jueves, 30 de noviembre de 2017

Cuarto Festival internacional de Poesía en Santo Domingo, entre el infierno del Dante, Valente, Lezama, al paraíso de Milton y Colón. Todos esos fantasmas degollados por Drake.



Los poetas Alejandro Aguilar (Cuba), Sonia Betancort (España), Gajaka (Colombia), y Forrest Gander (USA).

Aventuras Sigilosas


Gabriel Jaime Caro (Gajaka)


Lo primero que se te viene a la cabeza, son las ínsulas, las bocanadas de humo paradisíaco, que más da, dame todo! Poéticas libres contra poéticas breves, y los poetas viajeros y sus notas, no vaya a ser que me pese tanto la vida.

Cargan con sus libros, de espejos automáticos envenenados. Sagrados poemas que pertenecieron a un viejo vate. La risa exclusivamente de uno. No te rajes, casi siempre en el show. Carguele a la generosidad de la tinta, de ser como Isabelle Rosselini en Santo Domingo, caminando por el viejo malecón, el segundo más antiguo del Caribe.

En fin el alma en cólera, gorgorea, sea esa alma. Y si hay tres o cinco poetas bien buenos, está hecho el Festival, no eran 60 cómo en Medellín, un fracaso tras otro en divertimento. En eso tienen razón, los poetas fracasan pero si no se secan, ahí los tendrás como cortinas viejas (seré yo acaso señor?).

Argentina metió sus ñatas con Daniel (Diario de Poesía), para un combate con Alexis. Ecuador, Carrión,  la figura de un centro que se desplaza casi a rás... hasta Dinamarca. S. Gregoire, Haití en creole, una reencarnación depurada del ser con miedo a la hipertensión. jajai jajai.

Colombia, Raúl y Gabriel, dividida en dos: venenos surrealistas contra venenos cardenalicios. Costa Rica, no hace alarde de un paraíso, sino de lo que se ha ido, Osvaldo tiene el libro para los locos.

Galán no entendía el porqué de su apellido, enorme silencio, malestares, poeta solitario liado con el deseo pertrecho, el absoluto dios protésico del judaísmo por ahí.

Sosa, más de la torah, que del ecuménico, esas álgebras que se quiebran con el mal postre. Tela tula teis. 

Aquella ciudad amurallada, con sus millones de esclavos sacrificados, ante el horror de los enemigos enfrente. Apocalípto.

No faltan las miss universo, parapetadas en el comercio, dominicas  católicas, de Extremadura. España allí no es nadie, seguro, segurísimo, a pesar de Sonia y Pedro, y el otro Almodóvar en Casa Teatro. Alejandro Aguilar, que no desea salir de Santo Domingo, entiende de esas metáforas churrunguiadas.

Cabe advertir que el Caribe me pertenece por derecho propio, no se, me lo he ganado, sin ser Duque ni condesa desgonzada, una retórica porqueriza me tira de aquí para allá. No llevé flores a la tumba de Freddy Catón Arce.

Les decía, hay poetas hermestaños (herméticos), lectores, sin apetitos de nada, la nada en el menú: eremitas en el desierto de la poquedad o la grandeza del espíritu burlón (dice la melodía). Otros son dementes como Horderlin , Celan, Pound, Luis Alfredo Torres ( a quien va dedicado el Festival), y no pertenecen a ninguna escuela, que no sea el arte trágico. Y los hay gays, que no llenan una escalera de caracol.

Los poetas dominicanos, que ya tenían su buena antología, en el Festival, estaban felices, Pedro Chahín, Alexis Gómez Rosa, León Felix Batista, y sus discípulos hechizados, cómo novela, con vudú gaga de parque y amor de bachata... promete.

El turno es para Forrest, el poeta místico, con su novia del sur de la India, fuimos a dar a Boca chica, un conjuro que no le faltó oficiantes. el tamal era de baladas, y el mar de las sicilias, que se extiende hasta La Romana.


A Loli Cienfuegos

Selección de algunos poemas.



viernes, 17 de noviembre de 2017

El poeta judío Paul Celan, volvióse alemán, de origen rumano, conoció el horror de Auschwitiz, donde murieron sus padres, y vivió en Francia. Más tarde visitó a Heidegger, el filósofo alemán, rechazando un registro fotográfico de su encuentro en la Selva Negra. Murió loco arrojándose al Sena, en 1970.



