viernes, 19 de febrero de 2021

Muestra de poetas en el Churrunguis, de colaboradores escindidos, hinchas del blog, y apasionados por la edición. Con poemas así flota el velero en su bitácora de ruta.


                                   Athenea en el Museo Metroplitano de New York.

 

 

  1. Antología de poetas del Churrunguis Tunguis 2021

  2. Por Gabriel Jaime Caro (Gajaka)


  • PRIMERA PARTE
  • Llegó la hora!, llegó la hora!, rumbas elementales, la primera parte de la Antología de poetas del Churrunguis Tunguis, 2021, Hispano América, casi boyardos con nobleza de espíritu, hasta su decadencia, el tikún, nuestra kabbalah barroca, el desnudo de la metáfora en la voz del lector aguzado.

 Y se han atrevido a tanto, estos primeros poetas en dar el saludo y su aporte en un solo poema, solo así la mayoría lírica resuena con tambores batá. Convoca un blog de Severísimas neoberracas, y reúne a todas las tendencias y oficios en la escritura: León Felix Batista, con todos los neos, descifra la escritura del placer sinuoso, y su laguen y sus traducciones, Luis Reinaldo Peréz, desde República Dominicana, del oscuro pelambre al cetrino caleidoso. La melancolia del barroco.

  • José Kozer, la Cuba hermética de los judíos. El hacedor confiado, el poema diario para nuestro humor vítreo. Celebramos desde ya sus 81 años. Sin vitalismos de nueva época.
  • Otoniel Guevara, el poeta salvadoreño, de la metáfora múltiple en la raja de tu falda, dice Estopa. Un político en el sentido radical de la palabra. 
  • Carlos Enrique Ortiz, de la mano de su maestro José Manuel Arango, encabeza a estos poetas colombianos, que hacen de su oficio un plan de vida, y de felicidad. Pedro Arturo Estrada y su hermana Lucía Estrada, vienen de esa filosofía a pie, y ese rumor de espadachines en el mito del barro desenvainado.

 

  • Forrest Gander, el poeta estadounidense, laureado con el Premio Pulitzer 2019. Se le ocurre en su escritura una naturaleza dialéctica y budista. Lo mismo Daniel Diffin, médico y restaurador de esa naturaleza crítica que tienen nuestros ojos. Gracias a Vicky Paz.

 

  • Pedro López Adorno y David Cortés Caban, la escuela de Nueva York, desde los años 80s. Boricuas con su isla prometida cómo confort de veleidades, y de certeras homogeneidades.
  • Osvaldo Sauma es un poeta de Costa Rica para el mundo, un lector de poesía que goza el verso en su musicalidad. Imagen de esa presencia que debe tener la poesía en su verbal, una especie de asíntota en el centro del poema lirico.

 

  • Daniel Freidemberg, es un poeta argentino, viene de Diario de poesía, y retrata los instantes con un lenguaje limpio, también de cantidades hechizadas. Pedro Burgos Montero es otro poeta español con la memoria intacta, de quién reconoce la edad y la historia de los poetas españoles. El barroco caribeño le zumba en sus oídos.

 

  • Roger Santivañez, un poeta peruano, que destaca por esa escritura deseosa y a veces simbólica, barroca, que tienen poetas cómo Rodolfo Hinostroza y Valdimir Herrera. Verdaderos capos, como dice él de la poética neobarroca.

 

  • Nicolás Naranjo, hijo de un filósofo colombiano, Jorge Alberto Naranjo, y con una escritura combinada con la música, que hace explotar la bomba académica. Diego Rivelino, un neoyorkino que asume su arte cómo bestial, vacío de necedades, y con versos de una lúdica inacabable, en busca de un taller perdido del neoberraco. 

 

  • Eugenia Sánchez Nieto, viene de Disidencia del limbo, 1981 y de ulricos en Bogotá. Su escritura es un llamado a volver con los clásicos, a lo sublime.
  • Adrian Cadavid, un joven poeta colombiano que sigue los pasos de grandes poetas malditos, Charles Bukowski (Algunas personas no enloquecen nunca), y de eróticas pasajeras, que se llega al orgásmo o al mito descodificado.

