viernes, 24 de mayo de 2019

Guerra de heteronimitos, Mandarin Carroll le declara la guerra de nervios a Gabriel del Casal.




El hijo del judío errante. Gajaka. Fotoshopp de Carlos Enrique Ortiz.

Ensayo poético, de una vez aclarado, Dios, perra, llamado de amarantos en el jardín.

Por Mandarin Carroll

(El poeta Mandarin Carroll, con su origen ancestral en San Andrés de Pisimbalá, Colombia, nació de un viaje de hongos en 1977, y se suicidó en el desierto, nada sin importancia).

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La gente cree que la economía es la ciencia; veamos, bastante malita la academia, que poco le importa esta monstruosidad. No saben que la alquimia ha sido el mejor don que los dioses han legado a los hombres. El oro alquímico en tus ojos.

La ciencia y los dioses, no los dioses y la religión. Que barbaridad. Cuenta la leyenda que Da Vinci se disfrazaba de mujer para seducir a un alquimista, que era el mismísimo Hermes en persona. Da Vinci le sisaba al maestro (miraíatas incandescentes); porque se buscan inconsolablemente.

Vea pues, quién inventaría el café, para drogar a todo el mundo, menos a los mormones, que te hablan de su destrucción. No duermen los malditos, pensando en el semen de un tal José Smith, me lo dice un chilango. Crece el sentido del humor.

Cuando las palabras no se las lleva el viento, se vuelve insoportable la locura, no para un solitario. Por un vis a vis, que lo aclara todo, la vida perseguida por un diablo con relativo poder, que te lanza al abismo con cuerdas. La creada naturaleza de la nada.

Ahora que todo me importa un pito, no voy a pedirle a nadie aclaraciones del porqué de mi vaguedad ante las aproximaciones inútiles, cuándo el Ser, ese ser empieza a transformarlo todo. 

Con un beso en la mejilla fría, desesperado mito, no suena imitándolo todo, ya que poco impulso mental, de ese que viene de lo increíble, imaginación de un cantor, periplo de orgías frustradas (las humanas?), que nunca se pensaron.

Ahora que derribo muros, sin que me paguen, añoro el espíritu de un amigo que se fue, o el de la madre entregada a la esclavitud. Por dónde viene el himno, la marcha, y la gran cruzada; esto último suena a inverosímil. Sin similitud.

Un paso atrás y pasan los vallistas la carrera por el anonimato. Bueno eso pasa en Burkina Faso. Nuestro nuevo paso atrás, y nos liberamos de esos locos sin freno, dando todo el tiempo su última o única sonrisa sin peso, sin la sustancia de las esencias eleusinas.



Eduardo Peláez (el poeta colombiano). De las poquitas fotos que le he tomado, con mi asombro de siempre. La frase del collage es de él: La ambición aleja excesivamente..

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Me perdí, y es que soy tan distinto a Gabriel del Casal, que siendo nietzshiano, no pudo ser marxista, no hubo escuela, solo las opiniones falsas de un disidente adolescente. El existencialismo se nos volvió una lengua imposible, sin alma íbamos a obtener el paraíso con la economía=ciencia?

Yo leía la correspondencia de estos políticos que había que seguir: el Diario del Che lo llevaba debajo del brazo. Lo leía poco, porqué me gustaba más la música de los santos, que la de estos envalentonados, Marx y Engels, correspondencia, el Che opresor de los homosexuales, símbolo abstracto, castillo de naipes.

La ciencia ahora la tienen los transgénicos; te crecerán los dedos cómo a los reguetoneros, igual a las zarigüeyas, el paso de un tsunami que ha arrancado de la cama a Madonna. No llegaran a Once upon time, en la música. La cura del sida, y preparece al otro ataque pergeñado por la Biblia.

Y duerme bien el opresor? Cuál de todos, el de aquí o el de por allá? Todo suena a Pakistán número dos. El de por, esta arcadia, vendió todos los páramos, incluyendo a Pedro Páramo. Un poco de humor sin ache. Suena a maldita cremallera.