Paul Celan, 1920, poeta judío de origen hasídico, de los de Bucovina. Estando con los rusos, los alemanes entraron y acabaron con la pequeña población. Celan huyó, y después escribiría en alemán, una mezcla de las lenguas eslavas, calificando a sus primeros poemas como surrealistas. En sus últimos años estando demente, se conocen sus dos últimos títulos: Cristal del Aliento, 1967, y Hebras Solares, 1969. Se suicida, 1970. 

Recordando una parte del diario de Kafka: "Quién no puede soportar la vida, necesita una mano para ahuyentar un poco la desesperación que le impone su destino; pero con la otra puede registrar lo que columbra entre las ruinas, porqué él ve más, y diferente, que los otros. Después de todo, está muerto en vida y, no obstante, es el verdadero sobreviviente".


Gabriel del Casal




            Poemas de Paul Celan 


EN LOS RÍOS, AL NORTE DEL FUTURO,
tiro la red, que tú, indecisa,
llenas con sombras
escritas por las piedras.
(El giro del aliento)

CORONA

En mi mano
el otoño devora sus hojas: somos amigos.
Le extraemos el tiempo a las nueces y le enseñamos a irse:
el tiempo regresa en la cáscara.
En el espejo es domingo,
en el sueño dormimos,
la boca habla verdades.
Mi ojo desciende hasta el sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos cosas oscuras,
nos amamos como amapola y memoria,
nos dormimos como el vino en las conchas,
como el mar en la sangre que la luna refleja.
Desde la calle nos miran abrazados en la ventana:
es tiempo de que lo sepan,
es tiempo de que la piedra se acostumbre a florecer,
es tiempo de que te compadezcas del desasosiego,
es tiempo de que sea tiempo.



Es tiempo.
(Amapola y memoria)

CRISTAL
No busques en mis labios tu boca,
ni en la puerta al extraño,
ni en el ojo la lágrima.
Siete noches más arriba pasa el rojo hacia el púrpura,
siete corazones más adentro insiste la mano en la puerta,
siete rosas más tarde se escucha el rumor de la cisterna.
(Amapola y memoria)


DE NOCHE,
cuando el péndulo del amor oscila
entre el siempre y el nunca jamás,
tu palabra derriba las lunas del corazón
y tu ojo azul —borrascoso—
le entrega el cielo a la tierra.
Desde una lejana arboleda
oscurecida por el sueño
llega hasta nosotros el aliento
y lo que perdimos transita
inmenso como un espectro del futuro.
Lo que ahora se hunde y levanta
quiere lo sepultado en la entraña:
ciego como la mirada que cambiamos,
el tiempo lo besa en la boca.
(Amapola y memoria)

EPITAFIO PARA FRANÇOIS

Las dos puertas del mundo
están abiertas por ti
entre la doble noche.
Las oímos golpear, golpear
y llevamos la incertidumbre
y llevamos el verdor a tu siempre.
(De umbral en umbral)

FUGA DE MUERTE

Leche negra del alba te bebemos en la tarde
te bebemos al mediodía y en la mañana te bebemos de noche
bebemos y bebemos
cavamos una fosa en los aires donde no estamos encogidos.
Un hombre vive en la casa y juega con las serpientes
y escribe cuando anochece a Alemania tu pelo de oro Margarete
escribe y sale de la casa y brillan las estrellas y silba a sus perros
silba a sus judíos y los manda a cavar una tumba en la tierra
y nos ordena ahora toquen para bailar
Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos de mañana y a mediodía te bebemos en la tarde
bebemos y bebemos
Un hombre vive en la casa y juega con las serpientes y escribe
y escribe cuando anochece a Alemania tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamita cavamos una tumba en los aires
donde no estamos encogidos
Grita caven más hondo canten unos toquen otros
y empuña el acero del cinto lo blande sus ojos son azules
hundan más hondo las palas toquen unos bailen otros
Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos de mañana y a mediodía te bebemos en la tarde
bebemos y bebemos
un hombre vive en la casa tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamita un hombre juega con serpientes
Grita toquen más dulce la muerte la muerte es un maestro de Alemania
y grita toquen más oscuro los violines luego ascienden al aire convertidos en humo
sólo entonces tienen una fosa en las nubes
donde no están encogidos
Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía la muerte es un maestro de Alemania
te bebemos en la tarde y de mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro de Alemania sus ojos son azules
te alcanzan sus balas de plomo te alcanzan certeras
un hombre vive en la casa tu pelo de oro Margarete
lanza sus mastines contra nosotros nos regala una tumba en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es maestro de Alemania
tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamita.
(Amapola y memoria)