 

  • Gustavo Adolfo Garcés, un poeta colombiano con una poesía breve, que rebasa al barroco por su ambición, y se queda perplejo mirando este acontecimiento. Con uno de sus poemas más cortos, aquí publicado, que hayamos leído con felicidad.
  • Y Jhon Sosa, el aporte surrealista y radical de este poeta colombiano, exaltado con su revista Punto Seguido de Medellín, entre el asombro del átomo volando, y la refriega de un pintor que hace mella con su obra (EL Ready Made de Marcel Duchamp).
  •  ***


 

Forrest Gander

Aubade

 Can you hear dawn edging close, hear      soft light with its vacuum fingertips   gripping the bedroom wall, an understated      what? exhilaration? Can you hear the voices,      if they can be called voices, of towhees       scratching in the garden and then       the creaky low husky       voice flecked with sleep beside you in bed    telling a dream slowly as though in real time,      and now, interrupting that dream,can you       make out the voice, if it can be       called a voice, of absence speaking  ・ intimately to you, directly, I know      you must hear it feelingly, a low vibration in    your bones, for don’t you find yourself      absorbed in a next moment beyond your given life? 

 

 ****

 León Félix Batista

 

JODAS ELEMENTALES: LUNA

: pero la luna deja anula impone (considerar “expone”) –diadema que declina– su residuo ultravioleta

el símbolo sesgado de los ciegos

la luna [es una sola] gran testículo de plata, de un sol de laca leve: la gema de mi sed, su cepa capital tributando escalofrío

es un guarismo nulo (trabajar, cambiar por “hembra-lobo” o por “luna de aluminio”), circunferencia estéril de cristal en convulsión

astrolabio (es decir: cuerpo celeste y boca) del vampiro: brújula de vena cava [ojo: por el cuello la que va es la yugular], un ovario reprimido, de simiente circular, que tiene plata propia (aquí repite plata)

su pus se expande en paz de sucesión celeste, –de fases deshaciendo su tapiz– como de negro a nácar: luna negra / siniestrada, cuando un lobo ahuyenta al yo (quiso escribir “aullido”: desde aullido ya corroe [sugerencia]), de su mama exprimo niebla –que destila mi destino

siendo vidrio disecado y emboscada de escayola (piensa en tizas de colores, por pensar en “acuarela” para dibujar las

nubes), esta luna es a la vez que dibujo borradura en un condón de gasa

agujero abarrotable, semicírculo ulcerado (supra, ver)

a veces como un quiste de candela que sedimenta encima de la luna lubricada (¿qué sedimenta qué, y por qué “encima” cuando cuenta con “subsuelo”?)

luna ígnea, sobrenadando en nada, arrancando / o a partir / de un crepúsculo de estiércol

y la luna es una hoz que decapita espacio, que ilumina con azufre, pavimentando el éter

una luna de volúmenes binarios pero que ejerce a veces  como imán remoto (ampliar con elipsoides, sinusoides y mareas moribundas)

luna vela, mortecina, siempre a punto de estallar…


Pedro Arturo Estrada  


LA RUEDA LENTA QUE TE MUELE

Esa quemadura

esa luz que cava y revienta

silenciosa por dentro


Uñas rasgando desde el fondo

como si alguien estuviese asfixiándose en ti

o buscando salir de ti



Tal vez el que eras hasta ayer

quizá el que serás mañana



Entonces es afuera igual la náusea

antes de escalar el vacío



Aferrarse a la rueda lenta que te muele

segundo por segundo

silenciosa, eficaz



Mientras cierras los ojos e inclinas la espalda

ensordecido, perfectamente

aleccionado



—en el terror.



(Locus solus, 2013)


Lucía Estrada 

ABEJAS 

El día se alarga. Minuto a minuto se hace más denso. Imposible sostenerlo sólo con las manos. Exige movimientos y palabras coherentes, imágenes limpias a la luz del sol. 

Reúno lo disperso, fragmentos que no se corresponden, piezas de relojería oxidadas, todo cuanto la noche ha puesto en pie. 