Si es imitación a USA, estamos jodidos, por aquí los ríos se murieron, lo que corre es el experimento atómico del enfrentamiento, se vive maravillosamente bien en la artificialidad.

Allá también es Alá, enfrentado a Jehobá numero cien, y todos sus pueblos corren mueren en el desierto. Sin justificación posible que no sea el fanatismo llevado al cósmos, y soltarlo allí, en la desorientación de las especies; se han encontrado más los hindúes vueltos ahora su propia imagen inmaculada.



Aretino por Tiziano.

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El cuento de Dalí y Buñuel cuando hacían El perro andaluz, me dejó lelo. Que inesperado Dalí con García Lorca, le señaló Buñuel, si se reía de su Romancero gitano. Hagamos algo, un trino, que le duela al poeta. Que le arrebató la mitad de la cinta, dice bostezando Aragón. Todo lo que oliera a Lorca, ya no le apetecía.

Así es cómo se arman los chismes, la malísísima mazmorra española, la malisísima mazmorra francesa, un infierno amenazante, mejor el Hades, y estaremos de acuerdo para siempre.

La suerte es cuando puedas masticar el pan con tu bendita frente.





Luz de invierno, por Klee...........................................................

A Eduardo Peláez P. desde las mazmorras colombianas puestas en pie. No puede ser el espíritu científico (supongamos, antes del bastón).




miércoles, 15 de mayo de 2019

Hilario Aquiles Luna, el heteronimito mayor, que nació en Argentina. Cuenta los celos con relativísimas escenas.



Marilyn M. En el cielo de el Morocco. Este lugar de la noche, Medellín, 2015. Por Gajaka.

Si Dios es una mujer, es una 10% del asunto. Sino crees en Dios porqué dices esto?

Por Hilario Aquiles Luna (tucumana)(mentiroso incierto no es lo mismo).

Ahora todos felices, somos seudomísticos, cargados de emociones que no son de la amargura, sino del contacto con ella.

Otra cosa huele a romero, que se ha ido; mi conchudes es de bajo porcentaje, porque tenía que serlo, brilla el amor, y lo mismo la amistad sonora.

Temes la envidia, y empiezas a devorar a Céline, lo digo por la exaltación de la educación y el diálogo cortado.

Las provocaciones en zonas prohibidas, hasta allá impulsados por un viaje mítico. Cuáles son esos viajes, si acaso un despertar arremete contra las musas?

Tengo sed, y lo mojaron con wiskiee, tiene que ser en Irlanda. Suena bueno la inocencia, el resto es Seguridad del Estado.

Si has gastado el mismo tiempo en elaborar una carta de amor, y otra de crítica interior; te van a comer a besos. La acrobacia mira el vacío cómo de otro.

Dígame, cuál fue la razón de tu existir? suena de una vez, inquisidor con varios tequilas, de golpe la mexicanada. Y doy mi número favorito, que sumados cuatro dígitos da 19.

El corazón no es de uno, alguién con suficiente revolver viene por él. Doessis de plantas alucinantis, malnacidos los incorrectores, solo Dios los descrimina a ellos.

Al bello de Romero Tejada, In memoriam

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Yogananda y mi madre me ocupan ahora soy feliz. Collage en medio del candombe uruguayo. Gajaka.


Y para rematar he puesto a mi gata Harmonía.

I

Llegó un desespero que andaba entre las piedras, mi bella Harmonia, bajaba y subía la celosía hacía el techo de cerámica roja, es un decir, troyana, yo procuraba calmarla.

El destino, 3/4 partes de este planeta, más allá del nueve. Salpicado, sin reverencia, la ñiña sol es diferente a la niña luna, y juego la enemistad, y lo pierdo por un caramelo.

Si crees en las diosas más que en los dioses, siempre vas  a estar en apuros, maldigo el día que he nacido. Las palabras fuertes que cogieron peso, se las lleva< perdón, es un secreto.

Eran tantos sistemas como perdones han habido en este mundo, osease, son pocos, tu propio sistema puede funcionar, en esta descarga agotada de méritos.

