño como rimeño que soy/
Se asoma el río con la paloma/ Ploma que alcanza a llorar/ En las lágrimas lejanas de/ Mi exilio

Luego entras a las aguas, ríos oceános y gotas de lluvia. En los Artesones, Me alumbra la virgen como un secreto/ del corazón guardado en el fructuante/ Vaivén de la madreselva ungida.

Alana, a solas con Vallejo, viven parecidos, aunque claro los tiempos antes eran inversoimiles. Pero te plantas armado de rifletes de amor en la San Marcos de Lima. Un día. Tiene la piel de Piura, pues si era un delfín para la flia Santiváñez. Su maestro es Eliot, no cabe la menor duda, aunque le saque la lengua Vargas Llosa, y R.S. se pegue del negrito y de la Rosa. Pero ahora es vecino de la tumba de W.Whitman en New Jersey.

Y no comerá más conejos. Mariela  Dreyfus dice que Roger es como un bebé cuando esta en su casa, de anfitrion, pues vienen muy unidos desde el movimiento Kloaca de poesía, 1982. Integrados a la Academia universitaria en USA, no dejan de ser unos bien amados poetas peruanos, 
a la hora de alzar el huayno. La kacharpalla.

HIEROS GAMOS (el primer poema del libro que se abre como una Marcha Triunfal). 

 1 

Su divino movimiento a través de  

La orilla espumosa convierte a 

Las olas en el brillo de su azul 

 

Aves del mar murmuran la más 

Delicada canción en los oídos 

Mojados del deseo sonido soleado 

 

Transparencia de rosas fugadas 

Inquilinas de la quietud marina 

Tumbo ondulante del oleaje 

 

Serenidad resuelta en la fresca 

Humedad allí dormita solícita 

La dicción exquisita que me 

 

Brinda a solas el terso marear 

 2 

 Amanecer disípase bajo la prístina 

Aparición solar sobre el césped  

Dorado a dicha hora del amor  

 

Allí en el jardín donde brilla el 

Verdín me encontró la rosa 

Cuyo aroma es maroma en  

 

Su deseo pertinaz o sea un haz 

De luz en mi oscura cura de  

Sueño como rimeño que soy 

 

Se asoma el río en la paloma 

Ploma que alcanza a llorar 

En las lágrimas lejanas de 

 

             Mi exilio 


Pero estabamos con el libro y la poesía mistica, sea cristiana, católico, Isidoro de Sevilla,  hebrea, kabbalística. el imposible Zohar, Ollantaytambo en el camino del inca. Río Cooper, R. Rimac y R. Piura, en poemas muy concretos.

Intermezzo de Gloria [Gervitz] un cántico como esos que le gustan a Gonzalo Rojas. Lo leerán completo en esta reseña neoberraca, Tiene con José Kozer el lazo de unión con el neobarroco latinoamericano. Máquina de Kozer, poema largo en homenaje.

La invención de sus palabras, de la que comulga el neoberraco sistema poético, el flujo verbal que puede correr cómo un gamo, y saltarse el muro de las torturas medioevales. Otro más, R.S., de la Lima horrible.
De ese Argos que no fue, dice Juan Crisóstomo, mientras medita la consagración del deseo en la creación. Un poeta de un erotismo avasallador, no más leer sus poemas escritos en Roma.

Dice Claudia Schartz, que R.S. conoce el secreto. Cada mañana recorre la ribera (del río Cooper) con su cuaderno bajo el brazo. Con todo y río, región, es un poeta neoyorkino.

Roger Santiváñez, Piura, 1956, con su doctorado en poesía latinoaméricana por Temple University (Filadelfía, USA). Con cerca de 15 libros publicados, en su mayoría antologías, desde su participación como cofundador de los movimientos poéticos en Perú, La sagrada familia y Kloaca. Prepara un libro de Memorias.

Presentamos una muestra de Argolis, un sistema poético, clásico, Neobarroco. 

La Cábala. Foto archivo de Gajaka.

 INMERSIONES

1) Río Piura

Región me lanza oblícua soledad en la memoria
De inquietas filas de muchachas distintas postergan
Su canción para mí / se abanican sobre la arena
Viven muertas en la orlada nervadura & me llaman
Petunia atreviéndose a perpendicular el deseo
Tan silvestre floresta nace con el zumbido del
Aire alabando albadas aguadas porciones
Una brizna que nadie reconoce sino el silbido
Escurriéndose alrededor de la brisa / veneros
Mojando las magnolias & algarrobos fecundos
Beatíficos en la tranquila paz de manzanedas
Esa es mi alegría húmeda como la pureza de
Gotas que salpica la corriente advinar quizá
O escuchar el síndrome de su lenguaje evis
Cerado sibilante ensortija infancias perdidas
& se prende en la madrugada sabe abatirse
& templar la rama que queda suspendida.