Trabajo sin descanso para seguir el curso de una verdad improbable. Pero también aquello que se resiste a permanecer en vilo esperando una señal, trabaja dentro de mí, diluye oscuras cartografías, paisajes inciertos que inhalo en pequeñas dosis. 

Dentro, hierven sus abejas. Nadie las ha puesto allí. No viene de otros este obsequio inquietante, lo sé.

El aguijón se advierte en la calma que intento besar después de cada tormenta.

Más próximas que mis huesos, su rumor sube hasta nublar el ruido de las batallas comunes. 

Me acerco peligrosamente, un poco más, para saber hasta qué punto son voraces.

La jornada apenas comienza.

(Katábasis, 2019

***

Dan Diffin

Oops,

 

 On Vulture Peak, Gotama 


Let slip words—falling
oh so free and tender— 

like snow on snow.

Twenty-five centuries
later, the avalanche
consumes me.
 


***



Roger Santivañez


CONCIERTO NEOBARROCO

1

Abrí la luz, corrí la pista
Azucar rubia, el sol batió
La intacta sombra mía

Quietud difusa origina
Lienzos son umbrales
Perecidos en la hierba

El frío se agazapa están
Colocados. Ritos solicitan
Estrellas de mar disecadas

Angélicas transitan el
Paradero donde bullen
Las luciérnagas sesgadas

Con hielo viento de fuego
Se vacea la muchacha es
Clarividente duerme desnuda

Rosas enredan mi canción
Reprende vendimia recordada
A la pizarra en ruta olvidada

Razones de carey pasan aires
Abismados en aroma albricias
Que abedules dulcifican

Destino pueril fúnebre de
Los poemas acabados son
Cristales deslizados trizas de mí.


2


Entré al hueco. Puse mi corazón.
Anochecer bohemia volviendo
Del sueño / divago por los

Cuellos amados. Afuera no
Hay permanencia triste. De
Bo susurrar una quietud.

Contradicción se desliza fi
Na por los vidrios rotos
Si me nombran intacto

Un tiempo desolado es una
Vuelta al apogeo de la
Arena hirviendo incrus

Tación perdida en el va
Cío campana consecuente
En la lejanía inasible

Mas temo la consumación
Prestigio del océano. Lum
Bre que en ti se clarifica

Dormita la enredadera reso
Lana de rubies en el escom
Bro del bombazo transcurrido

Llovizna se agita en la espe
Rada figura de tu boca /
Extinción del catafalco feliz



José Kozer


MORS

 

 Romper a pedazos, presente a presente 

lo que quede, y de 

un chicotazo furia 

del nacimiento.

 

Este lapso, bulo, tiene la función del gusano 

guarecido a la espera 

en la pulpa de la fruta, 

fruta que zozobra, 

gozo que al gusano 

da asco.

 

Me sentaré desganado en el suelo tras quitar 

las alfombras de 

esparto 3x3 y 

reducido a un 

mismo tamaño 

(todos) decidid 

si aludo a Dios 

o la Muerte, 

irreparables: salgo 

con la boca cuajada 

de pulpa, repto 

gusano y donde el 

gusano acaba 

repto. 

 


 Carlos Enrique Ortiz

 

Los pasos que dimos serán viento

nuestras miradas

luz en el vacío

 

Ya no ser

no estar en parte alguna

haber sido...

 

En la inmensidad misteriosa del tiempo

¿qué diferencia hace la consciencia?

¿el beso que le dá la nada a la memoria?

 

La gota que eres 

en el río de los seres...

el sol de la muerte la evapora con dulzura

 

Camina, mirá, sé

es la hora bendita en que ese mismo sol

palpita contigo 

y te dá tiempo.

 

***

 Luis Reynaldo Pérez


Oración para un dios solitario

 

1

 

Señor del cieno y la tormenta,

hacedor de la savia y el viento,

aquí está tu hijo

—migaja, gota, grano de arena— 

con la lengua en un solo temblor,

con los dedos hechos latidos. 

 

Aquí está tu hijo, Señor,

murmuración de palabras,

indefensa imperfección bajo la lluvia. 

