EL ALQUIMISTA
Lento en el alba un joven que han gastado
la larga reflexión y las avaras
vigilias considera ensimismado
los insomnes braseros y alquitaras.
Sabe que el oro, ese Proteo, acecha
bajo cualquier azar, como el destino;
sabe que está en el polvo del camino,
en el arco, en el brazo y en la flecha.
En su oscura visión de un ser secreto
que se oculta en el astro y en el lodo,
late aquel otro sueño de que todo
es agua, que vio Tales de Mileto.
Otra visión habrá; la de un eterno
Dios cuya ubicua faz es cada cosa,
que explicará el geométrico Spinoza
en un libro más arduo que el Averno…
En los vastos confines orientales
del azul palidecen los planetas,
el alquimista piensa en las secretas
leyes que unen planetas y metales.
Y mientras cree tocar enardecido
el oro aquel que matará la Muerte,
Dios, que sabe de alquimia, lo convierte
en polvo, en nadie, en nada y en olvido.
la larga reflexión y las avaras
vigilias considera ensimismado
los insomnes braseros y alquitaras.
Sabe que el oro, ese Proteo, acecha
bajo cualquier azar, como el destino;
sabe que está en el polvo del camino,
en el arco, en el brazo y en la flecha.
En su oscura visión de un ser secreto
que se oculta en el astro y en el lodo,
late aquel otro sueño de que todo
es agua, que vio Tales de Mileto.
Otra visión habrá; la de un eterno
Dios cuya ubicua faz es cada cosa,
que explicará el geométrico Spinoza
en un libro más arduo que el Averno…
En los vastos confines orientales
del azul palidecen los planetas,
el alquimista piensa en las secretas
leyes que unen planetas y metales.
Y mientras cree tocar enardecido
el oro aquel que matará la Muerte,
Dios, que sabe de alquimia, lo convierte
en polvo, en nadie, en nada y en olvido.
Antes del penúltimo, o siguiente poema al Alquimista, el que todos creen y recrean en Alejandría, otros lo ven en las montañas de los Andes, ya no en la Selva Negra, o en Sils María; hablo de los seguidores de Jorge Luis Borges.
***
Borges escribió, que ahora recuerde, dos poemas con el mismo título, «Límites». En ellos evoca confines, lindes, términos y conclusiones inaplazables de sus horas. En uno de ellos nos cuenta que ese verano le va a traer su quincuagésimo verano. A mí, este, me ha traído mi quincuagésimo primo, y no me he parado a sopesarlo, ni tan siquiera, al pasar a mi lado, he demorado mi paso para echarle un vistazo. En otro lugar, en un soneto, «A quien está leyéndome», dice semejantes cosas, pero a quien lee los versos. Me parecen los tres poemas muy hermosos, y han venido a mi mente a ponerme sobre aviso de que el verano acaba, y que el otoño se parece un poco a la muerte, y que el otoño es bello, dulce y amable como la tenue sombra de un bosque.
Tomado del blog Guerra y paz.
A quien está leyéndome
Eres invulnerable. ¿No te han dado
los números que rigen tu destino
certidumbre de polvo? ¿No es acaso
tu irreversible tiempo el de aquel río
en cuyo espejo Heráclito vio el símbolo
de su fugacidad? Te espera el mármol
que no leerás. En él ya están escritos
la fecha, la ciudad y el epitafio.
Sueños del tiempo son también los otros,
no firme bronce ni acendrado oro;
el universo es, como tú, Proteo.
Sombra, irás a la sombra que te aguarda
fatal en el confín de tu jornada;
piensa que de algún modo ya estás muerto.
Límites
Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.
Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos.,
hay un espejo que me ha visto por última vez,
hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.
Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
hay alguno que ya nunca abriré.
Este verano cumpliré cincuenta años;
Jorge Luis Borges de 21 años.
Yo era borgiena viste
ResponderEliminarpero eran los machos primeros de la universidad, y porqué tengo que escribirlo con mayúscula, que se jodan los universitarios académicos.
Pifia, salí de Chile, y ni siquiera fueron a despedirme.
me encanta el cuadro manierista de Holanda, Siguen la misma ruta de las diosas coronadas, sin templo, pero con nodriza.
ResponderEliminarLa vieja le quiere meter el dedo por el culete a la manierista.
EliminarLímites
ResponderEliminarDe estas calles que ahondan el poniente,
una habrá (no sé cuál) que he recorrido
ya por última vez, indiferente
y sin adivinarlo, sometido
a Quién prefija omnipotentes normas
y una secreta y rígida medida
a las sombras, los sueños y las formas
que destejen y tejen esta vida.