El melodrama barroco de tu existencia, le pudo pasar a otro en otro período, oro con oro, lengua con lengua, se hablaban en llamados, tu el troglodita, tu des-interesadamente tu tragedia.

II

Entro borracho al infierno, cobraban hasta para ir al baño. Lo mejor, la pastilla que les daban era tan efectiva cómo Loratadine para la allergia neoyorkina. Prometía el eterno retorno, pero de Ulises.

Bajo al cielo de estas catedrales, quién mendigaba mejor, mientras descansa el valle de los papanatas. El momento del perdón, de nuevo imposible.

Ya no abra río en Suramérica, una extraña onda de repercusión, de sobrevivir sin experiencia, ahí si mi hermano procura tu exilio.

Dice el represor, están azándose las tortas en el horno, signo de degollamientos permanentes. Va siendo hora de huir, de vivir con los salvajes.

Y esta historia que ya no fue y volverá a existir, canciones de acuerdos y de dolores que poco a poco se van calmando con la Marihuana (aquel horrible filme de clase B. de los sesentas).

***


Javier Sologuren.

Dédalo Dormido

Most musical of mourners, weep anew!

Not all to taht bright station dared to climb.

Shelley




Tejido con las llamas de un desastre irresistible,

atrozmente vuelto hacia la destrucción y la música,

gritando bajo el límite de los golpes oceánicos,
el hueco veloz de los cielos llenándose de sombra.
Ramos de nieve en la espalda, pie de luz en la cabeza,
crecimiento súbito de las cosas que apenas se adivinan,
saciado pecho con la bulla que cabalga en lo invisible.
Perecer con el permiso de una bondad que no se extingue.
Ya no ser sino el minuto vibrante, el traspaso del cielo,
canto de vida rápida, intensa mano de lo nuestro, desnuda.
Hallarse vivo, despierto en el espacio sensible de una oreja,
recibiendo los pesados materiales que la música arroja
desde una altura donde todo gime de una extraña pureza.
Miembros de luz sorda, choques de completísimas estatuas,
lámparas que estallan, escombros primitivos como la muerte.
Vaso de vino pronto a gemir en una tormenta humana,
Con una sofocante alegría que olvida el arreglo de las cosas,
ebrio a distancias diferentes del sonido sin clemencia,
errando reflexivo entre el baile de las puertas abatidas,
aistando una racha salobre en la inminencia de la muerte,
pisando las hierbas del mar, las novedades del corazón,
pulsando una escala infinita, un centro sonoro inacabable.



Modificado por una azarosa, por una incontrolable compañía.



Pisadas en nuestro corazón, puertas en nuestros oídos,

temblor de los cielos de espaldas, árboles crecidos de improviso,

paisajes bañados por una murmurante dulzura, por una sustancia
que se extiende como un vuelo irisado e instantáneo.
Prados gloriosos, estío, perfil trazado por un dedo de fuego,
blanco papel quemado para siempre detrás de los ojos,
valles que asientan su línea bajo el zureo de las palomas,
fuentes de oro que agitan azules unos brazos helados.
Quietud del mar, neutros estallidos de un imperio cruento,
mudas destrucciones, espuma, golpes del espacio abierto.



Sueños que toman cuerpo, coherentes, en una silenciosa tentativa;

mecanismos ordenados en medio de una numerosa vehemencia,

lujo intranquilo del cielo que sella una hora inmune.
Cuerpo que asciende como la estatua de un ardoroso enjambre
buscando muy arriba la inhumana certeza en que se estalla
para quedar inmensamente vacío y delirante como el viento.



Una idea, Dédalo, uan idea que iba a acarrear nuestro futuro

(un sueño como un agua amarga que mana desde la boca del sol),

los planos hechos a perfección, la elocuencia del número,
el ingenioso resorte para suplantar los ojos de la vida,
todo era una inocente flecha en tránsito de lucidez y muerte.
Ciudades perdidas por un golpe de viento, ganadas por un sueño.
Palabras incendiadas por la fricción de un remoto destino,
murallas de un fuego levantado al que no nos resistimos
canto arrancado a la tumultuosa soledad de un pecho humano.