 

Aquí estoy,

apenas una serena multitud de defectos,

frente a ti, Señor del trueno y los lirios,

camuflada oración vengo hasta tus pies

como una leve semilla rodando horizontes

dispersos en la nada,          

brote de hojas sobre la roca, 

mínima palabra de raíces y puñales.

 

2

 

Tuya es mi voz, Señor,

voz de alas y arena,

voz que callada te llama:

agua con memoria que recorre serena el cauce.

 

Tuyas mis manos, Señor, 

que buscan asirse a la oquedad de tu nombre,

a la blanquísima estela de tu cuerpo.

 

Tuyos mis ojos, Señor,

que han visto la sangre derramarse

en el vientre de hojas de la noche,

la misma sangre que recorre los muslos de lumbre

de las niñas sacrificadas en tu nombre.

Los mismos ojos, Señor, que buscan tu rostro barbado de luciérnagas

que como carbones ardientes traspasan tu faz.

 

Tuyos mis pies, Señor,

que descalzos huyen de la muerte

pisoteando la triste flor de llanto que reposa sumisa sobre el lodo.

 

Tuyo mi cuerpo, Señor,

parcela de melancolía que será colonia de gusanos,

jardín de tristes margaritas,

fantasma desandado entre musgo y semillas.

 

Mi cuerpo, Señor,

rebelión de sangre y palabra,

marabunta de sueños que se levanta cada sol

a repasar incendios y desalientos.

 

Mi cuerpo, Señor,

hechura de tus manos,

soplo de tu boca sobre los días,

colisión de vida que anda las horas.

 

3

 

Aquí estoy, Señor, de rebato y sangre

con la frente sembrada de flores,

con los puños repletos de nombres,

con mis ojos mirando tus ojos

—avergonzado de muerte bajas la mirada— 

para decirte que me apiado de tu soledad

—de peces marchitos,

de pájaros ahogados en el viento,

de rosas natimuertas en la inmensidad del tiempo—,

que compadezco tu soledad de animal herido 

que se pudre bajo los soles

y por eso estas palabras

—clavos, espinas, lanzas—

son una oración para acompañarte

—en tu soledad de barco a la deriva,

de ruina que se estrella con la nada—

a ti, al ser más solo del universo:

niño abandonado que trashuma,

vagabundo de estrellas y sueños,

por los siglos de los siglos.

 

***



Diego Rivelino

Union Square

En la catorce y punta, el indio pielroja está a punto de salir de la caja de cigarrillos, raparnos el cuero cabelludo mientras un saxofón de fondo nos enseña a degustar la visión post apocalíptica de las botellas rotas en el suelo y los papelitos blancos volando por la aceraAl Este, Redneck Brooklyn y Old Black Joe abren sus vidas al girar la tapa del Rey Cobra. 

Abren sus alas ahogadas en aceite en su camino al rejab, estallan el cristal del método a la vuelta del rejab. Nacen parados en el bosque encantado de Union Square carburando la pipa como una milenaria disciplina: abriendo, cerrando, palpitando, nada, nadie vio nada.

El viejo Rasta galopando arrítmico a los tiempos, posa para el afiche de un crucero por el Caribe. Su invisible caballo blanco sonríe cual ventarrón antillano y de los imperiosos años lo conserva el cáñamo.Nahita lee el tarot a cinco pesos la mano, dos por siete, come nueces, lee un padrenuestro de unas migajas a las palomas; saca plumas de su cabeza, le salen pelos en las axilas. No sabe, no se lo dijeron las cartas: Zoroastro le descuelga de la falda amparando las frescas brisas de mayo y no: no se afeita las piernas.

velocidad constante de los trenes en la nueva Ámsterdam, sombras que estrechan Manhattan en el empaque oficial de la temporada. Sellados de pellejo, rabia y ligero parpadeo para darnos un respiro más, pasamos la realidad a pico de botella. En la catorce se pisa el chicle como la ley sutura la noche.

 ***


Pedro López Adorno

 

 

QUIERO SER NOÉ

 

 

En el trance entre crisálida y zumbido

pasa el viento  hacia la develación.

 

Su obstinado fluir es el poema.

Contemplo el cielo y quiero ser Noé.