Si para todo hay término y hay tasa
y última vez y nunca más y olvido
¿quién nos dirá de quién, en esta casa,
sin saberlo, nos hemos despedido?
Tras el cristal ya gris la noche cesa
y del alto de libros que una trunca
sombra dilata por la vaga mesa,
alguno habrá que no leeremos nunca.
Hay en el Sur más de un portón gastado
con sus jarrones de mampostería
y tunas, que a mi paso está vedado
como si fuera una litografía.
Para siempre cerraste alguna puerta
y hay un espejo que te aguarda en vano;
la encrucijada te parece abierta
y la vigila, cuadrifronte, Jano.
Hay, entre todas tus memorias, una
que se ha perdido irreparablemente;
no te verán bajar a aquella fuente
ni el blanco sol ni la amarilla luna.
No volverá tu voz a lo que el persa
dijo en su lengua de aves y de rosas,
cuando al ocaso, ante la luz dispersa,
quieras decir inolvidables cosas.
¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago
que con fuego y con sal borró el latino.
Creo en el alba oír un atareado
rumor de multitudes que se alejan;
son lo que me ha querido y olvidado;
espacio y tiempo y Borges ya me dejan.
Toma pa que lleve2 de junio de 2015, 15:12
ResponderEliminarPoema neobarroco o de las Severísimas neoberracas*.
PABLO DE CUBA SORIA
SOTIE
[Cuando no es fijeza ni dador, sólo venidas]
Volvamos a sembrar el terror –
1896 hizo el amor con la Belleza
era el tiempo de Ronda distanciando se de Sorge:
Ya se vienen ya se vienen, gritaron los pobres atentos de
soles –
Fue helada quien las mantuvo erectas
desafiantes de horizonte se empinaban –
Felices entre liendres: engendran –
Alinearon altavoces hasta cubrir los gases
eran los liendres penetrando en melodía:
De su venida darán fe, también de sus olores –
Mira los, mira los, cómo tiemblan los muertos bien
muertos de frío –
Hueso adentro: he tanteado –
Fue el tiempo de Ronda sedienta de polvos –
Cántales Lengua Muerta
cántales largo hasta que duerman
si todo descansar se acuesta tarde –
Que las madrastras al fin sean las madres –
1896 accedió a la Salud temprana:
rumbo a Canto, allí donde Belleza sembrará el terror
Drâma
[Digamos que a Trinidad a veces la compone Tres]
Rumbo a Canto, donde daremos muerte a nuestros
nombres –
Quedará Abstracto desterrado por la ley de Drâma
O acontecimiento de amor, en su forma –
Tener una amante negra hasta quedar nos calvos y decir
le a Aburrimiento:
—No tenemos prisa, a Salud se llega en celos y todos los libros se han leído –
Rumbo a canto, donde toda penetración principia en
Tres
O acontecimiento de amor, entre los gases
*Tomado de la entrada anterior.
Cuanta poesía.u.u.
EliminarGanó la ultraderecha el Premio Romulo Gallego.
ResponderEliminarGanó la buena escritura, pendejo. A ver la tuya.
EliminarNo creo que sea de ultraderecha, pero si de esos paisas que van a Paris, y regresan viendo todo mañe, y copian como buenos godos, estoy seguro, todo lo que estudiaron en francés, y abominan de los poetas de la Montaña, como de José Manuel Arango, al que ve como un poeta de segunda categoría.
EliminarUn academico más que solo piensa en el poder, y seguir a los reyes de la finalidad de la universidad de Antioquia.
Ya me lo suponía yo, con que reyes de la finalidad, hasta paracos deben de ser.
EliminarMira esto:
ResponderEliminarLeón Félix Batista, Poeta de R. Dominicana (a escogido a los mejores poetas colombianos para el mundo de hoy): León de Greiff, Alvaro Mutis, Gonzálo Arango, Giovanni Quessep, Gabriel Jaime Caro.
u.u.
EliminarA yo poco me gustan estas cosas, y prefiero no leer a Borges, y declararme ignorante, para el negocio a lo Rimbaud que voy a comenzar.
ResponderEliminarentre ignorar y leer; que duda Neruda se hace ocio y negocio, no es Arturito
Eliminarcon sus perretas de niño malcriado, cerrando el patíbulo de los escribas
en las calientes arenas de Abisinia, ni de suma y resta el Borges revolver
de tantas espadas y dagas arrabaleras. Ignorar en aciagos y escurridizos
casos nos hace y deshace mas sabio y cachondo.
Arturito, abandona la poesía gay, sigan ahí coquetas de insectívoras babosas y vacas cagadas de miedo.
EliminarMe gusta el manierismo de Vincenzo Foppa.
ResponderEliminar