domingo, 24 de noviembre de 2019

Hilario Aquiles Luna, es el favorito heteronimito cuándo de demostraciones poéticas recuerdan su desnudez.





Gajaka, casi 71,  Spain restaurant, foto de Carlos López.

Mares tienen punticos. 

(Poema largo e indemostrable, a no ser que baile, pero cómo una zorra encerrada, no, que guayabo, con Yes, de nuevo. Punticos cremados) (?). La metáfora se quedó en una cometa en lo que llaman Sur y no Suriman. En el Norte claman por el Imaginismo.

Por Hilario Aquiles (Luna)

La metafisica tiene metáforas. La metáfora no. Y si prescindimos de ella, la metafísica, perdemos el puesto que nos ha asegurado la vida.

Que tus ojos sean el vivo retrato del otro, no es metafísica, ya que limita con la seducción, más metáfora, fin del siglo 19.

La jefa de todas las razones, es más Hamlet enloquecido y asesino, ante la estrechez de espíritu de la nueva época. Madre loca,

Si al final razonas, la metafísica descansa en pilares indemostrables, no sea que el olor de la India invada nuestros corazones.

Si era Dassain en algún círculo nos encontraremos, vencido el ánimo, esperan las golondrinas el aviso de esa quietud del instante antes de cambiar de vuelo.




Caída de sol en Montauk. Foto de Loli Cienfuegos.


Si, todo es platillos. Si es hilada manera o un infinito que comienza con la muerte. Escucha.




Leo: Papantla, pueblo de México, de dónde viene la vainilla. Ión, muerta todo un año (Ezra Pound). Por el solo hecho de hacer metáforas sobre la sexualidad.

Y quién se acuerda de John Ashbery? De Hotel Lautréamont? León Félix Batista: Este futuro nos hace bondadosos. Cosa del paso/ tú en tus límites. Extractos de la traducción.

No te atrevas con Erotismo y la muerte (Bataille), si el retiro vergonzoso de Heidegger, O no te atreves en Erotismo y poder desafiar hasta la gravedad de la tierra insomne. Si has superado a Fritz...Con su espantosa sífilis (su esposa diría Ka.), con su alzhaimer incluido aluminio.

Un vértigo de película se ganó todo su calificativo. Que descuido de ángel rosado, O mejor negro, de pura orfandad. Mientras lleves amarillo no hay negra la noche.





La araña de Louise Bourgeois. Foto de Loli Cienfuegros.

A Carlos Enrique Ortiz, por fin en El Capiro con los extramiticos desfogados, y sin la intromisión de la Chucha inmunda. El mundo al instante.


martes, 19 de noviembre de 2019

El heteronimito (Gajaka II) más cerca a heterónimo de cannon, y no es nearsighted, osea miope en algunas cosillas con Yogananda, y Kafka.




Yogananda, Hare Krispy. Collage. GajaKa.

Kant va hacía Canetti (este búlgaro no tiene miedo, con su profesor Kien (Auto de fe), ¿quién no se incendia, si a su lado está el viejo de K.?
La biblioteca negra de vergüenza, los poemas de Hermann Hesse.

(El proceso de Kafka III)

Por Gajaka II (desnaturalizado con voto)

I

K. acostumbraba subir escaleras y descolgarse por ellas, según lo dice Felice Bauer. No bajaba escaleras, y cómo hace para bajarlas si siempre va  inclinado. En cambio su espíritu no. Las mil tantas, escalas de las murallas cabras.

Esto es un absurdo, a quién hoy, qué no sea un viejo inquisidor, le puede interesar el asunto, ni enredo de chisme del hazmerreir; pero está tan pispo (afeitadito) este malvado. Aceptado por la Academia de la lengua española, hoy podemos jugárnosla toda con las preguntas. Poeta madre.

Que te descuelgas aterrorizado (vinito amarillo, muñeco terco). Y te salen con el sexteto de Charles Mingus. Profesor Kien, muerto de pánico, no, imposible, entre 25 mil libros. ¿Pero no son todas sus mujeres, digo las de Hesse, unas esquizofrénicas? Dale al bajo.