 

Navegar del cerebro sideral

al blanco acoso.

 

Crear en mí resplandor en vuelo

para cruzar el puente de la develación.

 

Ese diluvio que fluye en el poema

cuando pide mi cuerpo su crisálida y zumbido


***



La Marylin afrancesada con Ricardo león Peña. Archivo de Gajaka


Otoniel Guevara


Notebook

 

mientras el mundo enciende su televisor para morir de pánico y asfixia

las buganvilias pasean desnudas sobre los techos rotos del encierro

 

mientras los ancianos son arrancados de sus camas como pan inservible

el funcionario público revende mascarillas invisibles con atractivo sobreprecio

 

mientras el hambre acecha y cerca los barrios de los trabajadores

el miedo continúa veinticuatro horas diarias irrigando los infinitos jardines relucientes

 

mientras la soledad carcome uñas terrosas y canciones sin música

los cementerios se atascan de turistas sin piel ni pasaporte

 

mientras escribo estas líneas que de seguro nadie leerá

la esclavitud hunde su cibersexo en raudos calendarios

 

la máquina trituradora de belleza brinca salvajemente sobre nuestros ojos

 

un día despertaremos

 

Otoniel Guevara

El Salvador, 1967

*

 

David Cortés Cabán



LA DOLOROSA IMPERFECCIÓN

 

La obsesión

por la perfección

la imagen buscando

el sentido de las cosas

La insensatez frente a mí

como una montaña cubierta de nieve

Mi corazón temblando

trémulo como un pajarito

perdido en la inmensidad

aferrándose a mi libertad

y errante en la dimensión

del misterioso acontecer

obsesionado con el leve silbido

en la cúspide del milagro

o en la derrota del encuentro

allí donde se desliza tu ser

ignorando la interminable realidad

buscando el ruiseñor de Keats

más allá del infinito acontecer

de la imperfección dolorosa y sin fin.

 

Del libro, Lugar sin fin (México, Colección Temblor de Cielo, La Otra, 2017).

 

David Cortés Cabán (Arecibo, Puerto Rico, 1952). Posee una Maestría en Literatura Española e Hispanoamericana de The City College (CUNY). Fue maestro en las Escuelas Públicas de Nueva York y profesor adjunto del Departamento de Lenguas Modernas de Hostos Community College of The City University of New York. Ha publicado: Poemas y otros silencios (1981), Al final de las palabras (1985), Una hora antes (1991), El libro de los regresos (1999), Ritual de pájaros:

***

Wifredo Lam


 Osvaldo Sauma


SOTTO VOCE 

 

 

quién eras  

antes de Eva 

                   Adán 

acaso un semidios 

nombrando 

por primera vez las cosas 

corriendo libre 

entre las flores y los dromedarios 

y ajeno a la necesidad del abrazo 

ignorabas los frutos de la prohibición 

y vivías feliz entre los monos 

 

o era otra la luz 

con tu costilla a cuestas 

 

y ya desde antes presentías 

la imantación de ella en el Paraíso 

y andabas como dundo 

sin prestar atención a las alas seráficas 

o la compañía inofensiva de las fieras 

y era el mar un eco de su ausencia 

el vasto recordatorio de tu soledad 

 

 

 

II 

 

 

cómo era Dios  

                      Adán  

de qué color eran sus ojos 

cuál la tesitura de su voz 

 

acaso te cegaba  

el resplandor de su presencia 

acaso sus ángeles custodios 

volaban alrededor de Él 

chupándose el entorno de su luz 

o se quedaban inmóviles en el aire 

con la llama de espada vibrante 

entre las manos 

 

y las aves las plantas las fieras 

danzaban o se doblegaban 

bajo un viento huracanado 

en una especie de sacra genuflexión 

 

te daba miedo verlo 

digo 

antes de comer del Árbol de la Vida 

o te regocijabas con Eva 

cuando se paseaba sobre el Jardín 

a la hora de la brisa* 

 

decime 

entonces 

                        Padre hermano mío 

cómo se puede vivir en su ausencia 

cómo hay que amar 

en estas desdiosadas afueras del Edén 


***

 Eugenia Sánchez Nieto

 

Eugenia Sánchez Nieto (Yuyin) Bogotá, Colombia, poeta, título de Filosofa, Universidad Nacional, varios libros publicados, los más recientes; libro virtual, “Liturgia”, Bogotá, Zeuxis Vargas, Bogotá 2020; “Lo Inasible” (poesía reunida), ed. Uniediciones, Bogotá, 2017.

