El Estallido Cultural, por la vida y la paz, la paz y la vida, el arte que nos pinta a todos con su música.
El Estallido Cultural del casi nuevo Ministerio de las Culturas en Colombia.
(El cuarteto 13 de Beethoven te manda a la mierda, como el final de la obra del Gabo por Germán Jaramillo y compañía)... A falta del Tirabuzón porro.
Por Gajaka Extrasmixtico
La paz de los goliardos, y de las tunas, la cantata de Carmina Burana frente a la paz. No hay más derechos o camino que seguir, nuestros pasos perdidos.
La poesía que vive encristada, estalla de alegría, hablan con los muertos, y hoy seremos más. Las voces en la urdimbre de las formas resolutas, tienen principio y no tienen fin.
Somos la interminable brecha que desnuda, no es más que un hospital infantil, Oh César, oh Demiurgo! del citado poeta Rodolfo Hinostroza.
Ve negro a su propia alma, y levanta el ceño, entre artistas de todas las razas. Los invitados a la fiesta, toda la introspección hacia lados desconocidos de nuestra amistad a la amistad.
Sigue la tortura del trece por perfecto ya nadie lo aguanta. Mira como pasa de lindo mi catorce era atribuible a César Vallejo (en la revista hispanoamericana de Pittsburg). Y resulta que es mio, con alta dosis vallehjiana.
Ya no más hipocrecía que da el Estado (el poder) a las limpiezas étnicas. El judío Nietzsche hace su presencia. El atentado a la Ministra de Cultura (lectura), antes de este intenso soneto con el arte, ahí parada, dizque huyendo, como si uir de si mismo no fuera suficiente.
Bueno, ahora si con El Tirabuzón con Clímaco Sarmiento y su orquesta. Si reina la música, también la poesía, la voz de unos pueblos, de unos artistas enraizados con los intelectuales malditos, digámoslo así. El cántico. Que ojalá todo sea de brujas! y de Matices.
De seguir así este movimiento artístico por la vida y la paz total, tendrá su acento espiritual, si al menos, nos fundieramos en un abrazo de sinceridad, decía el guitarrista. \
CÍRCULO DE LA PAZ*
Todos escriben lo mismo
nadie se atreve a sabotear el puente con una mirada
quizá cerca de un casi, nada pasajero intenta pensar
- y el mismo universo en un lienzo de agua
sacudido por un vals-
Yo me aterro, y si todos volaran su instante de paz
interior que les queda, y la mía que no es ninguna paz
sonreiría atravesando choques de absurda dispersión.
Se dicen preguntas através de los lentes prismáticos.
Bajan la bandera, y una nueva estrella toma posesión
de su cargo, e intenta acomodarse en un sofa
sin fibras... Sin miramientos.
^*Lo escribí para celebrar la Paz con el M-19 en 1990 (El libro de los seres inútiles)
***
\A la Ministra de las culturas, Patricia Ariza, Freddy Castiblanco por el Estallido en New York City. Carlos Aguasaco por su poema a las mujeres asesinadas de Juárez. A Jorge Posada, porque no pude montar su video de su obra en este blog.
Parte de un selfie.
Me lo perdí. A esperar otro carnaval de las artes.
ResponderEliminarLo que más me atrae es la selfie. Uu tomando el vermút. Aa.
ResponderEliminarGajaca a mi me va a dar algo. Quiénes son los oportunistas, por Dios. Un día de estos te ahogan, si, que cagada.
ResponderEliminarNo jodas estas vestido de guerrillero como Petro a finales de los 80s. Que inocencia o que cantidad hechizada te diría Lezama Lima.
ResponderEliminarNo te gustó el poema de las mujeres de Ciudad Juarez o Juarez, y sus nombres?
ResponderEliminarSi me gustó el poema que leyó Aguasaco, aunque faltaron algunos nombres típicos de la región, creo. Lo quería publicar en el bolg.
