Fausto y Mefistófeles. Delacroix. Foto archivo del churrunguistunguis.
Nota del autor: Mandarin Carroll viaja al planeta
de la lírica, más acá que de allá, jardines orientales de aves multicolores, no
bastaba que se instalaran allí, prosaicos. La mierda de millones (de aves por
supuesto) abarca el más bajo interés posible. No alcanza para el tomate.
Por Mandarin CarrolI
Por fin autorretrato
Un
pensamiento de más absurdo, interrumpe el diálogo consigo mismo, Hamlet que está de moda.
Las alegrías
(de Algeciras) cada vez más cursis, cursilería, chocolate del centro de África,
tabaco y ron. El príncipe heredero, el invasor frio calcula por la aparente
matemática que ve en mi.
¿Ciego cómo quién? Anda prensado en el hechizo #7. Mamambé Mallarmé (y el Mallarmé
me alarmé de Comas).
Nací para
ser brillante al lado de un marfil, o la poca descripción de los hechos, hasta
para ripear el olmo alimenta el error. No
es Genet es Pierre Michón.
Se levantan
los grandes telones, y aparece Juan Diego Flórez cantando Júrame de María Glever. Nunca una palabra locura tan bien cantada.
¿Todos los hermanos escriben igual? Siempre comidas con vegetales crudos;
si, igual.
Me duele el
alma emocionada de otra vida, y me asfixia la tóxica muestra de arte del
impostor inocente.
De qué sirve
dime que te diga, ¿qué es un heliotropo? Me pintas la bombona que es un
botellón. Esa otra planta originaria del Perú.
Escribe John Ashbery, Mi poesía es hievática, no está en la categorías por ejemplo cómo el
auriga, conocedor del arte de conducir los carros de caballos.
Decía Aristóteles, versión, Sólo hay una fuerza motriz, el deseo. La
esperanza, el alma y el deseo. Tonalidades que van perdiendo peso con el tiempo
derramado en un lienzo.
Lanzamiento de La risa de Demóstenes, rara, III. Medelín, 2017. Rafael Urrea, Pearl Harbor (F.V.), Elmer y Gajaka.
Hablemos de
ese hombre despierto, manejado por un dios fundamentalista como Alá, en el
valle oculto y preferido de la luna. Imagen glorificante de la tecnología contra
el amarillo intenso de la naranja en su factor moralizante.
El cuaderno de Amorgós de Elsa Cross, lo dice todo en el desierto, de lo que ha sido la isla
siempre, parte de la Atlántida. No
te embulles en algo que no tiene futuro.
Fragancias,
ese era el olor remasterizado, A Madrid no llegas, mientras este tú te
ahuyenta. Vaya que la corona española me debería de oír, en claros de
sonata refuerzas tu trasero adburquico.
II
Los tétricos
temblores, la bujía en el guarda agujas, lo recuerdo, ya no soy un sádico, ya
no soy un duende, ya no soy cuerpos de cuerpos en la perpetuidad del orgasmo virtual.
Calmaste, ya
no eres ira, combate pero de esperas, y si funciona la otra matemática, fuero,
resistencias al glamour de la diosa.
¿Quién era Miguel Hernández, el
poeta de Alicante? Lo sabrás a su debido tiempo. Poeta republicano de gran estirpe. Estirpe dice mucho de un barroco lírico.
La Residencia de
estudiantes, la solidaridad socialista frente a frente con el aplastante
socialismo de los nacionalistas. La fe de un caudillo mentiroso, de una
vertiente vallejista que salió intacta.
Con la
fiebre de la cerveza un jabalí resbala por entre las balas de otoño, su mismo
mimo de la incongruencia, ¿Para qué describir frustraciones? (L.R,D.D.R.II).
Javier Sologuren, poeta del Perú.
Cuídate impoluto. Mandarin tiene caracter, en cambio tu, a medias tintas.
ResponderEliminarQuién, su mercesita?
EliminarGajaka extramitico. solo como una lechuza, resuelve acabar todo con un suspiro al marrano.
EliminarSucede amargamente que todos los heterónimos escriban igual, si parte de un solo tronco, Gerión, de ahí Pessoa es insuperable, y también fue rey Sebastian, por ahí la van. 130 tuvo Pessoa, y solo 7 fueron grandes.
ResponderEliminarEl dibujo muy acorde a tus balbuceos artísticos.
Pero que viva Gerión, enfrentado a Hércules.
Mandarin Carroll sigue siendo mi favorito heterónimo, le da la vuelta a la trueca. Aflora la risa negra, si a eso vamos con Goya.
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