 

VERDE

                                                                               

El día y la noche son un canto alegre en mi oído

la ciudad con sus múltiples verdes acostados al sol

hombres y mujeres de mi ciudad con búsquedas particulares

la mujer con su voz negra

mi entusiasmo abierto a los demás

el silbido del adolescente en búsqueda del amor

el canto ceremonioso y contundente

                  de fuertes voces me hace temblar de emoción

el cielo azul y este clima esplendido

ciudad abierta a todos

con sus cometas de múltiples colores.

 

Me deslizo por caminos abiertos donde sombras palpitantes escudriñan

la luna ilumina la noche

jóvenes despiertos se mecen en el baile

la música telón de fondo apaga las voces estridentes

ebrios son jalados por indeseables

mujeres desprovistas de pudor se pasean por calles colmadas de gente

parejas abrazadas a su momento palpitan locamente

el amor iluminado un instante.

 

Todo se agita, todo se mueve y desvanece en el aire

la noche prestada para abandonos sublimes

por paredes de la noche suben hombres musculosos

la noche se ilumina con destellos de fuegos artificiales

desde diversos lugares voces contundentes nos llaman, nos cantan

toda la diversidad y las lenguas del mundo

todo es leve y sin peso

mi ciudad anhelada desprovista de miedo.





***

Daniel Friedemberg


Si algo quiere decir ese breve manchón (la mosca)...


Si algo quiere decir ese

         breve manchón (la mosca

posada junto al plato)

                    yo no lo sé:

antes creía saber, pero las cosas

pasaron de otro modo.

Ahora digo "mosca" y es bastante:

ni ella responderá, ni la palabra

se acercará a tocarla

ni yo sabré algo más.

Y aunque esa forma ajena

                     se vaya volando,

la palabra está acá

llena de pelos, oscura, intratable.


***


Álvarez, Carrión, Caro, Forrest, Gregoire. Festival de poesía de Santo Domingo, 2017.

***

Jhon Sosa


DIAMANTE

En el montículo espera el ademán

 que la bola vaya abierta

hacia la vocal

 que salga hacia atrás la letra

 que se curve la consonante

hasta convertirla en salvaje

 que lance una bola bajita

con sonido gutural

 que interrogue por el diamante

 espera la seña

desde el montículo de arena 

el poeta.

 ***

Gustavo Adolfo Garcés

Origami

 

Todo el poema

Es de papel

 

(Del libro En lugar de otros, Frailejón editores, 2020)

 

 ***

Adrian Cadavid

 

el día como uñas 

rojas 

con espuma y niebla 

en cada esquina 

un semáforo 

todos en 

rojo 

 

come reza ama 

era su actual lectura 

 

no dejaba de sorprenderme 

 

por los últimos años 

he deseado morir 

 

pero el instante

en el que ella no vaciló 

en decir 

que me recordaba 

el cuarto se iluminó 

de desnudez

 

en medio del regodeo 

también dijo 

que aún conservaba 

el poema que le escribió 

Louis Cavadí 

de mi 

puño y letra 

 

rogue a la vida por más 

instantes como este 

 

sus ojos platinados 

me recorrieron 

 

se le habían ensanchado 

las caderas 

traía el cabello más corto 

recogido 

se le veían las orejas 

y podía oír en pleno 

mi fascinación 

 

constelación de nevus

 

entretanto 

se nos escapaba 

Dios en cada 

gemido 

 

solo nos restan cinco 

minutos 

 

desde el saludo 

nos habíamos despedido 

sin decir adiós 

 

el sábado estaré 

de vuelta 

en República Checa 

 

manifestó 

 

pero antes haré 

una parada en 

Lisboa 

 

lo que pudiese sentir 

por ella 

era como el  amor 

de dos mendigos 

que se habían conocido 

la noche anterior 

en una estación del tren 

subterráneo 

y que nunca volverían 

a ver otra mañana

juntos. 