II

Poeta rumano de origen judío  nacido en  Chernovtsi en 1920.
Creció en un ambiente familiar donde se manejaron varios idiomas, razón por la cual habló fluidamente el rumano, el alemán, el ruso el francés y el hebreo. En 1938 inició estudios de medicina en Paris y al estallar la  II Guerra mundial regresó a Rumania donde fue condenado a trabajos forzados mientras sus padres morían en un campo de concentración.  Liberado por los rusos en 1944, trabajó inicialmente como traductor y editor en Bucarest y Viena, para radicarse definitivamente en Paris donde obtuvo en 1950 la Licenciatura en Filología y Literatura por  "L'Ecole Normale Superieure". Más tarde adquirió la nacionalidad francesa.
Considerado como el más importante poeta en lengua alemana de la posguerra, alcanzó la fama desde la primera publicación surrealista "Amapola y memoria" en 1952,  gracias al lenguaje innovador y a su perfecta sintaxis.
Tradujo entre otros, a Rimbaud, Mandelstam, Michaux, Char, Valéry y Pessoa.
En 1960 obtuvo el premio Georg Büchner,  y a partir de 1965 fue internado varias veces en un asilo psiquiátrico donde escribió varios textos en hebreo.
Se quitó la vida arrojándose al Sena en 1970
((()))
Tubinga, Enero-de Paul CELAN

TUBINGA, ENERO------(de La Rosa de nadie, 1963)

Ojos por el discurso
llevados a ser ciegos.
Su -"un
enigma es puro
surgimiento que se escapa"-, su
recuerdo de
torres Hölderlin nadando, asediadas
por gaviotas, sus silbidos.

Carpinteros ahogados rinden visita a
estas
palabras que se zambullen:

Si viniese,
si viniese un hombre,
si viniese un hombre al mundo, hoy mismo, con
la barba de luz de los
patriarcas: sólo le sería dado,
si hablase de este
tiempo, sólo
le sería dado
balbucear y  balbucear,
ya sin poder
parar nunca, nunca
másmás.

("Pallaksch. Pallaksch")*

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Se oía a Hölderlin decir "Pallaksch" tanto para aceptar como para rechazar, en su alejamiento.

[...]"Tubinga, enero" tiene por fecha enero de 1961. Ya no es la ciudad en la que Hölderlin y Hegel fueron estudiantes, sino el lugar en el que se conmemoró, en 1943, el centenario de la muerte del poeta, en presencia de los más altos dignatarios politicos y culturales del nacional-socialismo. 
Por otra parte, enero está ligado, en la obra de Celan, a la conferencia de Wannsee, en la que se ratificó el exterminio de los judíos, ya decidido por aquel entonces. El título formula esta oposición: a la poesía se la confronta con el acontecimietno; y esa confrontación debe mostrar que ya para siempre será imposible afrontar la poesía sin referirse a  él.

"Enero" cobra sentido no sólo en relación con la historia que ha marcado al poeta, sino también dentro del conjunto de la obra. La misma palabra "Jänner" ("para Enero"), la utiliza Georg Büchner en una frase de su Lenz, que Celan cita en El meridiano.[...] 
 tomado de Poesía contra PoesíaCelan y la literatura,  de Jean Bollack, edit. Trotta,
traducción Arnau Pons


TÜBINGEN, JÄNNER

Zur Blindheit über-
redete Augen.
Ihre -"ein
Rätsel ist Rein-
entsprungenes" -, ihre
Erinnerung an
schwimmende Hölderlintürme, möwen-
umschwirrt.

