Hermes y Dioniso en brazos, por Alice Melendez, para Realidad Aparte (Segunda Vida).
Sopita de pollo, mientras me arreglan el camarote por el Mar del Norte; George Santayana en mitad de la Tragedia griega.
Gabriel Jaime Caro (Gajaka)
No voy hacer un spoiler de este soliloquio en particular del filósofo español estadounidense universal, George Santayana, hasta él mismo se reiría de mis arrebatos, déjalos para la adolescencia, se encuentran gotas de los más apacibles mares, de su maestro en Ética griega, Paulsen, Harvard. Guapo si era, no cómo esos enfermos de sífilis.
Qué hay más grande que la belleza y más hermoso que el valor de vivir y morir libremente? (G.S.).
No hay nada contra las manchas en la cara, son más pobres que una tortuga arrugada toda. Vino el demonio anoche y se robó unos apuntes selectivos del soliloquio de Santayana, Hermes el intérprete, que había solilaquiado de nuevo, con otros apuntes donde podría caer en lo mismo según las gramáticas latinas e inglesas.
Mala traducción al español, suena mejor, y así y todo te tiras al tobogán en ambas lenguas con el pequenito dios Hermes, que saca 5 en matemáticas, para nada, hobbies para hippys.
Ahí tienen, los dos más bellos, Santayana y Rilke, 1899. Sublimo y doy paso al dolorcito de cabeza, producido por cargas magnéticas, y esas ganas del ejercicio, mientras las tesis continúan, un mundo de arte bloquea a la patética retórica.
Cuál es ese demonio que sabe griego y me tortura, es bobo, pero intenso y malo para el alemán, pero no tanto para el inglés americano? Los del sur se momifican muy temprano, pero los de Ávila, las miss España, que no son exactamente mendocinas, tiraron la casa por la ventana antes y después de los sitios.
El nubarrón de este soliloquio está en guardar o votar viento. Mi cuerpo y mi mente no concuerdan respecto al mar. Me puede la embriaguez de un Baco. Ande usted y agréguele una ce.
Que sería mi dios, si somos una pareja multifuncional, no cabe en el espejo de su propia dicha. Otra cosa es el Pragmatismo de moda a finales del siglo 19. Con William James (La crítica a Spencer) en el palco ocho. Posiblemente en La maestranza de Sevilla.
Y este filósofo que mira la Alemanía nazi, maldiciéndolo todo terminó en Roma, contemplando a ese engendro de papa neonazi, Pio Doce. El poeta filósofo perfecto distingo lo negro del blanco. Con ese fluir del nazismo de la mano de la Inquisición española. Con su Tule que lleva el viento blanco, y al final se descorre el telón, Divino Hermes.
Hermes, El Fígaro alado del Olimpo. Las mentiras de Hermes son bromas. Hermes, un pícaro desinteresado. Todo esto cómo asertos del Soliloquio, Hermés, El Intérprete,
A Loli Cienfuegos. Por su interdicción, Hermes el Intérprete sale bien o sale mal.
Pobres angelitos en el espejo cuando recurro a esto. Los espejos son buenos para el capítulo final.
El Juego del poder, Máscara de Bali, por C.E.O.
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Enero 24/19
El joven poeta dice Athenea, y el viejo poeta le manda saludes sofronísticas, para tapar la cagada kafkiana hacia mi.
A ver si pesco un resfriado y me retiro de la [poesía], y ella cómo en Troya me salva del Stalinismo.
A Elkin Restrepo
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