K. reflexiona: siente el cimbronazo adecuado de ataques invisibles, vaya salen, se hubiera salvado con los bien pretendidos conceptos de sospechas. Viviendo de prestado no se puede ignorar que estás en el trial desde la infancia cuando destacaste tu primera letra gótica (la g). Lamido por un lobo expulsado.

II

La casita en el sueño, vuelvo a ella cada que alucino perfecto. Tiene entrada y sala vacía. Ah, en la pared: Ancho de hombros, nada de insecto, insepto, inserboboro. Cada que puede las sonatas de Doménico Scarlatti. ¿El por qué se casan los hombres por ley si cuando deviene el místico está acorralado por esa histeria? Los niños son otra cosa, lo mismo los bebedizos.



III

“Eso”, que no tiene forma, tendrá que apoyarse en algo, enredo del maligno, de buscarle el contenido orgánico, nada con el espejo del otro, los primeros hombres en Nueva Guinea, tenían visa derechito al fondo de la cosecha alucinatoria. Hoy son todos unos desgraciados. Y las hierbas volverán a su cosmos de dos veces la luna.
La forma de la desesperación, con todos sus planos, ahí derechito el superhombre nietzscheano que vemos todos los días. Ahora inyectados.

Lo veo aquí en El tercermundano, ensayos (Incursiones de un tercermundano en la ficción del pensamiento) de Jorge Mario Mejía T., el Mudo Beckettiano, en La partitura de la serpiente (Ensayo de pensamiento teatral reactivo). Nietzsche (Zaratustra) y Beckett.

Que si El último hombre es “eso”, El Superhombre, reuniendo unas condiciones ejemplares para superar lo abismal (su abismo que ya no será espejo sino sombra), destronando al encantador, la serpiente envenenada, sin evolución, que no sea lo que es por sobrenaturaleza. La triste música que todo lo envuelve con su manto de magia. Versión (El tercermundano, según el autor, hoy es un vejestorio).

IV

Ahora que si Kant se incendia, era el titulo original de Auto de fe de Canetti, era que todos los escritores alemanes estaban en su contra, vivían el Nacional Socialismo cómo amos del mundo. Kien, su protagonista, significa en alemán algo así cómo leño. Con una sonrisa pueril murió entre las llamas de su biblioteca.

V

Kane, el ciudadano Kane también está en este proceso que han vivido todos sus pensadores en el siglo XX, de ahí que Orson Welles sea una luz que atraviesa la equivocada raza de los que no pueden, y solo conservan a la hora de su muerte la desazón primigenia, la escuálida verdad del deseo.



Gajaka y Ortiz.


VI

Y terminamos con Hermann Hesse, El lobo estepario, viendo la película protagonizada por Max Von Sydow y Dominique Sanda, ambos vivos, en aquella magia del hombre civilizado y domesticado que dicen ser los burgueses, que cuándo confían en el ser maligno, la espada de su sombra, mueren aplastados así renieguen de los totalitarismos, sin haber defecado su maldición, y nosotros conservamos esa belleza que se agota con el animal Baco, y las leoncitas según Pedro Montero. Hesse:

En la niebla

¡Qué extraño es vagar en la niebla!
En soledad piedras y sotos.
No ve el árbol los otros árboles.
Cada uno está solo.
Lleno estaba el mundo de amigos
cuando aún mi cielo era hermoso.
Al caer ahora la niebla
los ha borrado a todos.
¡Qué extraño es vagar en la niebla!
Ningún hombre conoce al otro.
Vida y soledad se confunden.
Cada uno está solo
(Hesse), hasta aquí, negativamente sobre cientos de pesos cómo la mentira de la muerte de Dios en Engadina, Zeus conduciendo a los piratas por el Atlántico. La intensidad de la palabra y del olvido.
Cuándo Bach toca la flauta en su concierto llegamos a lo sublime, quiénes llegaron se quedaron, los búlgaros al lado de grandes ríos y mares interiores. Me conduele que Dimitrov no le gane a Federer porqué lo imita, es su fans trans, y no puedo. Yo casi me reviento.