Besuche ertrunkener Screiner bei
diesen
tauchenden Worten:

Käme,
käme ein Mensch,
käme ein Mensch zur Welt, heute, mit
dem Lichtbart der
Patriarchen: er dürfte,
spräch er von dieser
Zeit, er
dürfte
nur lallen und lallen,
immer-, immer-
zuzu.

("Pallaksch, Pallaksch.")*

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jueves, 9 de noviembre de 2017

Gonzalo Rojas, el poeta más exquisito. que se le va de las manos a nuestros escasos lectores de poesía, y siempre presente: La Mandrágora de Chile.





Descenso a los infiernos

Yo no descanso nunca. Yo no tengo reposo
porque me estoy haciendo y deshaciendo.
Soy la lengua incesante del mar que anuncia el éter y el abismo.

Mi palabra anda en boca de todos los amantes
que descuartizan su alma por los besos
para honrar con su llama la acción de la semilla.

¿Por qué veo a los hombres en catástrofe?
¿Por qué los veo presos
si siempre fueron libres, con las alas cortadas?

¿No soy hijo del hombre? ¿No soy parte del día?
¿No soy sobreviviente de otros ojos vaciados,
ojos que hace mil años se abrieron en el niño
que era mi propio cuerpo?

¿No heredarán mis ojos los hijos de mi canto
hasta hacerse otra vez un niño misterioso
que llorará ante el mar sin poder comprenderlo?

Me paseo furioso,
cortado en dos mitades milenarias,
como el gran mar que tiene dos cabezas erguidas
para mirar arriba y abajo la tormenta.

¿Dónde empieza y termina la pasión de mi cuerpo,
libre de la mentira? ¿Es mi sangre la estrella
del movimiento, sol de doble filo,
en que lo obscuro mata a lo confuso?

Me alimento de sangre.
Por eso estoy hundido,
en esa posición de quien perdió su centro,
la cabeza apoyada en mis rodillas,
como una criatura que vuelve a las entrañas
de millares de madres sucesivas,
buscando en esos bosques las raíces primeras,
mordido por serpientes y pájaros monstruosos,
nadando en la marea del instinto,
buscando lo que soy, como un gusano
doblado para verse.

¿Es la pasión la forma de mi conocimiento?
¿Son mis ojos las manchas
del aire? ¿O es el aire padre de la mentira?

El sol, todo este sol que me desvela al fondo de las últimas formas
con su estallido inexplicable,
me está poniendo ciego de mirar lo perdido.

Yo veo por mis actos mucho más que a través de mis visiones
que mi ceguera es parte de la total videncia,
cuya luz me fascina con sólo obscurecerme
debajo de esos soles ociosos y enredados
que componen los días de este mundo.

Mi obscuridad se sale de madre para ver
toda la relación entre el ser y la nada,
no para hacer saltar el horizonte,
ni para armar los restos de lo que fué unidad,
ni para nada rígido y mortuorio,
sino por ver el método de la iluminación
que es obra de mi llama.

Así vivo en lo hondo de mis cinco sentidos
mil años boca arriba y otros mil boca abajo,
pues necesito entrar a saco en cada cosa,
sembrar allí un volcán y dejarlo crecer
hasta que estalle solo.

Yo no explico las causas como si fueran flores
encima de una mesa llena de comensales,
mientras suena la música.

Oh miseria del hombre,
desde hace miles de años
la mentira es el único cadáver
que contamina el éter de las cosas:
el cadáver sin fin, ese pelo infinito
que aparece en el punta de la lengua.
Ese pelo de muerto que cae de la noche,
nuestro peor cuchillo,
que nos corta los ojos con dulzura.

Me imagino que todos los cobardes
viven de la mentira,
todos esos que buscan
los principios debajo de las piedras,
seres que no son hijos de sus obras
sino esclavos del miedo.


De La miseria del hombre, 1948.

***

Fábula moderna

La Vaca Racional tiene los ojos de la envidia,
el cuerpo de una bella mujer, y por su baba
se expresa la miseria de los hombres.