Javier Sologuren


viernes, 3 de mayo de 2019

El poeta Gabriel del Casal, reconoce por fin sus maestros en el oficio.




Lectura del Pabellón en el vacío, El toconoma, de Lezama, en el show de M.M. en el Morocco. Por Gajaka extramitico.

Tres poemas de Gabriel del Casal (acabaditos de hornear), con la felicidad en entredicho. 


Pobreza de espíritu, que no se doblega.


Larga vida improductiva  larga es la garza, vida, improductiva). 
Enfermedad que comienza con el choque de las energías de las plantas en las manos, improductivas.

Me han dejado los dioses cómo Muerte en Venecia, la noche que amaneció en ti, ente destripador, uno a la milla, no ves me confuso. Eres solo un plátano, en México te matan.

Más bien corta, menos de una milla.

Se acorta la distancia, lacónicamente responde las preguntas del ser. Bebe leche caliente, mientras los otros toman wiskiee, Si nunca fue malo, vientos buenos del escalofrió.

Alguien veía poesía en la empapelada del metro de Madrid con el Quijote de la Mancha, sin ni siquiera la pensó. Vuelve y juega La condesa sangrienta, al fin y al cabo sadista.

Cuando el cuerpo sufre, te hace soñar con una leona revolcada en la arena, antes del suplicio. 
Dejará sufrimientos encontrados, arrancará solo pa la luna.

Amó la sal de tu cuerpo (lo sabían los dioses jefes) y arrancó la sodomía. Empezaron a contratar 
a los bacos, y estos encantados en la orgía. Dioniso era la máscara de esta decepción de parto o creación. El videntismo.


La parte maldita viene y ve venir el conglomerado ajeno.

Las migajas que alcanzo a darte, corazón mio. Desde este dulce o en este crecimiento de marciano en las costas, relatores de mundos infieles, pretender ese ideal maldito, refieren.

Al son o a la prisa se delatan los unos a los otros. La cacería solo va por el trofeo, aletargando el mundo otra vez.

Pobre premio de consolación, la terquedad de la dimensión, a falta del masaje en el cuerpo en el interregno, se te cae lo horrible, pasadas dos o tres tetras. Vives de los grandes muérdagos.

Ay son que te toquen yendo puro llanto. Cambio de guardia en el ombligo del mundo. Vientos sobrenaturales, coja bien usted la escoba, no vaya a perderse su estrado de gracia.

Flauta dulce y metiches melodías, ahí quieto como en primera base, nunca irá a la cama que no sea a calmar el terrorismo que lo cobija. 

Sea cosa o manera, ame a un hispano, porqué con el chino en represión se lo lleva por delante, y come arroz frío.


b

Loli Cienfuegos, Gajaka, Samuel Gregoire, Ashwinni Bath. Bocachica, Foto de Forrest Gander. Santo Domingo, 2017.

El agua en el desierto, la putrefacta evaporación.

Si no sabe cómo calmar la sed, debido al acoso, rómpase en silencios, y sorbe todo, y de una, evite el desvanecimiento que causa temblores desde la mesa de apoyo.

Ha llegado para todos el pájaro de la noche, apenas se hace sentir, ahogado e irresistible, manda ondas de amistad. 
Querido soy el mismo del otro día. Leo a Salinger (The Catcher in the Rye), diga lo que quiera, todo el mundo lo ha leído.

Hoy todos huyen del espantapájaros, arrancó aplausos, y sobre actúa por la erradicación de los valores antes establecidos, para la tierra. Sancione a su propia libertad, porque es un cochino.

Yo vivo soñando con ser el primero en todo, con mi fracaso en el ajedrez, seguiré soñando, a la hora de decirle adiós a la vida sonora 
y comenzar por las taras del vacío y de la inconformidad.

No solo con pastelitos, si solo con pastelitos, alcanzaré la meta de mi completa metamorfosis a canario, en un país que no sea Colombia, donde los mataban.




El mudo beckettiano. Detalle, (fotoshow de C.E.O). de la pintura de Jairo Yepes.