ResponderEliminarLas muertas de Juárez
ResponderEliminar[Poema compuesto con la lista real de los nombres de las víctimas de feminicidio reciente en ciudad Juárez, México]
¿Qué sabes de Adriana, Aída, Alejandra, Alicia, Alma, Amalia, Amelia o Amparo? ¿Qué sabes de Ana, Apolonia, Araceli, Aracely con i griega o Bárbara? ¿Qué sabes de Bertha, Blanca, Brenda, Brisa, Carolina, Cecilia, Celia, Cynthia, Clara, Claudia o Dalia? ¿Qué sabes de Deisy, Domitila, Donna, Dora, Elba, Elena o Elsa? ¿Qué sabes de ellas, de alguna de ellas o de Elizabeth, Elodia, Elva con uve, Elvira, Emilia o Eréndida? ¿Qué sabes de ellas, de alguna de ellas, de sus muertes, de sus últimas palabras o de Erica, Erika con Ka, Esmeralda, Estefanía, Eugenia, Fabiola, Fátima, Flor o Francisca? ¿Qué sabes de ellas, de alguna de ellas, de sus muertes, de sus últimas palabras, de sus llamados de auxilio, del hilo de sangre con que llevaban el alma atada al cuerpo o de Gabriela, Gladys, Gloria, Graciela, Guadalupe, Guillermina, Hester con su hache invisible en el aire o de Hilda? ¿Qué sabes de ellas, de alguna de ellas, de sus sueños, de sus recuerdos, de su recuerdo, de sus lápidas o de Ignacia, Inés, Irene, Irma, Jacqueline, Jessica con doble ese y sin acento, Juana, Julia o Julieta? ¿Qué sabes de ellas, que cualquiera de ellas, de los ojos que lloran su ausencia o de Karina, Laura, Leticia, Lilia, Liliana, Linda, Lorenza, Lourdes, Luz o Manuela? ¿Qué sabes de ellas, de la más joven de ellas, de sus manos juntas como en oración buscando la paz de la justicia o de Marcela, Margarita, María, María, María, María, cuarenta veces María? ¿Qué sabes de ellas, de alguna de ellas, de sus memorias, de sus sonrisas acalladas con violencia o de Maribel, Maritza, Martha, Mayra, Merced, Mireya, Miriam o Nancy? ¿Qué sabes de ellas, de la más baja de ellas, de sus zapatos con lodo, de su relicario de plata, de su mano entre abierta y levantada como para saludarte o de Nelly, Nora, Norma, Olga, Otilia o Paloma? ¿Qué sabes de ellas, de todas ellas, de la primera de ellas, de su sombra en la tierra, de su corazón roto tres veces y a la vez treces veces zurcido con llanto o de Patricia, Paula, Paulina, Perla, Petra o Raquel? ¿Qué sabes de ellas, de la segunda de ellas, de sus primeros pasos, de sus muñecas, de su espejo de azogue o de Reina, Rocío, Rosa, Rosa como en un coro de Rosas, Rosalba, Rosario o Sandra? ¿Qué sabes de ellas, de la más vieja de ellas, de sus primeras letras, de sus gastos, de sus deudas o de Silvia, Silvia y Silvia, Sofía, Soledad, Sonia, Susana o Teodora? ¿Qué sabes de ellas, de la más alta de ellas, de sus tortillas, sus tacos, de su mole, de sus chiles rellenos o de Teresa, Teresita, Tomasa o Vanesa? ¿Qué sabes de ellas, de la más solitaria de ellas, de su talismán, de su tatuaje, de su marca de nacimiento, de la cicatriz de un parto o de Verónica, Verónica la otra, la otra Verónica que no es Verónica, Victoria, Violeta, Virginia, Viridiana o Yésica? ¿Qué sabes de ellas, de la más alegre de ellas, de sus canciones, de sus polleras, de su cumpleaños, del día de su santo, de sus mañanitas o de Yolanda, Yolanda, Zenaida o Zulema? ¿Qué sabes de ellas –dime-, de todas ellas, de cualquiera de ellas, de sus dolientes, de sus amigos, de sus hermanos, de sus hijos, de su bautismo, de sus nombres o de la mujer sin nombre que ha muerto más de setenta veces, de la mujer sin nombre que -¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡Dios mío!- sigue muriendo en Juárez sin que nadie h
Solo cupo un fragmento largo del poema de Carlos Aguasaco.
ResponderEliminarClaro tu madre se roba el show de perdedores. Desprovista de grandeza.
ResponderEliminarCastaño escribió que fuiste más ovacionado que el Embajador en Washington.
ResponderEliminarJsjaja jajaja ja j jasja!
Eliminarjaja! En MEXICO NADIE SE LLAMA Tomasa, pero si, Lorena.
ResponderEliminarNo hablaste de Petro, el Grande.
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