Gabriel del Casal y sus postalitas long daffodil. Estilo Arturo Carrera.
Anne Sexton, eso era Anne Sexton, un prodigio, no de este mundo aunque haya parecidos, Silvia Plath, Janis Joplin, Patti Smith. Sola como Dios, no dice nada, pero era más bella, Sexton, que las reinas del Hight school, todas de 1.70, y diéronme las tres en mis lecturas de media noche sin J.K.
Post de la anterior: Era común tener los granos de la cara, aunque fuera uno y bien cultivado, sin el topical cream de Fluorouracil. Ya a quien importa mi vida. No más vida. Habían dos mundos mientras me concentraba el cigarrete. Vive o Muere.
Aniversario 111, y la Teresa María muy oronda, y muy vecina del autor de On the road, osea que desde aquí se partio a viajar en auto stop por todo USA. Significaba del más allá, con aquella pulsera roja que costaba mil dórares. Mientras ensayo mi nado sincronizado, y voy al sur, el grande y el pequeño.
La crítica era mejor antes que ahora, era como cirujanos, en su repectiva bóveda, un decir, pero grandes conocedores del tema y no eran sociólogos. Escuelas de pensamiento estético que duraban décadas. Desde Diderot hasta Steiner. Voluntad del arte. Hoy Eduardo Milán, sin mampostería, se te puede derrumbar el mundo post y sincronizado.
Antes hablaban de metamorfosis, hoy solo Kafka, que sin comparación crea sus colonias. El Corpus hermético, hasta Apuleyo hablaron de metamorfosis. Yo solo a canario, he podido llegar.
Qué si vivo rezando? Así es, cuando estoy bien. Lloraras está muy bien conjugado. El sindrome de Stendhal sobre la belleza, hasta pelando los chanchitos. Cuando se podía subir escaleras para llegar a Dios. Y la madre de Dios subía a los cielos, y ahí empezó a figurar lo que tenía pleitesía, a lo anárquico del siglo 19.
Antonio Gamoneda, el poeta de Oviedo y de León, te mete fisicamente al río, con su extraordinario Libro del frio, por donde anda definir en cuatro palabras te toma la dieta por jugador de este destino. Y pensamos inmediatamente en la prisión del frio.
No hay mayor satisfacción que corregir poemas y soliloquios. Estoy en eso desde hace cuatro años, con La muerte es ese ballet. La ordenación antitética, vaya mi propio doxógrafo, y meto un pie.
Sopita de caldo de todo, y masticas el brocolli para que tu médico crea en ti, y en los hippies, es un decir, si crematizas tu vida. Crematizado de toronja.
Cuando llegan las nubes, las del intelecto, viajas, mejor desciendes al Hades, todo policromático, sucesión de nubes, vas bien, a lo primero que agarras, un marcador, y golondrinitas irreconocibles. No son coquí. La naturaleza se moldea, se vuelve bonsai.
La soledad era la tierra prometida, no la del presidiario, donde vagas feliz. Que si lo veías, era en sueño que parecía. Las verdades que son amargas se pasan con yogourt de la Promenade, ya verás la suerte de marras. El libro de naranja, me apetece. Giordano Bruno en Londres, huyendo de la Inquisición.
A todos los personajes de La mosquita muerta contra la pulga hampona, versión Brecht, a la masa incendiada de occidente.
Los poetas peruanos, Blanca Varela y Rodolfo Hinostroza en París.
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Excelente por no decir lo menos.
ResponderEliminarHe leído tu último libro y me ha parecido muy fastidioso que seas discípulo de Gerardo Deniz, sin saber nada de química.
No soy tan indecente, y de hacer pensar químicos.
EliminarLe jalo al palo santo y al gordolobo.
Hacer peos químicos.
EliminarEs la corrección.
Blanca ya estaba un hueso.
ResponderEliminarEn estas fotos la foto del siglo (20 y 21).
ResponderEliminarSi, la más chiquitica.
EliminarAy, la eliminé.
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