Si, por fortuna, un día, nace el Árbol que viene al mundo libre,
distinto de los árboles que lloran su esclavitud en el paisaje,
y florece, y da fruto -natural testimonio de la naturaleza-,
la Vaca Racional palidece y murmura.

Y convoca a los puercos en su alcoba:
"Este Árbol no es un Árbol, les dice. No da flores ni frutos.
Este Árbol es un animal sanguinario
que no existe en el aire ni en la tierra.
Es un error visual, causado por el miedo de la noche.
No disfrutéis su sombra. No respiréis su oxígeno".

Pero el Árbol existe. Trabaja para todos. Los alimenta a todos.
Es capaz de morirse cada día por salvar a los otros de la muerte.
Por darle aire a los muertos, es capaz de vestirse de locura.

Lo que la Vaca Racional no podrá perdonarle
es el misterio que está inscrito en cada una de sus hojas,
donde pueden leer solamente los pájaros.

Ella vive esperando que un rayo parta el brillo de su copa,
pero el rayo es el alma de este cuerpo.
Vive afilando su hacha y la arroja de frente o de perfil
sobre la piel del Árbol. Pero el filo es un beso en su mejilla.

Entonces, se alza lívida de cólera. De cólera de histeria:
-"Este Árbol es un árbol,
es hijo de otros árboles, pero es un enemigo
de los árboles. Quiere encadenarlos al suplicio de la tierra.
Ya sabéis que he intentado arrancar sus raíces y volcarlo,
y convertirlo en barco, en casa o ataúd. ¿Por qué los otros árboles
son seres serviciales y prudentes, con que se labran sillas y ventanas
para mirar el mar, y cantan en silencio la humedad de su congoja?"

-"Vedlo ahí. Le hemos dado la lluvia y el verano suficientes
para su crecimiento, y se ha burlado de nosotros
usando sus pulmones para sembrar la alarma en los esclavos"

-"Vedlo ahí como un rey cuyo trono fuera el viento
haciendo oir su voz, llevando el remolino
al corazón de todos los que fueron un día mis lirios predilectos".

-"Vedlo ahí, vomitando su fuego por las hojas.
¿Qué hacer para evitar a nuestras hijas la posesión y el arrebato,
la tiranía de este cuerpo invulnerable
a la vida y la muerte?"

Ya presa de su celo y su locura, la Vaca Racional
congrega a sus amantes y vecinos, y decide la suerte
de ese Enemigo que prefiere la posesión de la tierra
a dormir en la alcoba de sus vicios manchada:

-"Bello es el Árbol. Nunca he visto tan singular belleza
en el corte del aire. Tan divina Apostura.
Sin embargo, sus hojas no son originales, pues ellas me recuerdan
la alta filosofía
de los árboles griegos y alemanes.
El porte de sus pétalos tiene el color de los arbustos de Oriente.
Veo que por su savia discurre la corriente de los árboles clásicos,
de los árboles del Renacimiento,
veo en su esencia el bosque caballeresco y mágico;
en su médula veo la luz desesperada de los suicidas lengua afuera,
en su corteza el adjetivo arrugado por el fuego.

Como veis, yo tenía mis razones:
este Árbol no es un árbol. Es una suma de influencias
de soles y de lunas, como un día cualquiera,
y por lo tanto su raíz es una amarra en el vacío".

-"Vamos a su montaña, y le diremos lo que pensamos de su orgullo".
La venganza en los labios
-la fruición de lo débiles-,
a la luz de la luna
toda una caravana subía por el monte.

Todos iban felices,
dispuestos a matar a Pedradas el Árbol.

Primero iban los sordos, después los ciegos y los mudos.
Después iban los frailes. Luego las poetisas, es decir, las rameras.
La lista interminable de los hermafroditas de cine y de café.
Atrás iban las viejas que hacen versos, los periodistas amarillos.
Por último, los médicos, los profesores y abogados,
es decir, los comerciantes de este mundo y el otro.
Todos iban cojeando, y despedían una especie de baba por la cola.

Cuando llegaron a la cumbre,
donde el Árbol vivía y respiraba como siempre,
se quedaron inmóviles ante la dignidad de su hermosura.