 

Adrián Cadavid 

Septiembre 2 de 1980. 

 

***


La alquimia por Fulcanelli



Pedro Burgos Montero

 

Dicen por ahí que yo soy un poeta, ¡qué barbaridad más cierta¡, porque pleiteo sin letrados y plagio de manera admirable.
Por ahí dicen que me llamo Pedro, ¡qué atrevidos son quienes no nos conocen!,
porque sólo soy el número resultante de la raíz cuadrada de este cerebro múltiplo de siete.
Hasta se oyen voces afirmando que un servidor escribe, ¡oh Dios, cuántas falsedades infundadas!, parece que les sobrara tiempo a los espectros para revelarse y convencer a los que momentáneamente viven, queriendo o no, eso depende de algún interrogante que no voy a descubrir.
Se cuenta que fui niño y varón, buen jugador de fútbol, gran conductor de motos y amante del silencio y del amor, eso no es tampoco lo que se dice un cuento chino, pero seguramente sólo sea una chinita en el zapato.
¡Virgen de todos los desconsolados, hazles saber a esta prole de mendicantes ricos que yo no existo!.

-Jemi-Ra-

 

***

Nicolás Naranjo


[Ejercicio poético. Agradezco las indicaciones

de mi padre para darle forma a este soneto}

 

               La avispa

 

Geometría móvil, de alto vuelo,

rombos y triángulos entrelazados,

lisos y coloridos. No hay un duelo

para librar con ella, ni hay soldados

 

tan valientes que lancen su granada

a un tan fiero y tan ágil enemigo

pues es mortal su punta envenenada

y nada, de él, puede brindar abrigo.

 

Doquiera se encumbra con destreza,

en los techos, ventanas y paredes

se encarama con sus patas tan aviesa.

 

Prisionero: cautivo entre sus redes

sensibles, es seguro que te coja

y debas darle cuanto se le antoja.

 

                       Nicolás Naranjo Boza


***



14 comentarios:

  1. Tocará que deje de nevar en Texestas para leerlos.

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  2. Necesito un asistente con tapa bocas, para que me ayude con Windows Primiun, ya que casi me corcho, me Rajo con el poema de León Felix Batista, que los móviles lo desconfiguran, se chupan los estilos.
    Al menos en los computadores de la NASA, se ve clarito.

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  3. muy bello el poema de carlos enrique ortiz . El cual condisero un gran poeta de colombia . El soneto de Nicolas parece pictorico bodego. Bien escrito . Pues si el taita lo asesoro .

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  4. Respuestas
    1. Carlos Enrique Ortiz otro de los capos de la poesia. Un poeta maldito? Pregunten y verán.

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  5. Casi que no termino, un libro de 100 páginas con ilustraciones desfasadas, para volverlo a leer.
    Hay allí un poema magistral, mejor dicho dos, que salvan el partidor.

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  6. El poema de Otoniel memorable, lo mismo el de Gander, León Felix y Carlos Enrique.

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  7. Si vamos al grano el concierto neobarroco de Roger es lo más creativo, de tribu, e innovador de la Muestra de Venecia.

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    1. Sorprende Roger (el memorioso), y cómo dice Mariela Dreyfus, es un bebé en casa.

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  8. Y Jodas elementales:la luna de León Felino Batista. Dos cabezas de grupo, los demás despliegan sus alas cómo yo.

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  9. El soneto de Nicolás Naranjo me pareció memorable. Lo mismo el poema en inglés de Forrest Gander. El primero y el último poema de esta Antología sumergible.

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  10. Buena Antología. Vi flojo el poema de Pedro Burgos, pero se salva al final.

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  11. En esta tarde gris.23 de febrero de 2021, 17:11

    No se, le daría el primer lugar a esa rueda lenta que te muele de Pedro Arturo. Muy kafkiano. Magistral aporte en un solo poema.

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  12. Que buena antologia.
    Ay gajakita, siempre te sales con las tuyas, neoberraco este fulano de tal.

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