 

 

3)      Río Cooper

 

Azar que me deslumbras me traes a estas

Castas naturales claraboyas estivales ya no

Vales sino cantas con la mandolina de juguete

& me escapo del retrete con la lenta floración

& suavidad de las sedas acuosas dormidas

Muy de mañana efímera / enferma / embotada

Soy la verde claridad que dijo hernández

Despedidas del que está pedido barro que

Todavía me recorre en el borde del abismo

Abrazados los enamorados se besan antes de

Suicidarse sonríen & se les moja la canoa

Pueden ser sueños que vislumbro desde la

Orilla hábito de la maña más sutil si es que

Vuelves a inventar la dedicación arrinconada

La cabellera de una virgen ocupa mi cerebro

& celebro su belleza reinando en dichas paltas

O suscribir el blink de la dulcísima superficie.



 ALANA

 1

 

En el desierto, una soledad de mí.

Me persigue el viento. Se va.

Se va sin mí. No me deja sino

canta una canción para ti.

 

Pero así no sé. Baila la brizna

enmielada de ti. Es una especie

de luz que no se vence, que se

alza la falda verdi-celeste de

la noche inicial. Es un fresco

borde curvo en la porción inferior.

 

Dame esa mirada de espaldas

siente cómo aprietas la entrada

al movimiento de tu ritmo,

alcanza la planicie dulcificada

donde nadie sabe nada

sino el sabor simétrico

del encuentro nocturno.

 

Desde el cielo de la sombra

salta la leche impulsada

por la mágica sonrisa

que deshace mi muerte

& la torna diurna como

la Virgen añorando la

adoración de su mascarada. 



2

Vuela ahora la memoria

por el tiempo ordenado en

secuencias infinitas, las

poses reverberantes alunizan

aparentemente afines a la

decisión de sus ansiedades.

 

Hay caricias imposibles

que se juntan en el piná

culo de la inmaculada

transposición de cantos

decantados al son de tus

deseos religados, símil

del sentido afán para solaz

del miocardio.

 

Habrá una forma inscrita

sobre el meditado sino

de amorcillos sin cesar des

plazando ofrecidos enigmáticos

decires, aproximados a la

inocencia santa de tu milagrosa

reunión.

 

Allí estarán el pensamiento & el

estornino, recogidos en la

canción que yo te escribo

porque de ti recibo estos

versos en el regazo

de la Virgen impostada. 

 

3

Para el amor se tiene que

abrir el corazón. No hay

otra válvula de escape

al síndrome de la Realidad.

Una soledad unida sin

mácula ni tiempo ido, sino

el mundo a salto de mata.

 

Ese es el amor que nos rodea

cuando se producen los Encuentros,

aquellos tuyos & míos en el

recuerdo de lo que recordamos

cada mañana al sonar del

timbre telefónico.

 

Amante que se ama hasta

hacerlo por la luz azulada

curvada en la hermosura

de la Virgen, apretado hueco

tomado por instinto

distinto a todo lo que existe:

lo que tú eres, eso es.

 

Veo el obstáculo del ósculo

cimbreante cercándonos aunque

está parada & excitada su

cintura se enerva siempre

que me espera, en su hornacina

fina de la brisa plácida

toqueteando su cabello virginal.


Nueve musas y Ápolo.

 Intermezzo de Gloria [Gervitz]

1

 

En la luz del sol mora

La zarzamora que me

Enamora de ti no más

 

& de nadie más sino de

Tu memoria que en la

Noria de la historia

 

Vuélvese mi canción

Resolana de la mañana

Feliz sobre el desliz

 

Tuyo de tu voz lejana

& cerca en mi oído

Donde mana la

 

Dulzura que sutura

Mis heridas no ad

Mitidas sino sólo

 

Ante ti que eres

Mi mujer / mi mujer

La mujer que más amé

2

 Se rompe la noche

Sale esta sombra hacia ti

Sería la brisa nocturna

 

Sino fuera tu luz que

Lo invade todo en mí

El día cayó & así

 

Volvió la posibilidad

De un sueño que otra

Vez renace en cada

 

Encuentro se deshace

El silencio porque ya

No hay principio ni

 

Final en la magnitud

De tu dulzura marginal

A los sacramentos de

 

La Realidad mientras

Se esparce esa flor

Íntima que tomo en

 

Mi boca cincela agrada

Las gradas del deseo

Inventado para ti

 

Afina la siguiente

Reunión desliza iris

De la madrugada



5

 

Cuando tú eras una niña

yo no te vi. Pero sí estabas

escrita en la membrana esa,

la que sólo tú conocces.

Una vibración, esa especie

de temblor que me une a ti,

letargo después de la forma

envolviéndome toda de ti.