-"Que hable la Vaca Racional, Nuestra Madre, clamaba el auditorio".
Sentáronse en las Piedras y aguardaron en vano el manantial de su elocuencia.

Y murmuraban:
-"¿Es posible que Nuestra Madre nos haya abandonado?"
-¿Tú la has visto a lo largo del cortejo?"
-¿Por qué calla?"
¿Habrá muerto de vejez, o de miedo?"
-"No. Parecía joven y fuerte, como el Árbol".

Entonces vino el Viento
y le dijo: "Volved
vuestros ojos adentro de vosotros.
Cese todo el escándalo. Mirad.
Ya duerme vuestra madre su muerte merecida.
Os la robé en mis alas, y la colgué de su maldita lengua
de Madrastra del Mundo".

De repente,
alguien vio que una sábana -mitad aparición y mitad túnica-
pendía de una rama bajo el viento.

Era el cuerpo, ahorcado por la lengua,
de una mujer hermosa.

Pronto la abrieron y la hallaron
tan horrible y monstruosa
que todos los presentes vomitaron hasta el último pelo de sus vísceras
pues lo que no era llaga
eran moscas pegadas a las llagas.
Escrito con su pus, se leía en su frente:
-"Arrojad mi cadáver a los perros del asco.
Yo fui la Perversión y la Mentira".

No hubo temblor. Ni se partía el cielo.
De pronto salió el sol por la copa del Árbol.
Pudo verse un instante que el Árbol era un hombre
y que la concurrencia sólo eran sus ideas,
porque no había nadie en la montaña
sino las últimas estrellas
y el aire era una inmensa pesadilla.


De La miseria del hombre, 1948

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Aproximaciones o el amargo tache de las conversaciones, postrados ante los siglos ausentes, y con esto, el reverbero ya no tiene alitas traídas por Medea.

Gonzalo Rojas tan parecido, tan gemelito de Chaplin, y Comas igualitico a Rojas, en nada controviersen, buscándote entre elásticos pliegues, y si es verdad toda esta poesía, que vendan los cuadros antiguos, pero no mi encuentro con ese Uno, del que yo hablo y hablo y no digo nada.

Tomo la décima, y reparo en tu ausencia. Si era verdad que repetía la consabida partida, de un no decir ante La Mandrágora chilena, sino el automático estilo de los sueños en el calidoscopio. Braulio Arenas, Teófilo Cid, Enrique Gómez Correa, y Jorge Cáceres. Otra cosa que pensara en el comunismo con Allende.

Gabriel del Casal
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Braulio Arenas

Cáceres

Sin recurrir a las ventanas
sin asomarse a las panoplias
sin colgar frutos de los árboles
sin cortar en dos la noche
sin esperar el buen consejo
sin recurrir a las ventanas
sin propender a los relámpagos
sin asomarse a las panoplias
sin atisbar el mes de enero
sin decidirse a abrir la puerta
cuando se fue Jorge de viaje.