Y que manda a decir Teresa que hay muchas palabras inútiles que son cada vez más horrorosas, dote, gago, voto. Osea, Kafka quería llegar a la conclusión de que las mujeres no son iguales, a pesar de la valentía de la psiquiatría, versión. Rosa Luxemburgo no es igual a Dominique Sanda en nada.

A manera de conclusión, están abolidos los epílogos:

A O.J.G. (fue La cantidad hechizada de Lezama que sacudió el continente), el mudo beckettiano que gana en todo, el filósofo y poeta platónico de los 70s. colombianos, que ni argentinos, ni brasileros sobre todo se colarán, no sea qué, ese diosecillo (Demóstenes) en la clase, el Gregorio Samsa en la pared, mientras el Mudo Beckettiano lo mira de reojo, con el rabito izquierdo; me lo restrega en la cara el poeta Ottiz.
Hasta cierta parte de la vida, vale y con, taconeo. Bar L.C. A Angélica en Guadalajara. La pelea es entre sarduystas. J.B.C. y que resuciten el Kamasutra Kalatrava. Y que no se olviden de las horribles palabras.




Elmer, el maqrquetero surrealista.






domingo, 10 de noviembre de 2019

El Proceso de Kafka, el manifiesto más implícito de la terrible existencia humana. Gajaka II y su pecado de opinión.





Jeremy Irons cómo Kafka.

Cualquier descripción, sin decripción, de una mirada es insignificante. El Proceso o en el proceso del señor K (segunda parte).

Por Gajaka II, primo o número primo, divagaba incandescentemente, enredo en la lámpara.

Que vengan los kafkianos, y sale Elías Canneti, desfogado, y Deleuze convencido de su advenimiento. El discurso de la Academia si ha sido suficiente, lo siguen (a usted), y más si va meditando en la partida clásica de una mujer.

Pobre K, solo se había dado un beso en público, y ya el tío de ella lo increpa y le sube a sus faltas graves como el fascismo ordinario, convirtiéndolo en un perro.

El discurso metafísico descompuesto, obsesiona los tumultos (Auschwitz para Imre Kertézs) que no sean etruscos. Porque es el mismo de siempre desentona, solo que cuida de rizar su pelo ante el asombro. Y sé contralto en la cámara de gas.

Yo tenía un amigo, Peter, que ni corto, ni perezoso, se llevaba el bulto en el hombro imitando a la atleta etíope, es una loba independiente. Cállate K. Un poema al cedro, al espino y al limonero, y córtense los extremos.



La muchacha del Café.

Kafka en la piel de Jeremy Irons, La verdad oculta (1991), es más una reivindicación que una caricatura de si mismo, pensará el padre, porque mamás no piensan, y son así, despidiéndose. Una mujer, Teresa Russell, es así por fuera de la relación de pareja simbolizada, la progresión geométrica del monte apenino (a la cabeza, jajaja).

El insecto que crece hasta la altura de la papilla, suficiente las pruebas en su contra. Dirima su soledad en un desierto pintado de tríos de jazz, o las llamas confusas de su apreciación: son camellos que ruedan hacia el rio de la muerte. Grita el oliloquio, sin s, solo, y compruébelo, no sabe saludar como es.

K hubiera podido pulir los lentes de Spinoza, ser lo que es, lo condena a la observación estúpida de los humanos que apenas afloran una sonrisita para condenarlo. La ética no existe en el Derecho, tiene razón el paraco (nombre bíblico).

Que es imposible tocar al insecto, si lo torturan con el chorro de una manguera, ahí, no se sabe cómo va a sobrevivir sin una caricia de terciopelo. De niño le cortaba las patas a los animalitos que dibujaba, así el dolor es total y aplastante.


Romy Schneider y Antony Perkins en El Proceso de Orson Welles.