 

La calma con que te abres

se lanza en mí. & me decías

cómo la Virgen eres tú, en

el aura extraña cuando nos

vemos tras la ausencia, sólo

se ilusiona todavía porque

eliges vernos & es una

fé no perdida jamás.

 

El cielo son dos -dijo Hernández

para siempre (no se acaba)

que me digas en esta hoja

donde danza tu silueta

aquí tú bastas para ser, des

Tino de tu molino que

me chanca el corazón

a la manera increíblemente

De ti. De ti me muero.

Porque eres bendita & tu

Bendición me hace sangrar.

 

6

La felicidad que vino de ti

es todavía el tiempo regresando,

sí es el cielo o quizá una

plaza donde moran las pagodas

insulares será la fresca noche

en que se apoya mi canción.

 

Dime tú la línea que sigue

con el ansia de los sueños

dibujados por la nube inquieta,

inmersos en el fervor de

la Virgen deseada; donde

contemplamos esa flor cernida

Sobre tu silueta ancestral.

 

Así, me oyes más suave

que tu propia voz en

la hendidura abrigando el

farallón de las rompientes

augustas que tú guardas

“Para que tú me lo bajes”

como me dijiste siempre

muy rica de ti misma.

 

Subimos entonces a la planicie

de los latidos abstractos, porque

no es afuera sino adentro, allí:

en nuestros vasos sanguíneos

se filma, se acopla la

cercanía cerrada de ti.

 

Pound, Eliot, Virginia.

 MAQUINA DE KOZER

 

0

Cuántas veces el amor me sorprende

Entonces vuelvo a los parajes de la infancia

Hallando la serenidad de aquella estancia

Con una sonrisa de mamá en el alfeizar

Donde Jazmín saltaba feliz entre los muebles

 1

 

Hubo grillos cubriendo

Integramente toda la pared

Qué loco era eso

& con un lanzallamas

Desparramaban la sábana negra

Sobre la arena

 

Pero allí yo tenía mi carpeta

Hacía mis tareas

Soñaba con un conjunto de rock

& mi mamá: “Lo que quiero

Es un conjunto de inteligencia”

& seguimos hasta El Cortijo

Para ver a Jean Paul El troglodita

 

El patio recibe al trompo

En la mampara & rompe

La luna & madre coge el chicote:

Llanto de adentro se asoma

& asola soledad de amor

& de dolor todo junto

 

Era mi noche, cantaba solito

En el jardín ardía la rosa

& volvía el día otra vez:

El sol hirviente de Piura

Deshacía la oscura madrugada

La máquina de kozer

 

2

 

Cristales sobre la superficie

Los autos pasan veloces con

Sus luces anaranjadas

A través de los árboles pelados

Del invierno

Aprovecho la poca luz que queda

Para escribir el poema:

 

Jugaba futbol todos los días al sol

Del verano Santa Isabel azul

Tostada por el Bronx

Sube la marea en San Pedro

Las guitarras muerden el anzuelo

Del espinel del Pelado Onasis

Cirrus almohadones nos ciernen

Mientras desciende la noche

La corriente de las aguas

Sigue su curso inalterable

 

Al fondo Sechura entre las dunas

El chisguetazo del deseo

Con Julia bajo el estero

La dirección del viento

Se cobija entre sus senos opulentos

Los siete potajes de la Santa

Semana en Catacaos

Nos empalagamos de manjarblanco

& natillas deliciosas

 

Ya no duele nada a esta hora

Es el tiempo del bonsur

 

3

 Una nata congelada

Sobre la cual danzan los gansos

No hay caminos a esta hora triste

Esa es la palta

Cruzar el río soy católico

Devoto de la Virgen del Carmen

Estoy seguro que por aquí habían ninfas

 

Cachaciento siento el frío

Ciento por ciento se cuartea

El hielo ojos de Picasso dijo Pound

Surtidor revierte símbolos

& émbolos del pasado

No me toca el bobo

Pero sí Fontana de Trevi

Respiramos agua mismo Lima

Moribundo el día de hoy

& de mañana

& de pasado mañana

 

Blackbirds que nos manda la Parca

No tengo nada

Voy de retirada

La realidad se enmaraña

& se pierde

El jañape en la pared

 

Mejor es ayudar misa

Me encantaban los tamarindos

Donde Anchito Guerrero

& las señoritas Herminia & Aurelia

¿Dónde se habrán quitado?



A Loli Cienfuegos, por la ayuda en la edición.



6 comentarios:

  1. Lo leeré en la nieve, pero de los Andes.

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  2. No quieres decir que es tuyo, al menos pon a Hilario.

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  3. Esa Loli, musa de mil colores.

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  4. Helena, la amiga de Raul.19 de enero de 2022, 14:07

    He quedado sorprendida.

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  5. Chimberitos. Ya lo decía yo, abundantes en las palomas.

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  6. Roger, dónde está Roger? Tocará buscarlo e invitarlo a la mesa.

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