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Enrique Gómez Correa



MANDRÁGORA, ARTE POÉTICO
1
Al toque del relámpago
Sacad de paseo vuestro espíritu
Hacia los acantilados del mundo exterior
Tomad la primera palabra que salte sobre el labio
Y lanzaos con ella al infinito.
El mundo es una invención de poetas
El poeta es una invención de la palabra
Y la palabra es el perfil del sueño.
Que el hombre se busque en su obscuridad
Que viva en sus mitos
Que dé rienda suelta a su locura.
Es siempre ese juego de peligros
Ese ir y venir de lo inteligible a lo ininteligible
La necesaria presencia actual de la inefable
Que se nos va que se nos va
Y que por un golpe de azar reconocemos y capturamos
En la angustia de la mañana en la angustia de la tarde en la angustia de la noche
En fin comprendes
En plena soledad.
2
Razón para reír razón para llorar
Que el ser viva sumido en el sentimiento y aún en la idea
Que le destruya el alma.
Que se aparte de su razón que se aparte de su instinto
Sea como el ruiseñor de la soledad
Sea alto invisible nostálgico
Pise sobre la yerba del placer.
El amor a lo desconocido
Le trae una sed le trae una garganta
Le habla con ternura con furor
Con el deseo de la sobrecogedora aparición de la bella desconocida.
Y es ella que se afirma en lo negro que soy yo
En mi amor en su amor
Que supone que es mi amor
En acto de presencia.
3
No será el sonido de la palabra
Sino el sonido del mundo el sonido de la realidad pavorosa
Quien me lance a la isla atormentada del conocimiento.
Será el fuego interior
Que lo transforma a uno de repente en hoguera
Y lo hace girar sobre sus talones
Como el pasado imaginario gira alrededor del presente imaginario
Que es el futuro.
Es la consecuencia de la pureza de tu corazón
Le dice una voz al oído
Es tu propio ser que se vuelve en contra de ti mismo
Eres tú en acto de videncia.
Y así la puerta se abrirá
La puerta errante en los cielos del atardecer
La puerta junto al cielo
La puerta que es el ojo del infinito.
Despegándose de mí mismo
El ser poético me induce a la transfiguración.
4
Y se cantará con una voz extraña
Con un pulso a duras penas sostenible
Hablará con los fantasmas
Con la sombra de los fantasmas.
Un bosque azotado por los relámpagos
Un relámpago azotado por el mar
Un mar azotado por el delirio
Un delirio azotado por uno mismo.
En el amor seremos el Uno y el Todo
El Tú y el Yo en el Mí
Comparables al destello de la violencia
A ciencia cierta el espíritu de la Mandrágora.
5
En vano habrá de llorarse
Los objetos permanecerán inmutables en las envolturas esenciales
Se gritará en la noche se gritará en el día
Y por último terminaremos gritándonos al oído
Que la noche y el día son el eco del uno y el otro.
Entonces la libertad estará en vuestro corazón
Mientras el espíritu esté preparado para renunciarlo a todo
Aún al amor al perfil del amor.
Abandonaréis vuestros temores vuestra casa
Vuestro pan cotidiano
Abandonaréis la vida abandonaréis la muerte
Abandonaréis la idea del adiós.
Será la revancha de vuestro corazón
Negando la noche negando el día
Destruido el ser
Disuelta el alma misma en la eternidad.
Y entonces
Entonces estaréis en la poesía en lo negro
En el calor sombrío de la mandrágora
En el espíritu entonces entonces
En el espíritu dispuesto
Como para saltar de un segundo piso.
En pleno día, 1948.
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Teófilo Cid

Canto Primero

La soledad es un reflejo de las horas dichosas 
Por su espiral las zonas blancas
Que aparecen como causa de las negras 
Vierten en la hondura su compacto mecanismo 
Y los recuerdos calzan zapatos puntiagudos 
Sobre el cojín de las sienes apagadas.

La soledad es un estanque con faunas de alcohol 
Millares de pálidas tribus de nicotina
Canoas frágiles de sed 
Y un cielo que interceptan nubes ebrias.

Vencido por sus aguas hojarasca soy 
Árbol de río de azúcar 
Lluvia angélica tostada por el sol 
Mi soledad es un paraguas que se quiebra 
Como un trozo de voz.

En torno a su eje 
Brillantes lagartos trepan 
Y hay siesta en el trigal.

Yo recuerdo una mañana sombría 
Exactamente equilibrada para aquellos años 
De extenuación y niñez 
Los faroles temblaban bajo el remo de la lluvia 
Yo miraba, yo miraba
Un bello témpano de amor tendido junto a mí.

Pasé la mano sobre el dorso azul 
Y vi que los astros eran tiernas dependencias 
De mis oídos 
Que los sonidos de la luz eran dulces vertederos 
De palabras de amor 
Y creí sentirme mixto puente de dos pieles 
Para cruzar aquel gran río, aquella ancha ría 
Que había entre los dos.

Oh mía entre las mías 
Ilumina el resplandor 
E1 negro hálito de adiós 
Que yace en toda boca 
Ilumina mi verdor 
Las praderas que en los besos reverberan 
Con sus vacas y sus méritos actuales 
Oh amiga, oh virtuosa de la fuga 
Que hoy te encuentre nuevamente en mis palabras 
Creada por instinto de cansancio 
O por valor. 


De: Camino del Ñielol