ELEGÍA DE SEPTIEMBRE
Cordero tranquilo, cordero que paces
tu grama y ajustas tu ser a la eterna armonía:
hundiendo en el lodo las plantas fugaces
huí de mis campos feraces
un día...
Ruiseñor de la selva encantada
que preludias el orto abrileño:
a pesar de la fúnebre muerte, y la sombra, y la nada,
yo tuve el ensueño.
Sendero que vas del alcor campesino
a perderte en la azul lontananza:
los dioses me han hecho un regalo divino:
la ardiente esperanza.
Espiga que mecen los vientos, espiga
que conjuntas el trigo dorado:
al influjo de soplos violentos,
en las noches de amor, he temblado.
Montaña que el sol transfigura.
Tabor al febril mediodía,
silente deidad en la noche estilífera y pura:
¡nadie supo en la tierra sombría
mi dolor, mi temblor, mi pavura!
Y vosotros, rosal florecido,
lebreles sin amo, luceros, crepúsculos,
escuchadme esta cosa tremenda: ¡He Vivido!
He vivido con alma, con sangre, con nervios, con músculos,
y voy al olvido...
Porfirio Barba Jacob
lunes, 16 de marzo de 2009
8 comentarios:
Gracias por los comentarios enviados con tu cuenta de Gmail, y por enviar textos para esta secta abierta de la pequeña Andrómeda con cebollas en el mundo celeste. Si no la tienes la puedes sacar inmediatamente. Textos pueden ser enviados a gajaka@hotmail.com. e hilario.aquiles@gmail.com
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Que poema, después de Silva, dijeron por aqui, el más lírico, que hasta provoca llorar, estando aquí afuera en las montañas de Guarne, Antioquia.
ResponderEliminarDarío Pillo
como dice Tego Calderón:
ResponderEliminar"Se le acabó el aceite
a sus lámparas"
Esos poetas, selectos, de la seudo-tradición de la poesía en Colombia, han hecho un esfuerzo enorme para no sucumbir ante tanta sordidez, ante tanto descalabro, ante el aguachirle de los gramáticos, los abogados, los curas, los políticos y los profesores. Ante tanta tragedia hay que agradecerle a los poetas y a las putas.
Así que por favor los poetas aun no gravitantes en el enmohecido parnaso de los babosos se manifiesten a la altura de nuetro exabrupto.
Ernesto, al desparpajo no le gusta nada, ni con los exabruptos, que casi siempre son de otros. Otra cosa es ser diferente, ahi si la cosa es bien conversaita, hijo. Este poema de Barba nos vuelve videntes entre el olvido, y el rancio devenir que construyes con tu pesada carga de molestias. Cual parnaso colombiano, pero parnaso el que te pierdes con tu musica ciega.
ResponderEliminarEsto fue lo que se me ocurrio, por fuera de la caldera mas cercana, Y un espiritu que te llama creando.
Hilario
la autora es cecilia mayela lemus navarro? eon dónde puedo contactarla?
ResponderEliminarBueno, Cecilia Lemus, la mas amada, la gran musa y amiga, me lo envio como saluido desde algun rincon florido pero perdi el email, asi que quedamos todos con una luz de esperanza de que esta viva entre Mexico, APuerto Rico y el cielo Maya.
ResponderEliminarCecilia Lemus? donde se pude encontrar huella de ti.... Que la Gran Madre te Bendiga y te de siempre Luz, porque sois una chingoneria, donde quiera que estes... Abrazos!!!!!
ResponderEliminarCOMPARTO LOS COMENTARIOS VERTIDOS SOBRE LA GRAN MAYELA ALGUIEN SABE DONDE LA PUEDO CONTACTAR
ResponderEliminarCecelia Mayela SI, si vive. Y quizá se le pueda encontrar...
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