Ahora que si nos vamos, positiva (mente) hacia Oklahoma, veremos a un Kafka que fue cineasta en Hollywood (le consta a Orson Welles), desviando los presupuestos para un tren bala, entre tu vida y la mia, Milena.



Tiene que ocurrírseme un milagro trepándote por la muralla, la pobre descendencia de un vampiro obcecado por el mismo cuerpo desnudo, entre (a putrefacto coco). No, Kafka victamínisa el confort prusiano.

Quizás todos hemos tenido un señor K, el poeta Kozer (Un campo de achicoria), que no deambulaba, ni necesitaba la estación central para observar, y el adivino que hay, una suerte de ilusionismo en ese párrafo abierto. O el maratonista desnudo.

No hay que pensarlo dos veces, era no político, sino era demente, si las cuadrigas son arreglos de la modista Joséfina Pinta Pinta. K los tiene ahora a punto de escupirle la cara al detective de ojos verdes, que de seguro es caníbal.

La poesía kafkiana más parecida la vemos en Pessoa, sonrisa de presidio, la suerte encantada, pero el hígado de cucaracha. Tan sagrados sus libros, que a pesar del degüello, llegan a una masa estudiantil polarizada, olvidada de la esclavitud de castillo, saca las alas de la reencarnación, vuelo recreacionista en el infierno decoroso del siglo XX.

A mi alter ego (jazz).





Dibujos de Kafka en la oficina.


lunes, 4 de noviembre de 2019

Gajaka II, recuerda el cine y la literatura. Kafka que nos devora.


Jarry y los patafísicos.

Lo mejor es ser un animal sagrado:

Gajaka II

El hecho de que los monjes leen de pie caminando, y los de sotana, aprovechan para masturbarse (verbo irregular en pasado todo el tiempo), nos dará derecho a la simple razón de semejanza en el proceso.

El Proceso de Franz Kafka, hasta donde hemos llegado, a la perfección del absurdo y del crimen de la locura.

Que escalofrío da el proceso de uno mismo contra los otros, todos incomunicables, Piazzola y ese animal sagrado.

You Honor, somos payasos ante ud, aparezcase unos 5 minutos. Ea le leo la frase del día, mientras escuchamos Nonino la muerte:

Ah La felicidad busca la luz, 
por eso juzgamos que el mundo es alegre; pero el dolor se esconde en la soledad, por eso juzgamos que el dolor no existe. Después vienen los dibujos, y nos tocamos, con todo el (in)debido respeto.

El señor K, apuñalado, muerto del experimento humano, la sujeción de los valores dementes, la cabeza con la poltrona pegada, las escenas para el escenario, mientras Peter Brook desconecta a las cabezas pensantes del lugar (espacio).



Escalofriante, hasta en los claros oscuros de El Proceso según Orson Welles. Bastaría re conectarse hacia ese análisis, que revolucionó la literatura en el cine, el absurdo en el cine.

Anthony Perkins, que se expuso hasta hacernos borrar su belleza. Y Orson Welles, jugando con la literatura y el teatro en el cine, Pasolini, Bergman, Kubrick. El cine Noir, Cine negro, filosofia del crimen perfecto. Esa idea que pulula hoy.

Cada idea un filme, que recuerden a un poeta los hace grandes; y hay vienen esos dos, mis verdugos, los que esconden y mueven cuchillos.





Hoy estuve en Irlanda, 108 con Amsterdam Ave, y entendí por fin el día de 24 horas de Ulises, de Joyce.

Un burro desfasado de nalga, los eternos pastores, y el pueblo protestante. La bella no tenía pelo, pero era bella, entre ellos y mi alegría al leer aquello que no era teatro absurdo como en El Proceso.

Kafka, ese judío beckketiano, juntos pegados de la mano hacía ese animal sagrado, que roba nuestra alma. Sus sueños de América y el mismo encierro y tortura, restallándose el señorito K. podía volar como un insecto de verano.

Pero es el individuo en un tablero de ajedrez, un juez que no existe, y más. si estudiaste leyes, puedes decir Te contradices. Soberbia de enigmática manera.